Si el tiempo no lo impide...
Nos acercamos el otro d¨ªa a El Corte Ingl¨¦s de la calle Goya para inspeccionar una muestra organizada con ocasi¨®n de la feria de San Isidro: seis cabezas de toros expertamente disecadas por Justo Mart¨ªn Ayuso, y unos 80 carteles que van desde 1865 hasta 1936. Lagartijo, Bocanegra, Cuatrodedos, Cara Ancha... aqu¨ª est¨¢n esos nombres legendarios que llenaron las ¨¦pocas m¨¢s gloriosas del toreo. Y tambi¨¦n figuran coletudos menos renombrados: oscuros novilleros y an¨®nimos banderilleros que sofiaron con la gloria pero "de quienes no queda m¨¢s recuerdo que en los carteles impresos", como escibi¨® una vez el maestro Coss¨ªo.Una lectura detallada de estos programas revela importantes cambios en la Fiesta. Por ejemplo, en Sevilla en 1883 se hace saber que "Seg¨²n orden del Excelent¨ªsimo Sr. Gobernador Civil de la Provincia, quedan prohibidos los perros de presa, como asimismo el uso de la media luna". Los perros de presa excitaban la furia de los toros e, mataban a los mansos. La media luna era un instrumento de acero afilado que se usaba para cortar la pata de aquellos bichos que no pod¨ªan ser muertos por el matador, espect¨¢culo que muchos aficionados consideraban repugnante. Nos parece acertada la prohibici¨®n del Sr. Gobernador.
En estos carteles se detecta un mayor respeto hacia el p¨²blico que el que se le dispensa en nuestros d¨ªas. Por ejemplo, cuando fue preciso suspender un festejo por lluvia en C¨¢diz en 1883, se fij¨® otra fecha y se confi¨® en "la nobleza del pueblo gaditano, siempre modelo de desprendimiento y consecuencia" para aceptar "esta forzada variaci¨®n". Hablando de suspensiones por lluvia, tal vez se podr¨ªa adoptar una modalidad anunciada en 1891 en Sevilla: "Lucha de un toro con la fuerza del agua, espect¨¢culo nuevo que (...) tiene grandes alicientes, porque adem¨¢s de poder admirar el valor que se necesita para defenderse de un gran toro con el agua, ha de ser muy agradable por su originalidad este nuevo procedimiento de torear".
Otro cartel, de 1908, anuncia en Alg¨¦s (Portugal) la "Unica presentac?o da incomparavel e interessantissima quadrilla de Ni?os de Sevilha, todos de 10 a 12 annos de edade, intitulados Os Principes do Toureio". Entre ellos estaba "Jose Gomes Gallito III," famoso m¨¢s tarde como Joselito, un prodigio de facultades y conocin¨²entos incluso de ni?o. Estaba loco por ser figura del toreo, como se revela en una carta que mand¨® a su madre al a?o siguiente: le pide permiso para seguir toreando "porque se me est¨¢ pasando la edad".
Vida en sociedad
La vida social influye en los toros, como qued¨® claro en una corrida anunciada en Madrid para septiembre de 1935, en la que Curro Caro cort¨® uno de los pocos rabos concedidos en la Corte. "En aquellos d¨ªas hab¨ªa mucha tensi¨®n pol¨ªtica", declar¨® Caro a?os mas tarde, "y Nicanor Villalta brind¨® a la sombra y Fernando Dom¨ªnguez, al sol. El p¨²blico consider¨® que ambos brindis ten¨ªan alguna relaci¨®n con los que ocupaban aquellas localidades, como si unos fueran de derechas y otros de izquierdas. Y yo brind¨¦ en los medios a toda la plaza. Luego acert¨¦ a cuajar una buena faena a un toro de bandera y el momento psicol¨®gico del brindis hizo que me fuera concedido el rabo".
Uno de los ¨²ltimos carteles de esta exposici¨®n anuncia una "Grandiosa Corrida del Estilo de Goya" para el s¨¢bado a las 11 de la noche. Tras un "Fant¨¢stico Desfile de Calesas, Majas, Chisperos, Dragones y Banda de Cornetas", ser¨ªan estoqueados 10 becerros, dos de ellos por se?oritas toreras. La gran velada finalizar¨ªa con una mojiganga, descrita as¨ª: "El Gran Ler¨ªn, El Guardia Torero, y su troupe de pintores de brocha gorda representar¨¢n el intermedio c¨®mico Un rato de pintura en el museo, a los que sorprender¨¢ un becerro en el momento de estar dando la ¨²ltima pincelada a un cuadro que, seg¨²n ellos, quiere representar a La Maja Vestida en una de sus modalidades, y en el caso de no morir, La Maja estoquear¨¢ el becerro entre el general aplauso de la concurrencia".
Este festejo, si es que lleg¨® a celebrarse, fue una de las ¨²ltimas oportunidades para re¨ªrse en Madrid durante largo tiempo, debido a los acontecimientos del d¨ªa: el 18 de julio de 1936.
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