Tres formas de ret¨®rica visual en tres filmes muy distintos
Tres pel¨ªculas protagonizaron la jornada de ayer en Cannes: dos de la secci¨®n oficial competitiva - Onimaru, del japon¨¦s Yoshida, y Sur, del argentino Solanas- y El globo de plata, del polaco Zulawski, en la tambi¨¦n oficial secci¨®n Una Cierta Mirada. Son tres obras de muy distintas caracter¨ªsticas que casi nada tienen que ver entre s¨ª. Pero algo com¨²n, y ciertamente no positivo, las interrelaciona: su inclinaci¨®n a la ret¨®rica, o, con otras palabras, un grave desajuste entre lo mucho que pretenden decir y lo poco que a la postre dicen.
Sobre el autor de Onimaru se produjo d¨ªas atr¨¢s un equ¨ªvoco. Medios de informaci¨®n franceses, puesto que el nombre del autor del filme, Kiju Yoshida, carec¨ªa de antecedentes, consideraron ¨¦sta como su primera pel¨ªcula. El error se extendi¨® -y en estas cr¨®nicas ca¨ªmos en ¨¦l-, hasta que se nos inform¨® de que el patron¨ªmico Kiju, es un apodo familiar de Yoshishige Yoshida, que es un cineasta perfectamente conocido de la generaci¨®n de Oshima, con alguna admirable pel¨ªcula como La promesa.Onimaru es casi lo contrario que La promesa. Todo lo que en ¨¦sta es contenci¨®n, en aqu¨¦lla es desbordamiento. Yoshida sustituye el pudor por un desmedido af¨¢n de evidencia. Pel¨ªcula, largu¨ªsima y desequilibrada, se le va de las manos. Busca Yoshida el exceso, y encuentra esa caricatura del exceso que es la exageraci¨®n. Se trata de una l¨²gubre y violent¨ªsima versi¨®n, con t¨¦cnicas interpretativas de teatro N8 japon¨¦s, de Cumbres borrascosas que contiene secuencias de mucho inter¨¦s experimental.
Otro tipo de ret¨®rica muy diferente es el que marca negativamente a la pel¨ªcula argentina Sur, de Fernando Solanas, cineasta que hace un par de d¨¦cadas conmovi¨® con La hora de los hornos.
En Sur, Solanas envuelve con un celof¨¢n de intelectualismo y de reflexiones trascendentalistas acerca de la dolorosa historia reciente de su pa¨ªs a lo que en realidad no es m¨¢s que un sainete com¨²n y corriente, una historieta de cuernos, en la que una se?ora necesitada de entrepierna masculina y con el marido en la c¨¢rcel la toma como mandan los c¨¢nones, sin licencia eclesi¨¢stica.
Adornada con una preciosa colecci¨®n de tangos y milongas porte?as, Sur da mucho menos de lo que pretende dar, y puede ser una mercanc¨ªa vendible en Cannes, que es el escaparate de una Europa de lujo necesitada de coartadas como la que Solanas le ofrece en bandeja: un inofensivo lamento de la pobreza sure?a que suena a m¨²sica celestial en los o¨ªdos de la riqueza norte?a.
La tercera forma de ret¨®rica corri¨® a cargo del pol¨¦mico y c¨¦lebre cineasta polaco Andrzej Zulawski. Su El globo de plata es un filme inacabado, pero pese a ello de casi tres horas de duraci¨®n, el ¨²ltimo que hizo en su Polonia natal, all¨¢ por 1977. Se trata de un complicado y esot¨¦rico relato de ficci¨®n cient¨ªfica con muchos componentes cr¨ªpticos y m¨ªsticos en el que, como es habitual en el enrevesado estilo de su autor, abruma con una ducha de est¨ªmulos visuales, ins¨®litos y heterodoxos, la inagotable paciencia de las butacas vac¨ªas.
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