El ¨¦xito de Tatcher
EL N?EVO presupuesto del Reino Unido, espectacularmente presentado la semana pasada, es la constataci¨®n de un ¨¦xito y el entierro de m¨¢s de un cad¨¢ver. Queda por ver si ambas cosas resultan beneficiosas para los brit¨¢nicos y si es verdad que, tras el largo plazo, el thatcherismo ha acabado dando la raz¨®n a Margaret Thatcher. Despu¨¦s de nueve a?os de Gobierno conservador, por fin la econom¨ªa brit¨¢nica est¨¢ bollante, el pa¨ªs va a pagar sus deudas y ning¨²n impuesto exceder¨¢ el 40%. En realidad, el thatcherismo, como la reaganomics, carece de un cuerpo de doctrina absolutamente r¨ªgido; se aplica por aproximaciones sucesivas hasta dar con la buena, y se basa en el instinto de que la disciplina monetaria tiene que ser saludable. Pero, a diferencia de la de Reagan, la pol¨ªtica econ¨®mica de Thatcher ha resultado considerablemente m¨¢s decidida: con un cuerpo empresarial menos disperso y menos grande que el norteamericano, el Gobierno brit¨¢nico ha podido resistir sus presiones y no ha bajado los impuestos, hasta alcanzar el super¨¢vit presupuestario.Los cad¨¢veres que se encierran en el armario son nueve a?os de tremenda dureza econ¨®mica, la congelaci¨®n de los fondos para la sanidad, un paro elevado (aunque en recesi¨®n), la rotura del espinazo sindical. ?Se trata de un presupuesto para ricos o, por el contrario, ser¨¢ capaz de remediar los considerables desajustes pendientes? El tiempo dir¨¢ si la disciplina y el saneamiento se han hecho o no a costa de la clase m¨¢s desfavorecida. Pero la irritaci¨®n del Partido Laborista es significativa.
Los dos puntos claves del proyecto son el equilibrio presupuestario y la reforma de los impuestos directos. En el campo de la imposici¨®n, el cambio ser¨¢ considerable: el tipo b¨¢sico se ver¨¢ reducido del 27% al 25% y se abolir¨¢n los tipos marginales superiores al 40%. En realidad, si el Parlamento acepta la reforma sin enmiendas s¨®lo habr¨¢ dos tipos impositivos: el 25% y el 40%. Conviene recordar que hace unos a?os los tipos marginales para algunas rentas llegaban hasta el 98%. La idea b¨¢sica consiste en favorecer el trabajo y la iniciativa individual, dejando una parte sustancial de la renta a su perceptor. De esta manera se limitan los efectos desincentivadores de las tarifas fuertemente progresivas.
El otro aspecto innovador del presupuesto viene dado por el equilibrio del mismo a medio plazo. Es interesante subrayar que en el pr¨®ximo a?o se prev¨¦ un excedente del orden de los 3.000 millones de libras (unos 600.000 millones de pesetas), que se utilizar¨¢n para reducir el endeudair¨¢ento del Estado, idea brillante y digna de ser tenida en cuenta m¨¢s all¨¢ de las islas Brit¨¢nicas: el servicio de la deuda p¨²blica constituye una de las principales partidas en la pr¨¢ctica totalidad de los presupuestos europeos. El prop¨®sito de los responsables de la econom¨ªa del Reino Unido consiste en desligar el presupuesto de sus funciones antic¨ªcli¨¦as, y administrarlo, salvo breves y suaves oscilaciones, en equilibrio. La posibilidad real de hacerlo viene dada por el fuerte incremento de los ingresos p¨²blicos, ligados en parte a la buena coyuntura econ¨®n-¨²ca por la que atraviesa el Reino Unido.
En el lado oscuro del presupuesto se encuentran, al menos, dos cuestiones. En primer lugar, el desmantelamiento de algunos programas de asistencia implicar¨¢ un empeoramiento en t¨¦rminos absolutos de algunos de los colectivos m¨¢s desfavorecidos del pa¨ªs. La segunda se refiere a la indefinici¨®n en que ha quedado la pol¨ªtica cambiaria. La declaraci¨®n oficial habla de la necesidad de mantener unos tipos de cambio estables, lo cual equivale a no decir nada. ni tan siquiera se ha avanzado indicaci¨®n alguna sobre la vieja cuesti¨®n de la adhesi¨®n de la libra al Sistema Monetario Europeo. En todo caso, se podr¨¢ estar de acuerdo o no con los principios que inspiran la pol¨ªtica de la primera ministra brit¨¢nica; de lo que no cabe duda es de que se trata de una pol¨ªtica coherente aplicada con rigor y constancia.
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