El CAI perdi¨® la oportunidad de ganar al Madrid
, Visto el resultado, todo parece razonable. Y el resultado no es, desde luego, una an¨¦cdota. Leido el partido de otra manera, sin embargo, el marcador final resulta menos razonable. Bastante hizo el Madrid con ganar ayer, pero vaya oportunidad la que perdi¨® el CAI Zaragoza de haber hecho algo sonado. Al Madrid le salv¨® la acci¨®n a t¨ªtulo meramente individual de Biriukov y Fernando Mart¨ªn, quienes se responsabilizaron del 725,0 de los tantos de todo el equipo y eso a costa de una tarde especialmente efectiva de ambos. Biriukov hizo 38 tantos con un porcentaje personal del 82% Fernando Mart¨ªn cumpli¨® sus 29 con un 72%. Es decir, nunca mejor dicho que ambos salvaron la estabilidad del equipo.
Parece bastante evidente, al menos durante estas semanas, que los jugadores madridistas ni se flan de s¨ª mismos, ni del juego que hacen; ni Lolo se f¨ªan de sus hombres, ni ellos de ¨¦l. Cuando las cosas vienen mal dadas, como es el juego madridista de finales del mes de abril, nadie parece dispuesto a escuchar, ni quien habla est¨¢ demasiado seguro de lo que dice o de que el mensaje llega a su destino. En el revuelo, cada cual hace lo que puede y eso es ayer lo que, en conjunto, hizo el Real Madrid: lo que pudo. O, mejor dicho, un par de elementos hicieron algo m¨¢s de lo que suele ser normal. Eso le bast¨® al Madrid para vencer. Y puede darse por satisfecho.
Quien, por tanto, debe estar a estar horas haciendo actos de contrici¨®n y cumpliendo dolorosa penitencia -tabla de abdominales en la habitaci¨®n del hotel, ayuno y abstinencia, golpes en el pecho y, efectivamente, una sesi¨®n de v¨ªdeo con la recopilaci¨®n de varios cap¨ªtulos del programa Los Aurones o, en su defecto, ?ltimas Preguntas es el CAI Zaragoza al completo. Pocas veces habr¨¢ tenido a todo un Real Madrid tan bien dispuesto para darle la mayor¨ªa de edad, sin ideas en ataque y con una vocaci¨®n defensiva ciertamente desordenada, tanto que result¨® un equipo propenso a las faltas -el otrora impoluto Branson cometi¨® cuatro faltas en seis minutos-.
A poco de empezar el partido, Fernando Mart¨ªn, qui¨¦n lo iba a decir, eludi¨® la responsabiIidad de su primer lanzamiento en una posici¨®n ventajosa; m¨¢s tarde, Corbal¨¢n recrimin¨® a Biriukov porque trataba de avasallar a uno de los colegiados f¨ªsicamente, hecho realmente infrecuente en este deporte; luego, tres hombres lanzados al contraataque no supieron qu¨¦ hacer con el ¨²ltimo pase y, finalmente, todo el Real Madrid marc¨® 10 tantos en los 6 primeros minutos. Todos estos detalles denunciaban no s¨®lo la intranquilidad que agobia a un conjunto, sino que delatan tambi¨¦n desconexi¨®n en el juego colectivo y, desde luego, desconfianza individual. Era evidente que el Madrid estaba contra las cuerdas, pero de esos detalles quien pareci¨® no darse cuenta fue precisamente el CAI Zaragoza. En el momento justo, cuando la situaci¨®n reclamaba un decidido paso adelante, un resoplido, para empezar a sentenciar la marcha del partido (8-18 al minuto 5), el CAI afloj¨®. Se asust¨®; perdi¨® balones infantiles y alivi¨® la situaci¨®n del Madrid.
Desde ese momento, el partido entr¨® en una fase, larga pero no consecuente, de dominio madridista, en la que la aportaci¨®n de dos jugadores result¨® como un b¨¢lsamo reparador. Biriukov, por ejemplo, consigui¨® hasta ocho triples, Alexis ayud¨® en la primera parte (14 tantos) aunque desapareci¨® en la segunda (3) y Fernando Mart¨ªn sostuvo el peso del juego interior, motivado en la lucha contra Ortiz, y excesivamente brillante en algunas acciones. Mart¨ªn ayer hizo algunas canastas incre¨ªbles, sobre todo en algunos ganchos de su marca, ejecutados con una decisi¨®n impropia de quien lleva dos meses inactivo. Pero, con todo, la lectura del partido fue desoladora: Entre Biriukov y Mart¨ªn consegu¨ªan, en la segunda parte, el 76% de los tantos del Madrid. Y el Madrid, que cre¨ªa tener el partido resuelto, s¨®lo fue capaz de encestar 6 tantos en los ¨²ltimos 7 minutos, per¨ªodo en el que el CAI hizo 12. Por tanto, el partido se resolvi¨® de mala manera, porque la actuaci¨®n individual de los dos citados revelaba falta de acci¨®n de conjunto y porque el CAI no pareci¨® darse cuenta, a lo largo de los 40 minutos, que ayer era el d¨ªa en el que pod¨ªa so?ar con ser finalista.
Y, ahora, todo esto es mera historia, forma parte del anecdotario de un primer choque de semifinales. Porque el segundo, ma?ana lunes y en el mismo escenario (19.30 horas) el p¨²blico puede encontrarse con otra forma de producirse un desenlace. Por si acaso, no estar¨ªa de menos que los jugadores del Madrid, y Lolo Sainz principalmente, le pusieran una vela a Biriukov y a Fernando Mart¨ªn. Tampoco, que el CAI hiciera prop¨®sito de enmienda.
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