Poema de horror

El panorama actual del cine sovi¨¦tico es, como se sabe, francamente interesante, aunque no llega a nuestras pantallas m¨¢s que de cuando en cuando y no siempre subrayando lo mejor. Por ejemplo, no ser¨ªa descabellado decir que es pel¨ªcula de mayor atractivo Adi¨®s a Matiora, todav¨ªa in¨¦dita en muchos puntos de Espa?a, demasiados, que Masacre, del mismo realizador, Elem Klimov, y lanzada a bombo y platillo y hasta doblada al castellano para abordar m¨¢s extensos mares de p¨²blicos (recordemos que la versi¨®n original subtitulada traduc¨ªa correctamente el t¨ªtulo original: Ven y mira).Masacre no carece, no obstante, de inter¨¦s. Hay momentos bellos, de un lirismo y una humanidad sobrecogedores, principalmente en su primera mitad, relajada y abierta a mil y una sensaciones. Pero, a partir de ah¨ª, Masacre es un filme tramposo y en nada ejemplifica los tiempos de la perestroika en el mapa cinematogr¨¢fico; al contrario, el efectismo empleado en las secuencias de horror brutal -la del granero, donde los nazis encierran e incineran vivos a los habitantes de una peque?a localidad rusa, es de una insoportable crueldad- y la idea unidireccional de escribir en im¨¢genes un alegato sin mediar la reflexi¨®n, son las atm¨®sferas mismas del cine sovi¨¦tico de toda la vida, y dicho sea con todo el respeto para el cine sovi¨¦tico de toda la vida. Recon¨®zcanse, pues, los valores pl¨¢sticos y aciertos narrativos de Klimov, un veterano con casi un cuarto de siglo de cine a sus espaldas y no pocos problemas con la censura sovi¨¦tica -por otras obras, naturalmente-, pero tambi¨¦n el deso de manipular descaradamente al espectador a trav¨¦s de una dantesca sinfon¨ªa del horror, muy deliberadamente preparada para picar.

Masacre se emite hoy, a las 22.15, por TVE-2.