Espa?a aventaja a Brasil en la primera jornada de Copa Davis
Espa?a domina a Brasil por 1-0 en la eliminatoria por la permanencia en la Primera Divisi¨®n de la Copa Davis cuya primera jornada se celebr¨® ayer en Murcia. El punto espa?ol lo consigui¨® Javier S¨¢nchez Vicario ante Ivan Kley por 6-4, 10-8, 5-7 y 6-2, en 3.42 horas. Sin embargo, la situaci¨®n en el segundo partido, aplazado por falta de luz, es muy complicada para Emilio S¨¢nchez Vicario, que pierde por 5-7, 6-3 y 3-6 ante el n¨²mero uno brasile?o, Luiz Mattar (42? de la ATP). Este encuentro se reanuda hoy a las 10.30 horas y, despu¨¦s, se jugar¨¢ el partido de dobles: Emilio S¨¢nchez Vicario y Sergio Casal ante Ivan Kley y Luiz Mattar (TVE-2).Javier, que cometi¨® numerosos errores no forzados, jug¨® un tenis de bolas potentes, lo que benefici¨® a Kley, un jugador de toque porque su principal virtud es aprovechar la fuerza del contrario. Todos los tenistas se parecen unos a otros, y mucho m¨¢s cuando son especalistas en tierra batida, pero siempre hay un rasgo personal que distingue a un jugador. El de Kley son sus gritos. Se pas¨® todo el partido chillando un "?vamos!" capaz de despertar al m¨¢s aburrido espectador. El dato es algo m¨¢s que anecd¨®tico, porque ese grito sirvi¨® para desconcentrar a Javier a lo largo del partido.
El primer set fue para el espa?ol con relativa facilidad y jugando un tenis s¨®lido. Pero la precipitaci¨®n de Javier comenz¨® a crearle problemas en la segunda manga. Antes de romper el servicio del brasile?o, lo que no logr¨® hasta el ¨²ltimo juego, dispuso de hasta diez bolas de rotura de servicio. Los gritos de Kley comenzaron a ser m¨¢s cont¨ªnuos en la tercera manga, y Javier, ya descontrolado, dej¨® escapar el set al permitir que el brasile?o entrase m¨¢s en juego con bolas cortas.
La cuarta manga fue la m¨¢s divertida, aunque no por el juego. Paulo Cleto, el capit¨¢n brasile?o, hab¨ªa dicho el d¨ªa anterior: "Si no creyese en nuestra victoria, me habr¨ªa quedado en la plana de Ipanema". Cleto, muy relajado, no se aburri¨®. Cada vez que su jugador lanzaba un grito, se escond¨ªa la cabeza entre las manos para que no se viese su risa. Pero en una jugada determinada ya no pudo aguantarse: en un punto disputado, Kley corri¨® hacia la red, fren¨® en seco, y, poco a poco, a c¨¢mara lenta, cay¨® al otro lado sin poner las manos por delante y golpe¨¢ndose en la cabeza. Todo el mundo se qued¨® callado, hasta que Cleto, soltando una sonora carcajada, fue hacia Kley con una toalla. En el lado espa?ol, Javier aparec¨ªa muy motivado, pero excesivamente agresivo con su rival, lo que le llev¨® a ganarse sendas broncas de su capit¨¢n Manuel Orantes, y de su entrenador, Pato ?lvarez.
El segundo partido ya iba m¨¢s en serio. Luiz Mattar es un jugador muy completo, con buen saque, excelente construcci¨®n de jugadas, y r¨¢pidos movimientos verticales y horizontales. Los dos jugadores comenzaron a intercambiarse desde el principio bolas muy profundas, a diferencia de lo que sucedi¨® en el primer encuentro. Tambi¨¦n hubo agresividad -Emilio le dijo a Luiz "en Brasil tambi¨¦n hay payasos"- pero la calidad era excelente. Mattar, muy valiente, gan¨® el primer ser al romper el saque de Emilio en el decimoprimer juego.
Tres pelotas dudosas en el octavo juego de la segunda manga, todas ellas se?aladas a favor de Espa?a, rompieron el ritmo de crucero de Mattar, quien cedi¨® su saque y cay¨® en una crisis de confianza que le cost¨® el segundo ser. Emilio jugaba entonces mejor, pero las diferencias eran claras: los dos jugadores constru¨ªan su tenis desde el fondo, pero el brasile?o soltaba mejor el brazo en los golpes ofensivos.
El partido qued¨® suspendido tras la tercera manga, cuando Emilio parec¨ªa m¨¢s cansado. Perdi¨® este ser con menos lucha que en los anteriores, dominado por el buen servicio de Mattar, e incapaz de frenar las subidas a la red del brasile?o cuando le atacaba con bolas profundas sobre el rev¨¦s. El partido, sin embargo, sigue en el aire. Una derrota espa?ola complicar¨ªa la situaci¨®n, porque en la Copa Davis, como ya forma parte de la tradici¨®n, Espa?a rinde menos cuando sufre en el marcador.
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