Esperando a Casaroli en Mosc¨²
Los cat¨®licos ucranianos quieren que el enviado del Papa les ayude a volver a la legalidad
Una alta delegaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica ucraniana, ilegal desde 1946, esperaba ayer en Mosc¨² al cardenal Agostino Casaroli, que representa al Vaticano en los festejos del milenio de la Iglesia ortodoxa rusa. La delegaci¨®n quiere que Casaroli, secretario de Estado del Vaticano, plantee al l¨ªder Mijail Gorbachov los problemas que enfrentan a la Iglesia ortodoxa rusa y a la Iglesia cat¨®lica ucraniana. Los uniatos, de rito oriental, reconocen al papa Juan Pablo II como jerarqu¨ªa y se siguen resistiendo a la fusi¨®n con la comunidad ortodoxa forzada por Stalin.
En un piso moscovita perif¨¦rico, dos ancianos obispos, acompa?ados de dos sacerdotes y un monje treinta?eros, aguardaban ayer la audiencia de mayor nivel jer¨¢rquico entre un representante del Vaticano y la jerarqu¨ªa cat¨®lica ucraniana en territorio sovi¨¦tico. Pese al intenso calor reinante, los cl¨¦rigos iban todos ellos enfundados en recios h¨¢bitos negros.Casaroli, que lleva un mensaje personal del papa Juan Pablo II a Mijail Gorbachov, lleg¨® ayer por la tarde a Mosc¨²; los dignatarios uniatos, en tren por la ma?ana. Diez d¨ªas antes, la polic¨ªa les hab¨ªa obligado a apearse del tren en que viajaban desde Ucrania a Mosc¨² para ver al presidente Ronald Reagan.
La situaci¨®n de los uniatos es un punto conflictivo en la relaci¨®n entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa Rusa, a la que fueron adjudicados parte de los bienes eclesi¨¢sticos de la comunidad cat¨®lica ucraniana, caracterizada por una fuerte componente nacionalista.
"Nuestras relaciones con la Iglesia Ortodoxa no son normales porque la jerarqu¨ªa ortodoxa no tiene intenci¨®n de reconocer el estatus de nuestra Iglesia en Ucrania occidental y en el territorio de la URSS donde la represi¨®n estalinista azot¨® a los miembros de nuestra comunidad", manifest¨® Vasilik, obispo de la regi¨®n de Ivano-Frankovski. Los uniatos se opon¨ªan, en un principio, a que el Vaticano estuviera representado en el Milenio, pero han cambiado de parecer, convencidos de que Casaroli luchar¨¢ por sus intereses y les ayudar¨¢ a restablecer su Iglesia". "Queremos que Casaroli plantee a Gorbachov la legalizaci¨®n de la Iglesia Cat¨®lica Ucraniana como entidad jur¨ªdica y la devoluci¨®n de los monasterios e iglesias que nos fueron confiscados, que son miles y tienen un valor incalculable", dice Iv¨¢n Gul, presidente del Comit¨¦ de Defensa de la Iglesia Cat¨®lica Ucraniana. Los representantes uniatos opinan que la Iglesia Ortodoxa Rusa es el principal obst¨¢culo para la legalizaci¨®n de su comunidad.
El 4 de agosto de 1987, al calor de la mayor tolerancia oficial, una parte de la comunidad uniata sali¨® a la superficie, mientras otra sigue en la clandestinidad. "Es como la cima de un iceberg", afirma Mijailo Gavrilov, de 39 a?os, un monje sin monasterio que dice llevar el convento en el coraz¨®n.
Un arzobispo, VIadimir, es la m¨¢xima jerarqu¨ªa de la comunidad en territorio sovi¨¦tico. En Occidente, su m¨¢ximo representante es el cardenal Miroslav Lubachivski. En total hay ocho obispos, pero "algunos ejercen de inc¨®gnito", se?ala Vasilik, uno de estos ocho. Filem¨®n Kurchava, obispo de la ciudad de Lvov y jefe de la delegaci¨®n, es otro de ellos. Seg¨²n Vasilik, una gran parte de los cinco millones de habitantes de Ucrania occidental son cat¨®licos uniatos, algunos abiertamente y otros en secreto.
Recogida de firmas
"La demanda de legalizaci¨®n empez¨® durante el 50? aniversario del poder sovi¨¦tico. Entonces recogimos muchas firmas, pero los firmantes fueron aterrorizados y obligados a retractarse", se?ala Vasilik, que lleva bonete y faj¨ªn p¨²rpura y una cruz dorada colgada del cuello. Ahora, en una nueva campa?a, nos asegura haber recogido m¨¢s de 20.000 firmas. 10.000 de ellas, nos dicen, han llegado al Vaticano.
A falta de locales de culto, los servicios religiosos uniatos se realizan "en casas particulares, en cementerios y en el bosque". Funcionan seminarios clandestinos donde hay "decenas de estudiantes" y donde se han formado los hermanos Mikola y Gregori Simkailo, tambi¨¦n miembros de la delegaci¨®n llegada a Mosc¨². Mikola tiene 36 a?os, y Gregori, 33. Ambos dicen haber compatibilizado el sacerdocio con la profesi¨®n de bomberos, que tuvieron que abandonar al divulgarse su condici¨®n, pues la extinci¨®n de incendios es competencia del Ministerio del Interior de la URSS. El obispo Vasilik, de 62 a?os, se jubil¨® como "recogedor de hierbas medicinales", para convertirse en obispo clandestino. Vasilik ha estado ocho a?os en prisi¨®n y en los cincuenta pas¨® por las minas de la Rep¨²blica Asi¨¢tica Sovi¨¦tica de Kazakist¨¢n.
La Iglesia Ortodoxa Rusa ha sido utilizada por el Estado ateo sovi¨¦tico como instrumento de control de los creyentes, opina Gavrilov. "Es una Iglesia estatal. Nosotros, en cambio, estamos subordinados al papa Juan Pablo II, que s¨®lo se subordina a Cristo", se?ala.
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