El reino de M¨¦ndoza
El relato que da Eduardo Mendoza de la Exposici¨®n Universal de 1888 (EL PA?S del 20 de mayo de 1988) se debe, seg¨²n la nota explicativa, a la imaginaci¨®n del autor. No cabe duda. Pero esta imaginaci¨®n transgrede los l¨ªmites de lo hist¨®ricamente exacto, como ocurre, por ejemplo, en conocidos libros de Mendoza, aunque se trata de sucesos o hechos ajenos al evento se?alado o de ¨¦pocas poteriores.As¨ª, en La ciudad de los prodigios, el obispo de Barcelona recuerda en 1888 que, siendo novicio -deb¨ªa de ser al menos antes de 1850-, hab¨ªa visto al archiduque Francisco Fernando (el que fue asesinado en Sarajevo) pasar revista a la guardia en Mil¨¢n, cuando en realidad este se?or naci¨® en el a?o 1863, a?o en que Mil¨¢n ya estaba bajo dominio italiano. ?Y d¨®nde debe estar aquel manicomio en que, seg¨²n Mendoza en el mismo libro, el rey b¨¢varo Luis II hab¨ªa vegetado los ¨²ltimos a?os de su vida?
Hay m¨¢s: en La verdad sobre el caso Savolta se habla reiteradamente de un tal Ministerio del Interior que el autor sit¨²a alrededor de los a?os veinte, olvidando que la entidad se llamaba en aquel entonces Ministerio de la Gobernaci¨®n.-
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