Mod¨¦lica comedia burlesca

La reposici¨®n de la estimulante comedia Arsenic and old lace (Ars¨¦nico por compasi¨®n) contribuye con su presencia a alegrar la actual oferta cinematogr¨¢fica.Dirigida y producida por Frank Capra en 1941, pero no estrenada comercialmente en Estados Unidos hasta 1944 -avatares de la guerra-, basa su argumento en la adaptaci¨®n de la hom¨®nima obra de Joseph Kesserling, que signific¨® uno de los grandes acontecimientos teatrales de la ¨¦poca.

El realizador de la pel¨ªcula, libre aqu¨ª de los pasados compromisos del New Deal (donde el dinero no hac¨ªa la felicidad, sino el mantenimiento de la libertad individual, asumiento con independencia la integridad y la solidaridad), realiza un ejemplar ejercicio de adaptaci¨®n f¨ªlmica, en una soberbia lecci¨®n estil¨ªstica, aligerando el ritmo, con perfectos emplazamientos de c¨¢mara, brillante direcci¨®n de actores, y sin obsesionarse por disfrazar el origen teatral de la pel¨ªcula.

El cineasta, nacido en Palermo, consigui¨® as¨ª un doble ¨¦xito con esta realizaci¨®n, que adem¨¢s de estar considerada como su t¨ªtulo m¨¢s prestigioso de aquellos a?os fue una de los m¨¢s taquilleras de la Warner, lo que no impidi¨® que la Academia de Hollywood se olvidara de ¨¦l, como tambi¨¦n hizo con Tener y no tener. As¨ª se le priv¨® de a?adir un nuevo Oscar a los ya obtenidos por Sucedi¨® una noche, El secreto de vivir y Vive como quieras.

Pionero

El cineasta, que se inici¨® como gagman de Hal Roach, antes de colaborar con Harry Lngdon y trabajar con Max Sennet, demuestra en Arsenic and old lace su capacidad para la sabia dosificaci¨®n y reiteraci¨®n de un mismo gag, y un dominio total de todos los mecanismos del g¨¦nero, como corresponde a un pionero de la comedia hollywoodense.El hecho de efectuarse la presente reposici¨®n en versi¨®n original permitir¨¢ apreciar las voces originales de los actores, apartado en el que todos son destacables, y donde el protagonista, Cary Grant, otro de los reyes de la comedia, ofrece una actuaci¨®n distinta a sus habituales, llegando su gesto a la exageraci¨®n par¨®dica, y dotando a su cuerpo de din¨¢mico movimiento, seg¨²n requer¨ªa el tono alocado de la obra.

Al feliz resultado de esta comedia burlesca, que hoy, con casi 50 a?os, sigue cumpliendo su cometido, colabor¨® la presencia de otros grandes nombres del entonces dorado Hollywood, como el fot¨®grafo Sol Polito, el m¨²sico Max Steiner, los guionistas hermanos Epstein, y Orry-Kelly, responsable del vestuario.

Conviene recordarlo, pues la sonrisa y la carcajada, cuando surgen con espontaneidad, no es por azar ni por recurso fl¨¢cil, sino por todo lo contrario.