El triunfo de Adam Smith
Laos adopta medidas sumamente liberalizadoras de su econom¨ªa
En el coraz¨®n de Laos, en el distrito de Muong Hom, donde antes no hab¨ªa nada, han nacido ocho poblados en los que se han instalado 165.000 personas. Es un proyecto de desarrollo integrado financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para este pa¨ªs, que, seg¨²n la ONU, es el segundo m¨¢s pobre de la tierra (s¨®lo le supera la vecina Camboya), con una renta anual per c¨¢pita de entre 110 y 150 d¨®lares.
El progreso ha llegado a Muong Hom, a veces a la fuerza. La esperanza de vida en la zona sigue sin superar los 45 a?os, se?ala un m¨¦dico local que tiene dispensario pero carece de las medicinas necesarias para su cometido.El 85% de los 3,7 millones de habitantes de Laos, con una superficie que viene a representar la mitad de Espa?a, son campesinos. Es un pa¨ªs sin casi carreteras. Y sin litoral. Muong Hong, al sur de la casi m¨ªtica llanura, de los Jars, es una experiencia piloto. Para llegar all¨ª desde Vientiane se tarda toda una jornada: dos horas de carretera, cuatro horas de barco y luego algunos kil¨®metros de pista, para un total de menos de 200 kil¨®metros. Claro que antes se tardaban d¨ªas.
"El problema de abrir una carretera significa en un primer tiempo abrir el camino f¨¢cil a la droga", dice Thuansavat, director del proyecto, quien sin embargo culpa al consumo en EE UU del problema de la droga. Pero a?ade que, ante la falta de medicamentos, el "opio es la ¨²ltima medicina".
El jefe de la familia Bounsov, de la minor¨ªa ¨¦tnica yaouzu, se?ala que el Gobierno les prohibi¨® cultivar opio, sin mayores explicaciones. Reconoce que a los mayores de 60 a?os se les deja fumar y drogarse. Todo su poblado descendi¨® de la monta?a para instalarse y cultivar arroz en la llanura de Muong Hom. Tampoco est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto estos desplazamientos han sido forzosos.
Los hmong son una de las principales minor¨ªas (Laos cuenta con 68 etnias) y acostumbran a vivir en monta?a, quemando el terreno para cultivar arroz una vez sobre ¨¦l y luego desplazarse. Estas quemas, seg¨²n el Gobierno, vienen a destruir unas 300.000 hect¨¢reas de bosques -una de las principales riquezas de Laos- al a?o. A pesar de estar prohibidas, en la zona de Luanprabang, la antigua capital del reino, las quemas son tales que los humos que producen impiden, la llegada de aviones. Y como por carretera los extranjeros no pueden ir (dado, se dice, el peligro de ser atacados), a menudo la gente se queda all¨ª estancada durante d¨ªas.
En los poblados cunden los puestos privados de caramelos, tabaco y otras chucher¨ªas. Cuando se va a pagar, el vendedor saca una calculadora electr¨®nica Es el desarrollo del peque?o comercio, en un pa¨ªs que hace tan s¨®lo vinos a?os intent¨® la colectivizaci¨®n forzosa de la agricultura y la planificaci¨®n centralizada de la econom¨ªa. Las tiendas privadas proliferan tambi¨¦n en Vientiane, aunque hay a¨²n muchos escaparates cerrados. Pero los sovi¨¦ticos acuden al Mercado de la Ma?ana, oficial y privado, para comprar esos tejanos a 10 d¨®lares y esos productos que no encontrar¨¢n en Mosc¨².
Hoy el esp¨ªritu de Adam Smith empieza a dominar el nuevo pensamiento econ¨®mico en Laos. La revoluci¨®n se hizo en 1975, en un pa¨ªs devastado por el conflicto entre EE UU y Vietnam. Con la toma del poder por los comunistas se marcharon m¨¢s de 300.000 personas de Laos, es decir, un 10% de la poblaci¨®n. Y la mayor¨ªa de ellos eran cuadros y mano de obra cualificada. El pa¨ªs tuvo casi que volver a empezar desde cero.
La primera prioridad es la autosuficiencia alimentaria, "que todo el mundo coma"; luego, que "coma bien y se vista", y finalmente, que "pueda escoger ropa y comida", dice un alto funcionario laosiano. En t¨¦rminos de arroz el objetivo est¨¢ logrado, aunque no a¨²n de forma totalmente estable. La segunda prioridad son las comunicaciones, en un pa¨ªs casi sin carreteras, y la tercera, la educaci¨®n.
Desde 1985, con el llamado nuevo mecanismo econ¨®mico, se ha dado un ¨ªmpetu a la liberalizaci¨®n. "Lo privado existe, pero para el plan hacemos como si no existiera", se?ala Somphavanh Inthavog, uno de los cinco vicepresidentes del Comit¨¦ de Planificaci¨®n. Y con toda tranquilidad a?ade: "El plan es solamente orientativo".
Por cada kip (la moneda local) que pone Laos, cuatro vienen del exterior, seg¨²n el viceministro del plan. Un 60% de la ayuda exterior, seg¨²n ¨¦l, viene de los pa¨ªses del Este -la URSS principalmente- y un 40% de pa¨ªses de moneda convertible.
El PNUD es el segundo canalizador de la ayuda, detr¨¢s de Jap¨®n. Este pa¨ªs es m¨¢s exigente en su ayuda; as¨ª, se neg¨® a financiar la polit¨¦cnica en Vientiane si no pod¨ªa decidir sobre el programa de ense?anza, mientras que el PNUD se ve m¨¢s limitado en este tipo de influencia. La ayuda est¨¢ adem¨¢s limitada por la capacidad de absorci¨®n.
Como ingresos en moneda convertible, Laos exporta sobre todo (entre un 40% y un 45% del total de sus ventas al extranjero) electricidad a Tailandia -desde la construcci¨®n de la presa de Ngum-, madera, caf¨¦ y alg¨²n mineral.
Los laosianos, viven en gran parte tambi¨¦n de lo que les mandan sus familiares exiliados. Y estos env¨ªos, seg¨²n funcionarios laosianos, se han multiplicado por tres desde enero, cuando se introdujo un tipo de cambio ¨²nico para el d¨®lar. Hay m¨¢s casas en construcci¨®n (unas 600 en Vientiane, que tiene una poblaci¨®n de 125.000 habitantes). Una casa t¨ªpica, de bamb¨², sobre pilares ahora de cemento, viene a costar entre 2.000 y 3.000 d¨®lares. Tambi¨¦n se ven m¨¢s bicicletas. Tailandesas, por supuesto.
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