Problemas nacionales y 'perestroika'
El llamamiento de Gorbachov a la poblaci¨®n para que participase en la soluci¨®n de los problemas sociales y pol¨ªticos alent¨® la agitaci¨®n nacionalista en la URSS, dice el autor del art¨ªculo, partidario de un refer¨¦ndum en Nagorno-Karabaj. Medvedev, que critica la falta de transparencia informativa, dice que es un mito asegurar que en la URSS no hay problemas de car¨¢cter nacional, pero recuerda que hay m¨¢s de 100 nacionalidades y etnias que han colaborado en los terrenos econ¨®mico y cultural.Los disturbios de diciembre de 19116 en Kazakist¨¢n, las manifestaciones de los t¨¢rtaros de Crimea en Mosc¨², los conflictos, en las rep¨²blicas del B¨¢ltico en 1987 y 1988, los incidentes aislados en Yakutia y Uzbekist¨¢n, el incremento de las actividades de la sociedad patri¨®tica rusa Pamiat, la constante emigraci¨®n de jud¨ªos y alemanes y finalmente el actual antagonismo entre Azerbaiy¨¢n y Armenia en torno a Nagorno-Karabaj son muestras indudables de que en la URSS se agudizan los problemas nacionales.
Tampoco cabe duda que estos acontecimientos guardan relaci¨®n con la perestroika: la transparencia informativa y la democratizaci¨®n permiten expresar y comprender mejor muchos de los problemas nacionales, que por diversas causas se han acumulado en los ¨²ltimos decenios.
Gracias a la evidente liberalizaci¨®n del r¨¦gimen y a la menor presi¨®n del potente rodillo de la burocracia autoritaria han emergido a la superficie las aguas, no siempre cristalinas, del. descontento acumulado en la periferia, han aflorado o se han agudizado viejas divergencias y disputas que en medio de la injusticia generalizada y bajo una Administraci¨®n corrupta no parec¨ªan relevantes.
Mijail Gorbachov llam¨® a la poblaci¨®n sovi¨¦tica a participar de forma activa y responsable en la soluci¨®n de los problemas sociales y pol¨ªticos, con lo cual, y sin propon¨¦rselo, alent¨® acciones como las protagonizadas en las ¨²ltimas semanas por centenares de infles de armenios, que se manifestaron en Eriv¨¢n para pedir una soluci¨®n justa al problema de Nagorno-Karabaj.
Nagorno-Karabaj fue incorporado a Rusia en 1813. Era entonces un peque?o principado persa habitado por armenios. Despu¨¦s de la ca¨ªda del zarismo, la Transcaucasia fue durante varios a?os escenario de la guerra civil y, por a?adidura, de sangrientas luchas nacionalistas; una de ellas fue la guerra encabezada por el Partido Dashnak de Armenia, por un lado, y por otro, por el Musavat de Azerbaiy¨¢n, por el dominio de Nagorno-Karabaj.
Seg¨²n los nacionalistas armenios, esa regi¨®n pertenec¨ªa a Armenia, irtientras los nacionalislas azerbaiyanos la consideraban parte de Azerbaiy¨¢n. El triunfo del poder sovi¨¦tico en la Transcaucasia puso fin a estas crueles luchas intestinas, en las que en algunas zonas de la regi¨®n pereci¨® entre el 10% y el 30% de la poblaci¨®n local Cuando en 1923 se trazaron los l¨ªmites entre las nacionalidades, ciertas regiones de Armenaza con mayor¨ªa de poblaci¨®n azerbaiyana pasaron a poder de Azerbaiy¨¢n con el nombre de Rep¨²blica Aut¨®noma de Najichev¨¢n. Sin embargo, Nagorno-Karabaj, con un 90% de la poblaci¨®n de etnia armenia qued¨® dentro de Azerbaiy¨¢n con la categor¨ªa menor de regi¨®n nacional.
La poblaci¨®n armenia de Nagorno-Karabaj sufri¨® no pocas discriminaciones. En los a?os de poder sovi¨¦tico la poblaci¨®n de Armenia aument¨® en tres veces, y la de Azerbaiy¨¢n en m¨¢s de dos. Sin embargo, el n¨²mero de habitantes de Nagorno-Karabaj creci¨® muy poco, y ello s¨®lo a cuenta de los azerbaiyanos. En los ¨²ltimos 60 a?os el n¨²mero de armenios en esta regi¨®n pas¨® de 142.000 a 136.000, lo que significa que la poblaci¨®n armenia pas¨¦ del 94% al 76% del total.
Tambi¨¦n eran conculcados los intereses econ¨®micos y culturales de la poblaci¨®n armenia, que ni siquiera pod¨ªa ver la televisi¨®n de Eriv¨¢n. Los cristianos armenios ten¨ªan dificultades para practicar su religi¨®n, aunque tambi¨¦n los creyentes azerbaiyanos de fe musulmana ten¨ªan bastantes dificultades. Todos estos problemas fueron durante mucho tiempo soslayados, tanto por Bak¨² como por Mosc¨², lo cual provocaba el leg¨ªtimo descontento de los armenios, el primer pueblo que en el siglo XX sufri¨® durante a?os un terrible genocidio.
En la Prensa occidental se afirma con frecuencia que la amistad de los pueblos de la URSS ha resultado ser "un mito de la propaganda sovi¨¦tica". No es cierto. En la Uni¨®n Sovi¨¦tica viven m¨¢s de 100 nacionalidades y etnias, y su colaboraci¨®n en el campo de la econom¨ªa y de la cultura y su respeto mutuo no son mitos. En la URSS se perfila una nueva comunidad hist¨®rica, social e internacionalista de gentes llamada pueblo sovi¨¦tico, y eso s¨ª es cierto. Mi padre es ruso; mi madre, jud¨ªa; yo estoy casado con una ucraniana y mi hijo ha contra¨ªdo matrimonio hace poco con una muchacha armenia.
Lo que es un mito, y adem¨¢s sumamente nocivo, es la afirmaci¨®n de que en la Uni¨®n Sovi¨¦tica no hay serias contradicciones o problemas de car¨¢cter -nacional. Las contradicciones existen, e incluso aumentan. Es notorio que la ideolog¨ªa leninista siempre ha concedido a la cuesti¨®n nacional una gran relevancia. Todos los partidos revolucionarios de Rusia incorporaron a sus filas a gente de las minor¨ªas ¨¦tnicas, pero el programa nacional bolchevique result¨® ser el m¨¢s atractivo de todos. Sin el apoyo de los letones, estonianos, finlandeses, polacos, georgianos, armenios, jud¨ªos, ucranianos, t¨¢rtaros de Crimea, alemanes del Volga, chechenos, induches, baclikiros, incluso de los h¨²ngaros y chinos, los bolcheviques no habr¨ªan triunfado en la guerra civil y no habr¨ªan creado la URSS.
En los a?os veinte, el partido bolchevique se ocup¨® intensamente de los problemas nacionales, que fueron tema de discusi¨®n en casi todos los congresos del partido. Por aquellas fechas funcionaban mecanismos que permit¨ªan estudiar y resolver los conflictos nacionales.
Sin embargo, a comienzos de los a?os treinta Stalin anunci¨® que pa¨ªs el problema nacional hab¨ªa quedado resuelto "de forma total y definitiva" y que hab¨ªa surgido una cultura sovi¨¦tica "nacional en su forma y socialista por su contenido". Hoy la URSS ya no cuenta con los mecanismos que permiten estudiar y resolver los conflictos nacionales; lo que s¨ª hay son organismos bastante poderosos para dar batalla al "nacionalismo burgu¨¦s". ?sta es una de las causas de esa agudizaci¨®n de las relaciones nacionales que hoy se observan.
La Prensa sovi¨¦tica proclama la normalizaci¨®n de la situaci¨®n en Nagorno-Karabaj y Armenia. En realidad el problema no ha sido resuelto, sino aplazado. Es m¨¢s, en algunos casos la situaci¨®n se ha agravado, como muestran los tr¨¢gicos acontecimientos en la ciudad azerbaiyana de Suingait.
Lamentablemente, el conflicto nacional en la Transcaucasia ha afectado a la transparencia informativa, lo que trae a la memoria los 10 primeros d¨ªas tras la cat¨¢strofe de Chernobil.
Por la Prensa sovi¨¦tica no lograr¨ªamos enterarnos de que en Eriv¨¢n se han producido grandes manifestaciones, de que acudieron los l¨ªderes sovi¨¦ticos Dolguij, Razumovski, Lukianov y Demichev. En esas p¨¢ginas ni siquiera hemos podido leer el llamamiento de Gorbachov a los pueblos de Armenia y Azerbaiy¨¢n ni la noticia del encuentro con Gorbachov de los representantes de la intelectualidad armenia.
Solidez de las reformas
Estos acontecimientos de los dos ¨²ltimos a?os en las relaciones nacionales ?da?an la pol¨ªtica y el prestigio de Gorbachov? No hay duda de que estos hechos han puesto a seria prueba la solidez de la actual pol¨ªtica de reformas.
En mi opini¨®n habr¨ªa que convocar al pueblo de Nagorno-Karabaj al refer¨¦ndum previsto en la Constituci¨®n de la URSS. Despu¨¦s su resultado deber¨ªa ser discutido por los soviets supremos de Armenia y de Azerbaiy¨¢n. En caso de desacuerdo habr¨ªa que llevarlo al Soviet Supremo de la URSS o al Soviet de las Nacionalidades para el estudio minucioso.
Me preocupa la poca transparencia informativa sobre estos acontecimientos. Pero sigo confiando en la soluci¨®n de todos los problemas nacionales de hoy y en el sabio arreglo de todos los problemas de transparencia y de democracia, lo cual significar¨ªa una victoria, no la derrota, de la perestroika.
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