El pianismo fascinante Zimeman
Ante un p¨²blico multitudinario y expectante, Juventudes Musicales de Madrid presentaron el jueves en el teatro Real al pianista polaco Kristian Zimerman, del que se recordaba su excepcional actuaci¨®n en el festival de Madrid, 1984, con Berstein y la Filarm¨®nica de Viena. Esta vez se trat¨® de un recital concentrado en los nombres de dos grandes rom¨¢nticos: Chopin y Liszt.Zimerman (Zabrze, 1956) expuso su arte fuera de serie y su t¨¦cnica poderosa y preciosista a la vez. Para empezar, consigue sonoridades de singular belleza con unos ataques que, ni siquiera en los fort¨ªsimos, pierden su calidad muelle y aterciopelada. Y como el primer hecho de un verdadero int¨¦rprete es, justamente, la creaci¨®n de una determinada materia sonora que responda a un ideal art¨ªstico elevado y coherente, el mundo m¨¢gico de Zimerman comienza desde que pone las manos en el piano. A veces recuerda a Rubinstein por el color de su toque aunque la concepci¨®n de las obras difiera un tanto de la de su compatriota antecesor.
Juventudes Musicales de Madrid
Recital de Kristian Zimerman, pianista. Obras de Chopin y Liszt. Teatro Real, 19 de mayo.
En cuanto a la t¨¦cnica denominada mec¨¢nica, as¨ª como en lo tocante a la expresi¨®n, Zimerman lo posee todo sin que parezcan existir para ¨¦l puntos de resistencia. Bien se pudo comprobar en la espl¨¦ndida versi¨®n de la Sonata en si menor de Liszt todo un mundo denso, l¨ªrico y poem¨¢tico, aun cuando no exista referencia extramusical alguna. Entre el cantar y el construir de Zimerman existe un universo musical que el pianista llena de perspectivas, presencias y distancias, levedades y potencias.
Si desde la Fantas¨ªa en fa menor Zimerman nos adentr¨® en el cap¨ªtulo m¨¢s singular del romanticismo como es el piano de Chopin, las cuatro baladas fueron entendidas como una sola y grande creaci¨®n en cuatro partes, cada una de las cuales aporta al todo matices diferenciales como los que acusa la Balada en sol menor frente a la En fa mayor, dilecta del joven Falla pianista y del maduro compositor cuando le superpuso textos de Verdaguer y la traslad¨® al coro mixto para los festivales de Mallorca. En las propinas se prolong¨® el hechizo de este pianista, uno de los verdaderamente grandes de su generaci¨®n.
No es parca en valores pian¨ªsticos la generaci¨®n de 1961, la m¨¢s joven que triunfa en los escenarios. Las Juventudes Musicales de Madrid, que pilota Isabel Falabella, as¨ª como el patrocinador del recital, Banco Bilbao-Vizcaya, se han apuntado un nuevo triunfo con dos convocatorias -la de Pogorelich y la de Zimerman- capaces de reunir al p¨²blico m¨¢s amplio y de citar a la m¨¢s alta n¨®mina de pianistas que hemos comprobado en ning¨²n concierto habitual. Y es que Zimerman cae fuera de todo h¨¢bito y se alza ya como un maestro del piano contempor¨¢neo rodeado de fama universal y destinado a convertirse en mito.
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