El virus del Santo Oficio

Un eminente profesor de moral escrib¨ªa recientemente a un joven colega.: "Siento el virus de la Inquisici¨®n entre los muros del Santo Oficio". Entre las gruesas paredes de este palacio romano reside la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto es el cardenal Joseph Ratzinger. Muchos giran su vista hacia ese vetusto edificio cuando llegan noticias de destituciones, silencios obligados, llamadas al orden o vetos. Probablemente estos hechos hicieron pensar al anciario moralista que el termidor eclesi¨¢stico -ese invierno al que se refiri¨® Karl Rahner- se hab¨ªa instalado en Roma despu¨¦s de la explosi¨®n que supuso el Concilio Vaticano II.

Las recientes destituciones de Castillio, Estrada y Forcano son, a juicio de algunos te¨®logos, prueba de este retorno. Jos¨¦ Mar¨ªa, Castillo, Juan Antonio Estrada y Benjam¨ªn Forcano son ailgunos nombres que han saltado a los medios de comunicaci¨®n con motivo de sus destituciones. Los dos primeros han sido cesados como profesores de Teolog¨ªa de Granada, facultad de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. El ¨²ltimo -claretiano-, como director de la publicaci¨®n bimensual Afisi¨®n Abierta, que, a pesar de ello, prosigue su anterior l¨ªnea de apertura.Los tres, de reconocida trayectoria progresista, han mantenido discreci¨®n, a la espera de que la decisi¨®n de sus superiores fuera firme y aguardando que de Roma volviera lo que a Roma hab¨ªa ido. "De Roma vienen aires involucionistas y los obispos espa?oles se adaptan a ellos", explica el jesuita Castillo, que deber¨¢ cesar a partir del pr¨®ximo curso en sus tareas acad¨¦micas de: la Cartuja de Granada.

Castillo forma parte de una lista de te¨®logos espa?oles que ha tenido problemas con la jerarqu¨ªa. La relaci¨®n arranca del final del papado de Pablo VI. El valenciano Agust¨ªn Andreu, profesor del seminario de Valencia, fue uno de los que inaugur¨® esta lista. La abierta visi¨®n del entonces profesor de dogma le llev¨®, tras un particular calvario, a abandonar su puesto. Andreu no ha querido hacer ning¨²n comentario sobre tiempos pasados, entre los a?os 1970 y 1973. Tambi¨¦n prefiere guardar silencio el. jesuita Ram¨®n Sheifier, profesor en Deusto, y a quien un art¨ªculo sobre la virginidad de Mar¨ªa le acarre¨® problemas hace una decena de a?os.

La Virgen

La Madre de Jes¨²s ha sido uno de los temas que m¨¢s problemas han comportado a los te¨®logos. Fue ni m¨¢s ni menos que el propio Karl Rahner quien inaugur¨® los conflictos con su an¨¢lisis de la doctrina tradicional, de la virginitas in partu, en 1960. A Rahner le fue impuesta la censura previa. El concilio le rehabilit¨®. Algo parecido sucedi¨® con Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz, can¨®nigo lectoral de la catedral de M¨¢laga y uno de los te¨®logos espa?oles p¨ªonero en sus conflictos con la Santa Sede.All¨¢ por los a?os sesenta estuvo a punto de ser condenado por la Congregaci¨®n de los Seminarios, pero la providencial celebraci¨®n del Vaticano II hizo que algunas de sus supuestas herej¨ªas se convirtieran en letra oficial. Gonz¨¢lez Ruiz opina que en el momento actual hay una actitud de debilidad de fe en los dirigentes de la Iglesia; por eso se aferran a la doctrina de la seguridad eclesial", que ¨¦l compara con la doctrina de la seguridad nacional, c¨¦lebre en Latinoam¨¦rica. De este continente en conflictos sociales ha surgido otro foco de problemas eclesi¨¢sticos: la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, que centra su preocupaci¨®n en el mensaje liberador del Evangelio. "Desde mi punto de vista", explica el te¨®logo Julio Lois, "los obispos est¨¢n haciendo un an¨¢lisis excesivamente culturalista, en el que el gran problema de la injusticia es relegado y sustituido por lo que llaman laicismo".

Moral contaminada

La increencia, a juicio de buena parte de la jerarqu¨ªa, ha conta minado por doquier. La moral ha sido otra de las fuentes de confrontaci¨®n. La c¨¢tedra de esta materia en la universidad Gregoriana de Roma lleva a?os vac¨ªa. Casi nadie se atreve -tras la Humanae vitae de Pablo VI- a opinar de forma innovadora. Uno de los ¨²ltimos espa?oles en hacerlo ha sido Benjam¨ªn Forcano -destituido de la direcci¨®n de Misi¨®n Abierta- por su obra Nueva ¨¦tica sexual(1981).

Forcano, apoy¨¢ndose en textos de algunos episcopados, trata temas como la homosexualidad, los anticonceptivos o la masturbaci¨®n. Su obra ha topado con la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, que la considera poco ajustada a la ortodoxia. Entre el episcopado lleg¨® a circular un documento que desautorizaba el texto de este claretiano.

El tipo de te¨®logos que originan menos conflictos, en opini¨®n de los cristianos progresistas, es aquel que con gran sentido del humor defini¨® el que fuera arzobispo anglicano WiIllam Temple: "Los te¨®logos son aquellos se?ores que se dedican a dar respuestas a preguntas que nadie se hace".

Hans K¨¹ng, el te¨®logo de Tubinga a quien le fue retirada la venia docente, intent¨® contestar a la pregunta que se formulaba en el t¨ªtulo de uno de sus libros: ?Existe Dios?, al que se sum¨® Ser cristiano. En 1979, ya suspendido como profesor, fue orador en una multitudinaria conferencia. El fuego renaci¨® de las cenizas, y la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe volvi¨® a llamarle al orden. En Espa?a el hecho tuvo sus repercusiones. El te¨®logo Manolo Freij¨®, profesor de Cristolog¨ªa en la universidad de Comillas, tuvo problemas con Roma en 1980 por salir en defensa de K¨¹ng. Comillas, sin embargo, le defendi¨® de las acusaciones que se le hac¨ªan desde la curia vaticana. En 1981, no obstante, no dio clases.

La exclusi¨®n, sin embargo, es justificada por otros te¨®logos, como Olegario Gonz¨¢lez de Cardedal, profesor de Teolog¨ªa en Salamanca. Para este te¨®logo abulense, en concilios ecum¨¦nicos como el de Nicea, junto a la f¨®rmula de la fe, se a?ad¨ªa lo que era. expresi¨®n de excomuni¨®n.

"Creo que en una instituci¨®n como la Iglesia debe haber adhesi¨®n a la tradici¨®n apost¨®lica; por tanto, en lo que se refiere a materias, debe excluir formas de transmisi¨®n que no son aut¨¦nticas", a?ade Gonz¨¢lez de Cardedal.

Para otros, como Juan Jos¨¦ Tamayo, de la Asociaci¨®n Juan XXIII, la teolog¨ªa es acto segundo y viene despu¨¦s de la praxis y la experiencia de fe.

"El concepto de te¨®logo vigente", afirma, "es neoescol¨¢stico, apunta que el discurso de la fe no parte de la experiencia de la fe y entonces se convierte en una ideolog¨ªa al servicio del statu quo", a?ade Tamayo. Entre quienes se hallan al otro lado de esta definici¨®n existe cierto temor a expresar opiniones por las medidas que contra ellos pueden adoptarse.