S¨¢daba/ Savater
El cariz tomado por los acontecimientos, y muy especialmente por el uso y s¨ªmbolo de algunas palabras en el a¨²n candente enfrentamiento entre J. S¨¢daba y F. Savater, alcanz¨® unas formas y carencias de contenido, para m¨ª impensables previamente, en su reciente comparecencia televisiva. Nada se aclar¨®, me cuesta creer que haya resultado positivo para algo o alguien, y quiero creer que los t¨¦rminos empleados iban m¨¢s all¨¢ del deseo y de los convencimientos de ambos.Una carta m¨ªa en esta secci¨®n de su peri¨®dico, inmediatamente previa a esa comparecencia, me obliga a practicar la, paz y el sano juicio en lo que a mi responsabilidad ata?e. Por ello, y tras mirarme yo al espejo, quiero presentar aqu¨ª mi rectificaci¨®n formal a lo escrito en ella sobre el art¨ªculo de F. Savater Silencio por minutos, y muy particularmente a todo aquello que guarde relaci¨®n con la interpretaci¨®n de su conducta particular y de su pensamiento.
No veo forma m¨¢s eficaz de hablar de paz que practicarla. Como tanta otra gente, es lo que trato de llevar a cabo en mi comportamiento privado, que considero fundamental: es por ello que conf¨ªo en el beneficio del paso del tiempo y tengo esperanza en la entrada en el mundo de los adultos de otros a los que tambi¨¦n muchos educamos (es una manera de hablar) lejos de toda adoraci¨®n hacia s¨ªmbolos o banderas y muy lejos de nada que pueda sonar o parecerse al terrorismo. Por suerte hay muchas formas de no guardar silencio cobarde, y que no tienen relaci¨®n con la presencia en tribunas, militancias o liderazgos de ning¨²n tipo.
No quiero dejar de decir que F. Savater y L S¨¢daba no han logrado en esta ocasi¨®n trasmitirnos sus pensamientos o sus convencimientos, suponiendo que lo hubieran hecho antes. Y encuentro las palabras de mi carta previa innecesarias y sacadas de lugar en ese contexto, as¨ª como prestas al manejo simb¨®lico, todo ello con unos l¨ªmites que han sido interpretados como peligrosos y que bajo ning¨²n concepto quiero dejar en el aire.
Ni Savater, ni S¨¢daba ni otros precisan de aportaciones ajenas para tener s¨ªgnificados y formas de pensamiento que les son propios. Interpretar mi opini¨®n como una acusaci¨¢nf¨¢ctica es rid¨ªculo, totalmente fuera de la realidad y falto a la verdad, tanto como puede serlo considerar que la opini¨®n diferente a la de ¨¦l sea practicar el terrorismo, defenderlo, disfrazarlo o tener una determinada pr¨¢ctica pol¨ªtica.
Por todo ello, y lejos de ninguna exposici¨®n verbal macabra, ruego sea aceptada la retirada de todo lo por m¨ª dicho sobre ¨¦l, forma ¨¦sta que considero la mejor para no incurrir.en supuestos que creo falsos'y que son, adem¨¢s, fermento para la literatura pol¨ªtica oportunista.
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