El atractivo de lo elemental
Nick LoweNick Lowe (voz y guitarra ac¨²stica). Sala Universal. Madrid, 5 de mayo.
Hace 10 a?os el brit¨¢nico Nick Lowe grab¨® su primer disco en solitario, que se public¨® en Estados Unidos con el nombre de Puro pop para la gente de ahora. Hoy act¨²a en Espa?a con su guitarra y un micr¨®fono, como si un t¨²nel del tiempo le hubiese situado en la m¨²sica de su infancia, en el final de la d¨¦cada de los cincuenta.
Tambi¨¦n en 1978 Nick Lowe recorr¨ªa Am¨¦rica actuando en compa?¨ªa del irland¨¦s Van Morrison. Hoy, sus caminos se han separado, y mientras Lowe act¨²a en peque?os clubes para 1.500 personas, Morrison visitar¨¢ por primera vez Espa?a el pr¨®ximo d¨ªa 15 para ofrecer un concierto en Madrid ante 45.000 aficionados. Evidentemente, Nick Lowe se ha decidido a retomar sus or¨ªgenes y bucear en el pasado.
Buenas canciones
Escuchar al brit¨¢nico interpretar sus canciones desnudas, con una solitaria guitarra que debe suplir la ausencia de bajo, bater¨ªa y teclados, es tener frente a frente la fisonom¨ªa de Jerry Lee Lewis, algo de la matizada voz de Elvis Presley y, sobre todo, el concepto pop de Buddy Holly.Nick Lowe comenz¨® su carrera en 1963, con solo 14 a?os de edad, y en ese punto de partida es donde hay que situar su planteamiento solitario y la defensa a ultranza que realiza del pop como mensaje alegre de tres minutos de duraci¨®n y la supremac¨ªa de tiempos pasados sobre el marketing musical de la d¨¦cada de los ochenta.
A punto de cumplir 40 a?os, un Nick Lowe encanecido se dedica hoy a repasar una carrera plagada de buenas canciones y popularizadas en todo el mundo con el respaldo de excelentes m¨²sicos, que en su gira actual brillan por su ausencia. Se echa de menos la guitarra de Martin Belmont, el piano de Paul Carrack y la bater¨ªa de Bobby lrwin, aunque la elegante calidad de Lowe puede sostener con dignidad 70 minutos de concierto.
Sumido en una encrucijada, defendiendo en sus actuaciones la pureza del pop, el brit¨¢nico se enfrenta al riesgo de la comparaci¨®n y da la sensaci¨®n no de buscar el futuro a trav¨¦s del pasado, sino de mantenerse al pairo y utilizar una soluci¨®n de circunstancias como salvavidas moment¨¢neo. Un lujo que s¨®lo se pueden permitir aquellos elegidos que arrastran una trayectoria de reconocido prestigio, aunque sin un ¨¦xito comercial que otros con menos merecimientos han conseguido con creces.
Para los numerosos aficionados que aprecian la m¨²sica de Nick Lowe, sus actuaciones en solitario ofrecen la posibilidad de encontrarse cara a cara con uno de los mejores compositores de la historia del pop brit¨¢nico, comprobar que la esencia de esta m¨²sica cuando se presenta al desnudo apenas ha variado en 30 a?os y confirmar que el brit¨¢nico ha emprendido una trayectoria sin una salida previsible, aunque c¨®moda y rentable tras una larga carrera.
El p¨²blico que llen¨® la sala Universal demostr¨® que lo elemental todav¨ªa atrae y que la esencia de la m¨²sica no tiene nada que ver con la parafernalia, aunque pagar 1.600 pesetas por un concierto de pub es, a todas luces, excesivo.
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