La emocion del toro manso
Ayer tambi¨¦n hubo toros mansos y aunque no pueda decirse que nos divertimos, es evidente que en la plaza no hubo el tedio de las tardes anteriores. Y no hubo tedio porque hubo emoci¨®n. Emoci¨®n que provocaban los mansos pero encastados toros de los herederos de Baltasar Ib¨¢n.La pincelada heroico-rom¨¢ntica de la tarde correspondi¨® a una guapa espectadora que desde su barrera hizo un quite oportun¨ªsimo al pe¨®n Antonio Chac¨®n, arroj¨¢ndole su bolso a la misma. cara del toro. Junto al emocionado agradecimiento del torero, la ovaci¨®n del p¨²blico, y supongo que varios millones de testigos a trav¨¦s de la televisi¨®n.
Emoci¨®n hubo en la impresionante cogida de V¨ªctor Mendes al perderle la cara con ol¨ªmpico desprecio. Un toro descastado no acude tras ¨¦l, le da pereza. Un toro manso pero con casta, como los de ayer, piensa: esta es la m¨ªa, a por ¨¦l voy. Y fue, y tuvo al portugu¨¦s durante unos segundos angustiosos entre sus pezu?as, y el torero agarrado a la impresionante media luna del morlaco.
Dos pares de Antonio Chac¨®n
Emoci¨®n hubo en los dos pares de Chac¨®n al cuarto, pues el toro ten¨ªa muchos pies, y hab¨ªa que ganarle la cara. Y Antonio se la gan¨®. Y emoci¨®n hubo tambi¨¦n en las pasadas en falso de Luis Arenas, por los arreones que pegaba el burel.
Y hubo emoci¨®n en muchos muletazos de Jos¨¦ Antonio Campuzano al cuarto. La pena que alargara tanto las faenas en ambos toros, lo que provoc¨® que, en el primero, sin estar premioso con la espada, escuchara, sin embargo, un aviso. Jos¨¦ Antonio debe seguir al pie de la letra la m¨¢xima de Graci¨¢n: "lo bueno si breve, dos veces bueno".
Emoci¨®n hubo en la espectacular forma de derribar al caballo el cuarto toro, que tras hacerlo, sali¨® corriendo como alma que lleva el diablo, pues era manso.
Emoci¨®n hubo en la salida del sexto, un toraco con una impresionante arboladura astifina, tanta que fue ovacionado al aparecer por la puerta del torfi. Y hubo emoci¨®n, pues el toro ten¨ªa mucho que torear, y ve¨ªamos al Jerezano demasiado a su merced, y anduvimos un tanto angustiados.
Todas estas emociones no son la emoci¨®n del arte, sino la emoci¨®n del riesgo, pues en algunos de esos momentos, la tragedia se !nasticaba en la plaza. La conjunci¨®n de la emoci¨®n del riesgo con la emoci¨®n est¨¦tica, es lo que produce ese arte maravilloso, que es el toreo: la summa artis. Ayer, salvo en contadas ocasiones, s¨®lo hubo de la primera, pero al menos no cundi¨® el tedio de tardes precedentes.
Termin¨® ayer su trabajo en esta feria Jos¨¦ Antonio Campuzano. No tuvo, en general, suerte con sus toros. Puso toda la carne en el asador, pero no acab¨® de cuajar una gran faena. Sigue fuerte con la espada. El Jerezano tambi¨¦n concluy¨® su ajuste. Tuvo una oportunidad m¨¢s de la prevista inicialmente. Tiene buenas maneras y valor. Ha de meterse, sin embargo, mucha l¨ªdia en la cabeza. Es joven y puede hacerlo.
A Mendes le espera la de Miura el domingo.
Babelia
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