Bufonada simplona
El cine italiano, hoy a la baja, ha sido uno de los m¨¢s cotizados de Europa. Tras su pujante nacimiento en la ¨¦poca silente, la llegada del sonoro posibilit¨® el desarrollo del que ser¨ªa uno de sus m¨¢s brillantes g¨¦neros, la comedia, en cuyo estilo descoll¨® dicha cinematograf¨ªa gracias a unos guiones donde los di¨¢logos brillantes, vivos y ocurrentes recog¨ªan por igual la sensibilidad, la s¨¢tira y la cr¨ªtica social, que alcanzaban con facilidad la meta propuesta: la risa.Guionistas y cineastas, entre los cuales por citar algunos nombres figuraban Steno, Scarpelli, Amidei, Scola, CaiTierini, Castellani, Zampa, Monicelli, Comencini, Risi y otros, aliados con actores como los hermanos De Filippo, Tot¨®, Aldo Fabrizi, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi o el propio De Sica, elevaron elg¨¦nero de la comedia cinematogr¨¢fica, la comedia a la italiana, a su m¨¢s alta expresi¨®n.
Estos locos bomberos
Direcci¨®n: Neri Parenti. Gui¨®n: Neri Parenti, Aura Toscano, Franco Marota. Fotografia: Emilio Facciello. M¨²sica: Bruno Zambrini. Producci¨®n: Bruno Altissimi y Claudio Saraceni. Int¨¦rpretes: Paolo Villagio, Lino Banfi, Massimo Boldl, Christian De Sica, Andrea Roncato, Ricky Tognazzi, Gigi Sammarchi y Paola Onofri. Estreno en Madrid: cines Gran V¨ªa y La Vaguada.
Hoy, sin embargo, el panorama es m¨¢s bien triste, como evidencia Estos locos bomberos, una simplona bufonada, que cuenta con la presencia de los hijos de algunos de los m¨¢s representativos actores del g¨¦nero. Se inserta en la moda nefasta de la bastarda recreaci¨®n del slapstick y presenta a unos representantes de un cuerpo institucional sobre el que se realiza la parodia de turno, en este caso una brigada de bomberos.
La f¨®rmula, envuelta en un gui¨®n insulso y poco imaginativo, retrata con breves y toscos brochazos las personalidades de los protagonistas, cada uno con diferenciada apariencia f¨ªsica, y como aderezo incluye un combate de boxeo, un romance con una filipina, un marido traicionado y, por si fuera poco, pone un beb¨¦ en el dormitorio de los poco diestros bomberos, quienes, no obstante, al final se convierten en los h¨¦roes.
Visualmente plana, con una curva de inter¨¦s que en ning¨²n momento despega, ni siquiera es capaz de fotografiar atractivamente los sugestivos veh¨ªculos apagafuegos, que desde el inicio del s¨¦ptimo arte despertaron el inter¨¦s de muchos operadores del cinemat¨®grafo.
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