Los ap¨®stoles de la 'perestroika'
Los difusores del 'evangelio' de Gorbachov constituyen una activa minor¨ªa
La perestroika tiene sus ap¨®stoles. Son, sin duda, m¨¢s de 12, pero est¨¢n en minor¨ªa entre la masa variopinta de 5.000 delegados, desde secretarios del partido a ejemplares orde?adoras de vacas y obreros de f¨¢brica, que debatir¨¢ el futuro de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la XIX Conferencia del PCUS. Para los no iniciados, las personalidades, ambiciones y deseos de los elegidos son, en gran parte, un misterio no desvelado y dif¨ªcil de etiquetar. En la mayor¨ªa que los expertos definen como conservadora hay, sin embargo, un grupo de 12 personas que, siguiendo el ejemplo b¨ªblico, podemos definir como los ap¨®stoles de la perestroika porque en sus respectivos campos, ya sea los despachos del Comit¨¦ Central o la redacci¨®n de peri¨®dicos o revistas, han difundido el evangelio de Mijail Gorbachov.Por su aureola de honestidad, la sinceridad y claridad con que suenan sus palabras y su atractivo personal, el historiador Yuri Afanasiev, de 48 a?os, es el ap¨®stol por excelencia. Afanasiev, que antes de dirigir el Instituto de Archivos Hist¨®ricos trabaj¨® en la revista te¨®rica del partido, Komunist, y fue rector de la Escuela Superior del Komsomol (las juventudes comunistas), ha jugado fuerte en esta empresa.
Tanto que algunos de sus interlocutores, cuando le oyen hablar del fracaso del marxismo tradicional o las lacras del sistema sovi¨¦tico, piensan que, de fracasar la reforma, Afanasiev, m¨¢s que ning¨²n otro, podr¨ªa convertirse en m¨¢rtir de la perestroika y acabar en el exilio o en la c¨¢rcel.
"Hablamos del estancamiento de los ¨²ltimos 15-20 a?os. Es amargo pensar que la mejor ¨¦poca de la madurez de mis coet¨¢neos est¨¢ ligada con el estancamiento". Esta de Afanasiev en 1987 permite entender por qu¨¦ hombres como ¨¦l han decidido jug¨¢rselo todo a la carta del cambio. El profesor, experto en historia occidental, luch¨® a brazo partido con la oposici¨®n del aparato para ser delegado. Conseguido el triunfo, Afanasiev viaj¨® al cosm¨®dromo de Baikanur, en Asia Central, para explicar a los militares la perestroika.Vitali Korotich, director de la revista Ogoniok, y Egor Yakovlev, director del semanario Novedades de Mosc¨², son los maestros de obras de elite del arquitecto de la glasnost, el miembro del politbur¨® Alexandr YakovIev, responsable de ideolog¨ªa, propaganda y cultura en el Comit¨¦ Central.Korotich, un nativo de Ucrania, es hombre de energia inagotable. Quienes le conocen bien dicen que ¨¦sa fue siempre su principal caracter¨ªstica desde los tiempos en que era un activo komsomol. Como director del semanario Ogoniok, Korotich ha denunciado con nombres y apellidos a, los escritores reaccionarios, ha contribuido activamente a la desestalinizaci¨®n y ha criticado los m¨¦todos policiales.Otro tanto ha hecho Egor YakovIev, quien antes de dirigir Novedades de Mosc¨² hab¨ªa trabajado en la revista Problemas de la Paz y del Socialismo en Praga, a las ¨®rdenes de Iuri Skliarov, hoy jefe del departamento de Propaganda del Comit¨¦ Central. Skliarov es el eslab¨®n entre el peque?o Yakovlev y el gran Yakovlev, tal como llaman los sovi¨¦ticos, respectivamente, a Egor y Alexandr YakovIev.Recuperado para la causaEste ¨²ltimo fue recuperado para la causa por Gorbachov en Canad¨¢, donde hab¨ªa sido enviado en 1973 tras la publicaci¨®n de un pol¨¦mico ataque a las tendencias nacionalistas y chauvinistas rusas, representadas ahora por el grupo Pamiat (Memoria). Hoy Gorbachov trata a este hombre de ojos astutos e hirsutas cejas con el familiar diminutivo de Sasha.
Y Sasha mostraba claramente estar a gusto con el "refinado" Edward (Edward Shevardnadze, el ministro de Exteriores sovi¨¦tico) cuando ambos charlaban y re¨ªan juntos en una sesi¨®n parlamentaria dedicada al tratado de reducci¨®n de fuerzas nucleares de alcance medio (INF). Este tratado es un ¨¦xito de la pol¨ªtica internacional de Mijail Gorbachov.
Shevardnadze, que era jefe del partido en su nativa rep¨²blica de Georgia, lleg¨® a los foros internacionales sin gran experiencia. Sin embargo, en poco tiempo renov¨® la estructura del Ministerio de Exteriores, esclerotizada tras de m¨¢s de un cuarto de siglo bajo el mandato de Andrei Gromiko, y recogi¨® frutos como el inicio de la retirada de Afganist¨¢n.
En el aparato del PCUS, Gorbachov tiene algunos s¨®lidos pilares, tanto en el antiguo hotel hoy sede del Comit¨¦ Central como en las provincias lejanas de Mosc¨². Georgi Razurnovski, secretario del Comit¨¦ Central y miembro suplente del Politburo, se ha encargado de preparar la Conferencia.
Razurnovski, que dirige las tareas de organizaci¨®n, conoce a Gorbachov desde hace m¨¢s de veinte a?os, y como jefe del departamento del Complejo Agroindustrial dependiente del Consejo de Ministros, trabaj¨® con ¨¦l cuando Gorbachov era secretario responsable de Agricultura en el Comit¨¦ Central, entre 1978 y 1983. Razumovski, como Gorbachov, hizo carrera en las regiones rusas del norte del C¨¢ucaso, concretamente en el distrito de Krasnodar, donde dirigi¨® el partido.
En las rep¨²blicas asi¨¢ticas, Gorbachov puede contar con el ruso Guenadi KoIbin, el primer secretario del partido de Kazajstan, que sustituy¨® al kazajo Dinmujamed Kunaev en el turbulento diciembre de 1986.
KoIbin, que hab¨ªa dirigido el partido en la regi¨®n rusa de Ulianov, ha realizado una intensa campa?a contf a la corrupci¨®n en Kazajstan y ha desmontado la mafia de su antecesor, transfiriendo al uso p¨²blico el rico patrimonio de casas de recreo y lujosas residencias de la antigua elite pol¨ªtica.
Ac¨¦rrimo defensor de la campa?a antialcoh¨®lica, KoIbin se ha revelado como un abanderado de la glasnost al autorizar la publicaci¨®n de los debates en los plenos del Comit¨¦ Central del partido comunista de Kazajstan, una pr¨¢ctica hasta ahora sin paralelo a nivel estatal.
Por sus caracter¨ªsticas personales, de corte espartano, KoIbin se parece a Boris Yeltsin, el ex jefe del partido en Mosc¨², que acude a la Conferencia como delegado de Karelia. Yeltsin, que hizo su carrera pol¨ªtica en la regi¨®n de Sverlovsk, en los Urales, es muy posiblemente el ap¨®stol m¨¢s popular de la perestroika. Su radicalismo, su impredictibilidad y su cr¨ªtica frontal a Egor Ligachov le hacen, sin embargo, un inc¨®modo y, en opini¨®n de un observador, le convierten "en una pistola que se dispara sola".El frente econ¨®mico
El frente econ¨®mico queda cubierto en la Conferencia por dos especialistas de elite, Leonid Abalkin, un s¨®lido profesional que dirige el Instituto de Econom¨ªa de la Academia de Ciencias, quien no ha puesto muros de contenci¨®n a la reforma, cree que se puede aprender de los pa¨ªses occidentales y preconiza un cambio radical de la planificaci¨®n centralizada.
Junto a ¨¦l est¨¢ Otto Laszis, que Iba ganado este a?o el Premio Estatal de Periodismo por sus art¨ªculos sobre el cooperativismo y el trabajo individual y que ejerce actualmente como vicedirector de la revista Komunist.
En el frente cultural, Gorbachov contar¨¢ con Elem Klimov, el jefe de la Uni¨®n de Cineastas, bajo cuyo mandato el cine sovi¨¦tico ha rescatado las pel¨ªculas censuradas durante veinte a?os. Klimov, que ha conseguido acceso a los archivos del Instituto del Marxismo Leninismo para preparar una pel¨ªcula documental sobre Stalin, en colaboraci¨®n con Yuri Afanasiev, sufri¨® en su propia piel la represi¨®n cultural del estancamiento.
Su pel¨ªcula Bienvenidos (1964) es una parodia no superada del sistema sovi¨¦tico a traves de la comparaci¨®n con una colonia infaritil de vacaciones donde los pelotilleros y los temerosos conviven con los agentes de la direcci¨®n y los disidentes. Junto a Klimov est¨¢n Grigori Baklanov, el reclactor jefe de la revista literaria Znamia, y el escritor de Leningrado Daniil Granin.
BakIanov es una pieza fundamental en la tarea realizada por las revistas literarias sovi¨¦ticas para recuperarse de la censura y el monolitismo. Daniil Granin, por su parte, es un respetado escritor de Leningrado preocupado por cuestiones ¨¦ticas. Granin, que, ha reflexionado sobre las relaciones entre la ¨¦tica y el progreso, aboga por la recuperacion de las tradiciones humanistas y un ablandamiento de una sociedad endurecida en ¨¦poca de Stalin.
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