C¨®mo evitar los dolores
El tratamiento eficaz del dolor se orienta hacia la b¨²squeda del analg¨¦sico total
Los avances en el campo de la medicina suponen en la mayor¨ªa de los casos remedios para erradicar enfermedades. Pero lo peor de ellas no es s¨®lo su presencia o lo que ello supone de reducci¨®n de la vida sino la pena y el dolor que llevan consigo. Ahora, mientras la mayor¨ªa de los especialistas dedican su esfuerzo a prevenir o combatir las enfermedades, cada vez son m¨¢s los que optan por aliviar el sufrimiento que acompa?a su presencia.
La b¨²squeda del analg¨¦sico total es como la de la p¨ªldora de la eterna juventud, pero algunos mantienen la esperanza de encontrar en la naturaleza una sustancia que evite los dolores humanos y no provoque efectos perniciosos. Sin embargo, la mayor parte de los m¨¦dicos preocupados en aliviar los dolores prefieren dedicar su tiempo a la investigaci¨®n de nuevos m¨¦todos anest¨¦sicos, farmacol¨®gicos o quir¨²rgicos que permitan aliviar los sufrimientos, reduciendo poco a poco los efectos secundarios que producen."Los dolores agudos se combaten eliminando la causa que los produce, pero los cr¨®nicos crean cuadros especiales por s¨ª mismos. Al prolongarse en el tiempo adquieren adem¨¢s un componente psicol¨®gico de gran magnitud", explica el doctor Clemente Muriel, jefe del equipo de tratamiento de dolor del hospital Cl¨ªnico de Salamanca y promotor de un congreso hispano-italiano sobre este terna.
Unidad de dolor
Al primer grupo pertenecen las neuralgias de trig¨¦mino y las posherp¨¦ticas, por ejemplo; al segundo, los que padecen personas a las que se les ha amputado un miembro y sin embargo sufren en una de sus partes.
El retraso en considerar el dolor como un cuadro nosol¨®gico con entidad independiente ha mantenido la lucha contra ¨¦l fuera del objetivo cient¨ªfico durante mucho tiempo. En los a?os cincuenta el doctor John Bonica, de origen italiano, comenz¨® a obtener sus primeros resultados en Estados Unidos. Hoy contin¨²a en la universidad de Washington, en Seattle, y se le considera maestro de los especialistas actuales. Hoy las unidades de dolor funcionan como departamentos en hospitales de muchos pa¨ªses, con equipos multidisciplinares, a cuyo frente est¨¢n, en la mayor¨ªa de ellos -aunque no en todos-, anestesi¨®logos.
Junto a los anestesi¨®logos trabajan psiquiatras y neur¨®logos y colaboran otros especialistas. Espa?a no ha conseguido normaaar la situaci¨®n, aunque pr¨®ximamente volver¨¢ otra vez al Parlamento una propuesta para crear en los hospitales de la red p¨²blica unidades de terapia del dolor.
"En los ¨²ltimos 10 a?os el avance de la investigaci¨®n sobre el dolor ha sido apabullante", explica el doctor Clemente Muriel. Los estudios actuales se basan en la teor¨ªa de Wall y Melzak sobre receptores opi¨¢ceos del organismo humano. Se han descubierto sustancias como las morfinas end¨®genas que han permitido aplicar nuevas formas de tratamiento. Los .receptores opi¨¢ceos en la m¨¦diala permiten conseguir resultados muy buenos con microdosis, 10 o 20 veces inferiores a las que se aplican por m¨¦todos tradicionales.
La administraci¨®n de la inorfina va directamente al l¨ªquido encefalorraqu¨ªdeo, med¨ªante un reservono que se introduce bajo la piel. El objeto de investigaci¨®n en la actuafidad se dirige al conocimiento de las sustancias neurotransm¨ªsoras o neuromodulares, del organismo que son las que act¨²an regulando y excitando el mecanismo del dolor, seg¨²n explica el doctor Muriel.
En Estados Unidos, seg¨²n explica el doctor italiano Guido Moricco, jefe en excedencia de la unidad de la terapia del dolor del Instituto Santa Helena -dedicado a la oncolog¨ªa en Roma-, son m¨¢s partidarios de la morfina que de otros tratan¨²entos m¨¢s agresivos por el riesgo judicial que comporta un fallo en el tratarniento o en sus consecuencias.
En la unidad de dolor de Salamanca el tratamiento comienza con un detallado estudio psiqui¨¢trico y de ¨¦l se pasa a otros, farmacol¨®gicos o de estimulaci¨®n medular. Para el c¨¢ncer se implantan reservorios subcut¨¢neos, a trav¨¦s de los que la familia puede suministrar los narc¨®ticos precisos, en dosis m¨ªnimas. Tambi¨¦n los bloqueos nerviosos son f¨®rmulas de trabajo, pero se intentan evitar los bloqueos neurol¨ªticos, que deshidratan el nervio afectado.
Durante 1988 han acudido a la unidad del hospital Cl¨ªnico de Salamanca 400 nuevos pacientes. En Barcelona, Valencia, Madrid y otras ciudades espa?olas tambi¨¦n se aphcan tratamientos, pero en la mayor¨ªa de los hospitales son m¨¦dicos que llevan su tarea de forma pr¨¢cticamente aislada.
Moral y adicci¨®n
La moralidad ha actuado como lastre en la investigaci¨®n y en la aplicaci¨®n de la medicaci¨®n. Seg¨²n algunos estudios sobre el suministro de analg¨¦sicos, el m¨¦dico ordenaba el 70% de la dosis necesaria para controlar el dolor, y las enfermeras a lo reduc¨ªan al 40%, aproximadamente. En Salamanca el profesor Muriel tambi¨¦n realiz¨® una encuesta de caracter¨ªsticas similares entre m¨¦dicos y se encontr¨® con que s¨®lo el 9,5% utilizaba morfina, y que en todo caso se aplicaban dosis inferiores a las necesarias para evitar complicaciones.
La adicci¨®n s¨®lo se ha encontrado, seg¨²n estos trabajos, en uno de cada 4.000 pacientes hospitalizados que hab¨ªan recibido narc¨®ticos.
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