Ronald Reagan, visto por sus 'leales'
El int¨¦rprete de un gui¨®n escrito por los dem¨¢s
Con amigos como Donald Regan, Larry Speakes, Michael Deaver o David Stockman, Ronald Reagan no necesita enemigos. La descripci¨®n que sus leales hacen del presidente m¨¢s popular de este siglo en sus libros instant¨¢neos, asegurando todos su devoci¨®n a este "gran hombre", completan un devastador cuadro de un jefe del Estado totalmente pasivo, incapaz de comprender los problemas y que abandona la Casa Blanca en manos de asesores que todos los d¨ªas le presentan un gui¨®n.
"El m¨¢s afable y pasivo de los presidentes se contenta con ejercer los poderes simb¨®licos de su cargo. Era rara una reuni¨®n en la que tomara una decisi¨®n o diera ¨®rdenes. El desconcertante sistema, en el que el presidente apenas hablaba cuando sus asesores propon¨ªan medidas que contradec¨ªan sus ideas y promesas, creaba incertidumbre", escribe el ex jefe del gabinete presidencial Donald Regan en su explosivo libro For the record. From Wall Street to Washington.El problema no es la an¨¦cdota sabrosa de Nancy Reagan actuando de "copresidenta en la sombra" a trav¨¦s de una astr¨®loga de San Francisco, sino la extra?a unanimidad en los judas del reaganismo en pintar a un presidente en las nubes.
Ronald Reagan, que hizo su primera pel¨ªcula en Hollywood en 1937, se limita a cumplir el script sin replicar. Por esto disfruta con su papel de presidente -escribe Donald Regan en su pol¨¦mico libro reci¨¦n aparecido-, "sabe perfectamente lo que esperar a lo largo de todo el d¨ªa. Ve¨ªa su jornada como el gui¨®n de un rodaje".
"Cada momento de cada aparici¨®n p¨²blica estaba programada; cada palabra estaba en el gui¨®n; cada lugar donde Reagan tiene que situarse, marcado con tiza en el suelo. El presidente siempre estaba siendo preparado para una funci¨®n", explica Regan. Deaver, ex jefe adjunto de gabinete, cuenta en su libro Behind the scenes que Reagan es "un hombre del gran panorama al que nunca le gust¨® meterse en los detalles".
Para los detalles estaba ¨¦l, que antes de cada acto le preparaba as¨ª, como cuenta en un ejemplo Donald Regan: "Se?or presidente, sale por la puerta y baja las escaleras. El podio est¨¢ diez pasos a la derecha, y la audiencia estar¨¢ en semic¨ªrculo, con las c¨¢maras a la derecha. Cuando termine de hablar d¨¦ dos pasos para atr¨¢s, pero no deje el podio porque le van a entregar una colcha".
El Pent¨¢gono, en vi?etas
"Larry Speakes, el jefe de prensa, le advert¨ªa que tuviera cuidado y esperara preguntas de los periodistas X o Y. Y Reagan, r¨ªendose, respond¨ªa asintiendo: 'Vale, vale, gracias muchachos'. Deaver y luego yo [Donald Regan] le d¨¢bamos una palmada, y el presidente sal¨ªa. La parte programada del acto siempre era perfecta".David Stockman, uno de los padres de las Reaganomies (las teor¨ªas econ¨®micas puestas en pr¨¢ctica por el presidente), en su obra El triunfo de la pol¨ªtica. Por qu¨¦ fracas¨® la revoluci¨®n Reagan, describe al presidente como "sereno y pasivo". En las reuniones con ¨¦l para programar la nueva era, Reagan "simplemente escuchaba, asent¨ªa y sonre¨ªa. Tenemos una gran tarea por delante, sol¨ªa decir, pero nunca acababa la frase. No daba ¨®rdenes, no solicitaba informaci¨®n, no expresaba ninguna sensaci¨®n de urgencia".
Stockman, que dispar¨® hace m¨¢s de dos a?os el torpedo m¨¢s serio contra el reaganismo, tambi¨¦n coincide con otros leales en la dificultad de hacer comprender al presidente temas complejos. Cuenta que en seguida los asesores de la Casa Blanca aprendieron a utilizar v¨ªdeos y gr¨¢ficos muy simplificadores. En una ocasi¨®n, Caspar Weinberger le explic¨® al presidente un aumento del presupuesto del Pent¨¢gono con unos grandes comics que llev¨® a la Casa Blanca.
En la primera vifieta se ve¨ªa a un soldado enano, que no llevaba ni siquiera un rifle. Era el presupuesto de Carter. Otro era un soldado con gafas con aspecto de Woody Allen, con un peque?o fusil. Era el presupuesto de Defensa defendido por Stockman. Y el tercero, un impresionante Rambo de 100 kilos, con casco, cargado de balas y apuntando su M-16. Era el presupuesto del Pent¨¢gono.
Larry Speakes, que ha admitido que invent¨® frases hist¨®ricas que puso en boca del presidente para contrarrestar su pasividad frente a Mijail Gorbachov en la cumbre de Ginebra, en noviembre de 1985, ha escrito en su reciente libro Speaking out que preparar a Reagan para una conferencia de prensa era como reinventar la rueda".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.