Una vuelta a casa convertida en mal sue?o
Los rehenes del 'avi¨®n del martirio' vivieron 362 horas y 30 minutos de terror
"Les habla el comandante del vuelo 4.22 de Kuwait Airways. Nos encontramos a. una altitud de unos 30.000 pies. A su izquierda pueden ver el mar de Om¨¢n. En seguida empezaremos a descender y tomaremos tierra en el aeropuerto de Kuwait en un tiempo aproximado de 50 minutos". Las palabras del piloto no se cumplieron esta vez como estaba previsto. Eran las 4.30 (hora peninsular espa?ola) del d¨ªa 5 de abril cuando varios hombres que viajaban en clase preferente se repartieron unas peque?as pistolas en los lavabos y tomaron posiciones estrat¨¦gicas a bordo del jumbo que hab¨ªa despegado de Bangkok. Uno de ellos conmin¨¦ al comandante a desviar su ruta hacia Ir¨¢n. El avi¨®n hab¨ªa sido secuestrado.
Durante tres d¨ªas, el cuatrimotor permaneci¨® inmovilizado en el aeropuerto iran¨ª de Mashad, a 900 kil¨®metros al norte de Teher¨¢n.Varias horas despu¨¦s del aterrizaje, los piratas solicitaron la liberaci¨®n de 17 terroristas encarcelados en Kuwait y dieron un primer ultim¨¢tum de 12 horas para que se cumpla su exigencia. De lo contrario, amenazaron, matar¨ªan a los rehenes. Un total de 112 personas viajaba en el aparato cuando sali¨® de Bangkog. Antes de que acabara el d¨ªa, los secuestradores liberaron a 24 mujeres. Otros 32 pasajeros fueron autorizados a abandonar el aparato al d¨ªa siguiente.
Tres pasajeros del vuelo KU422 se convirtieron desde el principio en el objetivo preferido de los secuestradores: Jaled Anuar al Sab¨¢, su mujer Ibtisam y su hermana Fad¨¦, parientes lejanos del emir de Kuwait, y ellas dos las ¨²nicas mujeres que permanecieron en el Boeing hasta el final.
Un supuesto intercambio de disparos en la tarde del tercer d¨ªa del secuestro llev¨® a los responsables iran¨ªes a facilitar carburante a los secuestradores para que el avi¨®n saliera hacia otro destino, justo lo que los kuwait¨ªes hab¨ªan intentado evitar.
Refuerzos en Ir¨¢n
A medida que pasaban los d¨ªas, nuevas declaraciones de rehenes liberados e informaciones de servicios secretos apuntaban a la posibilidad de que en esa escala los secuestradores hubieran sido provistos de ametralladoras y explosivos. Seg¨²n uno de los pasajeros liberados en Mashad, las armas con las que los secuestradores tomaron el aparato -peque?as pistolas- hab¨ªan sido subidas a bordo por un joven que las manten¨ªa ocultas en una lujosa maleta de piel de cocodrilo.
Varios de los liberados en Mashad indicaron que tres o cuatro hombres se unieron al grupo de secuestradores en esta escala, lo que fue confirmado ayer por otros rehenes. La operaci¨®n no tuvo que resultar muy dif¨ªcil debido a la nula vigilancia que las fuerzas de seguridad iran¨ªes ejerc¨ªan, al parecer, sobre el Boeing.
La llegada del reactor al aeropuerto de la ciudad, chipriota de Larnaca, donde otro reh¨¦n fue liberado, estuvo precedida de unas horas de gran -tensi¨®n en las que el Boeing sobrevol¨® Beirut y en las que el piloto del jumbo casi lleg¨® a culminar un aterrizaje a la desesperada. Los secuestradores pretend¨ªan aterrizar en la la capital. libanesa, centro de operaciones de Yihad Isl¨¢mica y que, tras 13 a?os de guerra, se encuentra en una situaci¨®n que la hace incontrolable.
El asesinato de dos pasajeros que a¨²n permanec¨ªan a bordo en Larnaca dio un giro tr¨¢gico al secuestro. Se lleg¨® a temer lo peor y, cuando se empezaba a rumorear que se producir¨ªa un asalto al Boeing, rebautizado como avi¨®n del martirio supremo, Yihad Isl¨¢mica amenaz¨® en Beirut con matar a los tres franceses y dos norteamericanos que tiene en su poder. Al final, y tras innumerables ultimatos pospuestos, las ?das y venidas de los mediadores palestinos dieron como resultado una salida de compromiso.
Tras cinco d¨ªas de negativas a reabastecer al aparato, las autoridades chipriotas admitieron el intercambio de 12 personas por combustible. Los secuestradores hab¨ªan aceptado trasladarse a Argelia para tratar de poner fin a su aventura. Empezaba el acto final del drama.
El Boeing 747 lleg¨® al aeropuerto Huari Bumedian en la madrugada del 13 de abril, procedente de Larnaca, y Hadi el Jaridi, ministro argelino del Interior, subi¨® al avi¨®n esa misma ma?ana. Encontr¨® a los secuestradores determinados a conseguir la liberaci¨®n de los 17 militantes de Yihad Isl¨¢mica presos en Kuwait. Los piratas y el ministro pactaron que no habr¨ªa actos de violencia en el Huari Bumedian. Una delegaci¨®n kuwait¨ª, presidida por el viceministro de Exteriores, aterriz¨® en Argel al mediod¨ªa del 13 de abril, y anunci¨® que el emirato no ceder¨ªa al chantaje. Se abrieron las negociaciones, con los argelinos como intermediarios. La palabra muerte se escuch¨® por vez primera en Argel el d¨ªa 14. Uno de los rehenes anunci¨® por radio que los piratas estaban dispuestos a provocar una carnicer¨ªa si no se satisfac¨ªa su exigencia.
El comienzo del Ramad¨¢n, el 18 de abril, no trajo el esperado gesto de buena voluntad. Los piratas hicieron hablar a Fadel al Sabah, primo del emir de Kuwait. El rehen pidi¨® la libertad de los 17 de Kuwait, pero no dijo cu¨¢l era la nueva amenaza de los secuestradores. Una mujer, tambi¨¦n de la familia real, tom¨® la palabra al d¨ªa siguiente. El empleo de una mujer para reforzar su chantaje, caus¨® mala impresi¨®n en el mundo isl¨¢mico. Horas despu¨¦s, ya en la madrugada del 20, una semana despu¨¦s de la llegada al Huari Bumedian y 362 horas y 30 minutos desde el comienzo de la pesadilla, los piratas anunciaron su rendici¨®n y liberaron a todos los rehenes.
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