Tedio y temor en la campa?a
La campa?a electoral ha empezado a un ritmo pausado, como si, la se?al de salida a¨²n no se hubiera dado. Las razones parecen claras. El candidato a la reelecci¨®n, Jordi Pujol, est¨¢ convencido de que una campa?a anodina, que pase como de puntillas, es el mejor sistema para que la pax convergente se prolongue cuatro a?os m¨¢s. Sus adversarios pol¨ªticos le han dado la raz¨®n. La oposici¨®n tienen el convencimiento interior de que la batalla general est¨¢ perdida -conseguir que CiU no revalide la mayor¨ªa absoluta- y cada uno se fija como objetivo mejorar la marca personal obtenida en 1984. El propio Pujol comentaba con toda la raz¨®n el pasado s¨¢bado que el ¨²nico que sal¨ªa a gobernar en estas elecciones era ¨¦l.Pero, adem¨¢s, la oposici¨®n, por un motivo u otro, ha decidido no abrir una batalla frontal que pueda poner nervioso al favorito y hacerle dar un traspi¨¦s. Entre los socialistas contin¨²a como una obsesi¨®n la creencia, alimentada durante toda la legislatura, de que todo aquello que crispe la campa?a redunda en beneficio del candidato de CiU.
La direcci¨®n del PSC se dar¨ªa con un canto en los dientes si los resultados finales, aparte de concederles alg¨²n esca?o m¨¢s, indican que el guarismo de la abstenci¨®n ha descendido y que algo se mueve entre la fiel parroquia del cintur¨®n barcelon¨¦s que s¨®lo despierta en las elecciones municipales o legislativas.
Por su parte, entre los rivales de Pujol en el campo centrista, s¨®lo los candidatos catalanes est¨¢n realmente interesados en criticar en alguna medida la obra de gobierno. Ante las escasas posibilidades de derrotar a CiU, Adolfo Su¨¢rez (CDS) y Antonio Hern¨¢ndez Mancha (AP) aspiran a enojar lo menos posible a Pujol para no hacer irreversible ninguna operaci¨®n pol¨ªtica de ¨¢rribito estatal en 1990 cuando se supone que el PSOE deber¨ªa perdeir la mayor¨ªa absoluta.
Ha tenido que ser un elemento ajeno a las elecciones, como la denuncia en la Prensa del desv¨ªo de una subvenci¨®n del Departamento de Trabajo de la Generalitat a la organizaci¨®n independentista Crida a la Solidaritat, a trav¨¦s de una sociedad sin ¨¢nimo de lucro, el que haya subido ligeramente el tono de la campa?a.
Al l¨ªder socialista Raimon Obiols lo que m¨¢s le inquiet¨® de la informaci¨®n publicada fue descubrir que unas subvenciones de Trabajo, pensadas para crear empleo, se dieran a una sociedad cuya finalidad es el estudio de las banderas.
Esta informaci¨®n estaba en manos de los grupos parlamentarios desde el pasado mes de marzo cuando el Bolet¨ªn Oficial del Parlamento de Catalu?a public¨® para conocimiento de sus se?or¨ªas, y a requerimiento de un diputado del PSUC, la relaci¨®n de las 351 subvenciones, por un importe de 240 millones de pesetas, que se hab¨ªan concedido a una serie de instituciones sin ¨¢nimo de lucro. Entre ellas figura con el nombre bien claro la Asociaci¨®n Catalana de Vexilolog¨ªa. Tal vez entonces no se conoc¨ªa el significado de esta complicada palabra.
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