C¨¦sar Vallejo, la transfiguraci¨®n de la palabra
C¨¦sar Vallejo, seg¨²n menciona Am¨¦rico Ferrari, sol¨ªa escoger una palabra, repetirla mon¨®tona, infatigablemente, hasta vaciarla, para su interlocutor, de su sentido normal y convencional, hasta destruir con esta repetici¨®n absurda toda su sustancia l¨®gica, hasta hacer de la palabra exactamente lo que toda palabra es en su esencia: un problema.Su viuda, Georgette Philippart, coment¨® en relaci¨®n a esto: "Yo le o¨ª, pero en sentido contrario, repetir una palabra como si quisiera saturarse de ella, dilat¨¢ndola, hasta hacer alcanzar a la palabra una dimensi¨®n monstruosa que revelaba un contenido fenomenal y hac¨ªa pensar en la desintegraci¨®n del ¨¢tomo". Estos dos juegos opuestos revelan el flujo y reflujo de una marea en la que se mece toda la obra de Vallejo. S¨®lo a partir de esa ¨ªntima relaci¨®n con la palabra nace la poes¨ªa oscura y excepcional de libros como Los heraldos negros (1918) y Trilce (1922).
C¨¦sar Vallejo nunca celebr¨® su cumplea?os. La fecha exacta de su nacimiento no se pudo establecer sino hasta varios a?os despu¨¦s de su muerte, por un pu?ado de apasionados investigadores de su obra. As¨ª, se sabe que naci¨® el 16 de marzo de 1892, en Santiago de Chuco, un pueblecito del departamento de La Libertad, al norte de Lima. Un lugar a 3.115 metros sobre el nivel del mar al que s¨®lo se llegaba a lomos de burro. ?l dec¨ªa haber nacido "un d¨ªa que Dios estuvo enfermo, grave", y todos los testimonios que dej¨® escritos, as¨ª como los de gente que lo conoci¨®, contribuyen a alimentar la imagen de uno de los poetas m¨¢s profunda y constantemente conmovidos por el sufrimiento humano.
El escritor peruano Ciro Alegr¨ªa, autor de El mundo es ancho y ajeno, fue alumno suyo durante los a?os juveniles en que Vallejo se dedic¨® a la docencia. "Junto a la puerta estaba parado C¨¦sar Vallejo. Magro, cetrino, casi hier¨¢tico, me pareci¨® un ¨¢rbol deshojado", recordaba Alegr¨ªa. 'De todo su ser flu¨ªa una gran tristeza. Nunca he visto un hombre que pareciera m¨¢s triste. Su dolor era a la vez una secreta y ostensible condici¨®n que termin¨® por contagiarme".
Viaj¨® a Lima en 1918 y en 1923 llega a Europa para no volver jam¨¢s a su pa¨ªs. En 1924 conoce a Juan Gris, Vicente Huidobro y Juan Larrea en Par¨ªs. Colabora en diversas publicaciones en Latinoam¨¦rica y Espa?a. Consigue una beca en Espa?a, de 333 pesetas, que le lleva a Madrid en varias ocasiones para cobrarla, aunque sigue viviendo en Par¨ªs. Los 15 a?os en Europa fueron duros para ¨¦l, pas¨® estrecheces y problemas econ¨®micos, a pesar de los viajes que realiz¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
La mejor etapa
En 1931 viene a Espa?a con Georgette y pasa una temporada que puede considerarse entre las mejores de su vida. Se relaciona en Madrid con Garc¨ªa Lorca, Alberti, Antonio Machado, Pedro Salinas y Luis Cernuda. Rafael Alberti lo recuerda como un hombre introvertido. "Hablaba un castellano muy particular, muy indio", comenta Alberti. "Le conoc¨ª en 1931 en Par¨ªs y le ve¨ªa con frecuencia en las tertulias de los caf¨¦s con otros escritores latinoamericanos. Yo lo considero el primer gran poeta comunista de lengua hispana. Sab¨ªa mucho marxismo y en Madrid fue el maestro de algunos j¨®venes poetas. Ten¨ªa un gran amor el pueblo espa?ol y escribi¨® esa obra cumbre, genial, que es Espa?a, aparta de m¨ª este c¨¢liz".De regreso a Par¨ªs en 1932, la situaci¨®n empeora. La pareja se ve obligada a vivir en hoteles baratos y fondas, y Vallejo no abandonar¨¢ esta permanente mudanza hasta su muerte. El estallido de la guerra civil espa?ola parece despertar en el poeta nuevamente la energ¨ªa y la pasi¨®n por una causa. Participa en m¨ªtines, reuniones y la fundaci¨®n de los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica de Espa?a.
En julio de 1937 Vallejo asiste en Valencia al congreso de escritores antifascistas. Desilusionado por la vanidad de muchos de los participantes en el congreso, lo abanadona para visitar el frente de Madrid, y luego vuelve a Par¨ªs. Termina de escribir Poemas humanos y Espa?a, aparta de m¨ª este c¨¢liz. En marzo de 1938 se siente agotado y sufre una enfermedad que los m¨¦dicos no saben diagnosticar.
La grandeza del poeta se ha ido apreciando en el transcurso de los a?os que siguieron a su muerte, y hoy a¨²n se siente el peso de su lenguaje y su originalidad en muchos j¨®venes poetas en lengua hispana. La oscuridad de la vida del hombre se ha querido te?ir, en compensaci¨®n, de mayores misterios de los que realmente existen. Se la ha llamado visionario y profeta a causa de unos bellos versos en los que dice: "Morir¨¦ en Par¨ªs con aguacero, un d¨ªa del cual tengo ya el recuerdo". No supo cu¨¢ndo naci¨® ni supo de qu¨¦ muri¨®. Le sobrevino la muerte en una ciudad que le fue imposible abandonar; una ciudad en donde siempre llueve; un Viernes Santo, 15 de abril de 1938.
Babelia
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