La URSS firma en Ginebra su retirada de Afganist¨¢n

Los ministros de Asuntos Exteriores, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Estados Unidos, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n estamparon ayer su firma, ante la mirada del secretario general de la ONU, en el acuerdo que establece en nueve meses la retirada sovi¨¦tica de Afganist¨¢n. Seg¨²n el responsable de la diplomacia sovi¨¦tica, Edvard Shevardnadze, Afganist¨¢n se ha convertido en el s¨ªmbolo de un "nuevo pensamiento pol¨ªtico" por el que los "problemas internacionales agudos se resuelven exclusivamente a trav¨¦s de la pol¨ªtica". La ceremonia de la firma, de apenas 10 minutos, se celebr¨® en medio de un tenso silencio, en el que s¨®lo se escuchaba el pasar de las 36 p¨¢ginas del acuerdo y el pulular de las auxiliares alrededor de la mesa ovalada a la que se sentaban los firmantes.

El secretario general de la ONU, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, agradeci¨® a afganos y paquistan¨ªes sus "esfuerzos incansables", y a sovi¨¦ticos y estadounidenses, "la disposici¨®n de ser garantes". Estampadas las firmas, P¨¦rez de Cu¨¦llar estrech¨® las manos de los cuatro ministros y, como si la mitad de la sala no viera a la mitad de enfrente, Shevardnadze y su colega afgano, Abdul Wakil, se abrazaron y salieron por la puerta de bronce de la izquierda, y Shultz y su hom¨®logo paquistan¨ª, Zain Noorani, hicieron lo mismo por la derecha. La sala Francisco de Vitoria, cuyo techo parece una c¨²pula que forman cinco recios brazos al unir sus manos simbolizando el mundo, qued¨® impregnada m¨¢s de una sensaci¨®n de guerra que de paz.Las cuatro conferencias de prensa que siguieron al acto no fueron muy tranquilizadoras. "Hemos hecho saber claramente a los dirigentes sovi¨¦ticos que, de acuerdo a nuestras obligaciones como garantes, tenemos derecho a proporcionar ayuda militar a la resistencia. Estamos dispuestos a ejercer ese derecho, pero tambi¨¦n estamos preparados para intercambiar restricciones por restricciones", afirm¨® Shultz.

Wakil, al pedirle un comentario sobre las palabras del secretario de Estado norteamericano, se?al¨® que "m¨¢s le val¨ªa a Shultz haber llegado a Ginebra despu¨¦s de haber hecho considerables cortes en el suministro a los rebeldes". Sin embargo, en cuanto a que la Uni¨®n Sovi¨¦tica deje de ayudar militarmente al Gobierno de Kabul, indic¨® que la cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses soberanos data de 1921 y "sobre esta base ha de continuar".

Plumas y sables

Mientras se sacaban las plumas, se desenvainaban los sables. Noorani se ha negado a relacionar a los muyahidin con los "mercenarios" a que se refiere dentro del acuerdo. "Los muyahidin luchan por la justicia y por sus derechos, y Pakist¨¢n les desea que alcancen con ¨¦xito su meta", afirm¨® el ministro paquistan¨ª.Tanto Noorani como Shultz insistieron en que la firma del acuerdo no significa que reconozcan al Gobierno de Kabul, a pesar de que el texto estipula el establecimiento de dos delegaciones de la ONU, una en Afganist¨¢n y otra en Pakist¨¢n, para vigilar el compromiso de no interferencia y no injerencia de un pa¨ªs en los asuntos del otro, a partir del 15 de mayo, cuando se inicie la retirada sovi¨¦tica. En caso de que se denuncien violaciones, y en un m¨¢ximo de 48 horas, delegaciones de los dos pa¨ªses habr¨¢n de unirse a las de la ONU para examinar la denuncia.

Sin embargo, a pesar del ruido de sables, todos han coincidido en la importancia que tiene este acuerdo como s¨ªmbolo, seg¨²n Shultz, de que "una superpotencia no puede imponer su voluntad por la fuerza de las armas, ni incluso en el m¨¢s peque?o de los pa¨ªses, cuando sus ciudadanos est¨¢n decididos a resistirse".

Para Cordovez, el mediador de la ONU que ha hecho posible este acuerdo tras seis a?os de conversaciones indirectas entre Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, "lo esencial es la retirada sovi¨¦tica".

En declaraciones a este peri¨®dico, Cordovez afirma que el movimiento que se producir¨¢ entre los cinco millones de refugiados que est¨¢n ansiosos de volver a su pa¨ªs "obligar¨¢ a los dirigentes procomunistas y fundamentalistas a limar ciertas asperezas actuales y a buscar una f¨®rmula que les permita vivir en paz".

En este mismo sentido se expres¨® Noorani: "Bajo este acuerdo la paz no volver¨¢ a Afganist¨¢n, pero es una base para que la buena voluntad de los afganos y la b¨²squeda de una soluci¨®n entre ellos haga que la paz se instale en pocos meses en ese pa¨ªs".

Shevardnadze se neg¨® a responder sobre la actitud de los generales sovi¨¦ticos ante esta su primera derrota militar. El ministro insisti¨® en que las tropas sovi¨¦ticas se retiran de Afganist¨¢n no porque hayan sido derrotadas, sino por que la URSS "comprende" que son los afganos los que deben resolver su futuro.

Satisfacci¨®n espa?ola

El Gobierno espa?ol calific¨® ayer al acuerdo de "paso hist¨®rico", alaba la labor mediadora de la ONU y recuerda que, a partir de ahora, "es necesario el inicio de un proceso de reconciliaci¨®n aut¨¦ntica entre todos los afganos". La OTAN y la Comunidad Europea expresaron asimismo su satisfacci¨®n. Los pa¨ªses de la Alianza conf¨ªan en que el acuerdo mejore a¨²n mas el clima de di¨¢logo entre el Este y el Oeste.