Mansada de toros mexicanos
ENVIADO ESPECIALLa corrida mexicana de ayer pod¨ªamos enmarcarla perfectamente a fin del siglo pasado. Toros con cinco para seis a?os, con sentido, y lamentablemente mansos. No obstante, los aficionados disfrutamos de lo lindo. En la plaza hubo toda la tarde sensaci¨®n de riesgo grave, y sin embargo, por mor de la profesionalidad de los tres diestros, no estuvimos angustiados, sino atent¨ªsimos al observar c¨®mo iban lidi¨¢ndose uno a uno, con inteligencia y rigor. All¨ª no cab¨ªan florituras. Todo era tensi¨®n y atenci¨®n. Fueron los seis mansos con los caballos, y sin embargo derribaron varias veces. Hu¨ªan del hierro como alma que lleva el diablo. Despu¨¦s se paraban en banderillas, pero todos -salvo el sexto- se vinieron arriba en la muleta, acord¨¢ndose de sus genes de Saltillo.
San Mateo / Ruiz Miguel, T
Campuzano, MendesToros de San Mateo, viejos, mansos y con sentido. Ruiz Miguel: oreja y vuelta. Tom¨¢s Campuzano: ovaci¨®n y petici¨®n y vuelta. V¨ªctor Mendes: ovaci¨®n en ambos.Plaza de La Merced, 26 de marzo.
Pero venirse arriba no significa convertirse en bravo, sino en su mansedumbre derrochar casta, movi¨¦ndose, buscando los tobillos, regateando, desarrollando sentido. Aqu¨¦llo no era la borrega tonta para darle sesenta pases. Al menor descuido volv¨ªan la cabeza, alargaban la gaita, buscaban. No se les pod¨ªa perder la cara ni un segundo. All¨ª hubo emoci¨®n, y hubo tres hombres valientes y tres estupendos lidiadores.
Ruiz Miguel confirm¨® que su ausencia en la feria de Sevilla es lamentable. Estuvo plet¨®rico de recursos, y al primero lo tore¨® sobre ambas manos con temple y largo recorrido. Acab¨® dominando al manso. Al cuarto consigui¨®, no sin riesgo, meterlo en el capote para torearlo a la ver¨®nica con hondura, y en la muleta, los derechazos fueron trallazos pues bastante era con no perderle la cara. Como no pod¨ªa el toro mexicano agredirle con los cuernos, lo hac¨ªa a coces cada vez que el de San Fernando le tocaba los costados. Acert¨® a matarlo de media lagartijera y en justo premio dio la vuelta al ruedo.
Tom¨¢s Campuzano recibi¨® a su primero con unas ver¨®nicas muy templadas. Con la muleta lo intent¨® todo, pero su enemigo a los tres muletazos ya se sab¨ªa la Biblia y el lucimiento era imposible. Lo traste¨® con aseo, sin el menor aperreo. Premioso estuvo con la tizona. El quinto, que desparramaba la vista, requer¨ªa muchas agallas para estar all¨ª delante. Y Tom¨¢s estuvo. Con valor le rob¨® algunos muletazos y acab¨® domin¨¢ndolo y arrodill¨¢ndose en la cara.
El primero de V¨ªctor Mendes fue protestado de salida porque mug¨ªa y husmeaba en lugar de embestir. El presidente con buen criterio no lo devolvi¨®. Mendes s¨®lo pudo trastearlo con decoro y matarlo con prontitud. El sexto tuvo un comportamiento distinto al de sus hermanos. Banderille¨® el portugu¨¦s en terrenos comprometidos y tras la primera tanda de redondos templados el toro se acab¨®.
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