Italia sit¨²a a Espa?a muy lejos del camino a Se¨²l
Italia gan¨® a Espa?a. Nada nuevo. Algunos amantes de la ret¨®rica utilizar¨¢n ese punto de diferencia para dramatizar, para glorificar la grandeza de este deporte, en el que a veces los segundos se transforman en horas o las diferencias se hacen equ¨ªvocas, de tal forma que 15 tantos no son nada y uno es todo un mundo. Pero Espa?a no quedar¨¢ fuera de los Juegos de Setil por un punto, si finalmente se consuma el fracaso. Ese punto no dice nada. Ese punto, se mire como se mire, es mera an¨¦cdota.Porque Espa?a lleg¨® al ¨²ltimo cuarto, al ¨²ltimo minuto, al ¨²ltimo segundo del partido con el tren en marcha. Por tanto, no lo perdi¨® una vez, por ese tiro libre que Montero -al 100% en los tiros libres en ese momento- no consigui¨® encestar. Lo perdi¨® varias veces. E Italia gan¨® contundentemente, por dominio del tiempo, por control del ritmo, por esfuerzo defensivo, por ambici¨®n a la hora de recoger su propia basura, de enmendar sus numerosos errores en el lanzamiento. Lo gan¨® porque se convirti¨® en mejor equipo que Espa?a aun contando con peores jugadores.
La situaci¨®n, pues, ha vuelto a repetirse y esta vez con m¨¢s claridad, porque un somero vistazo a los fundamentos individuales de los jugadores de ambos equipos conceden a Espa?a una superioridad casi abrumadora. En el uno contra uno, los jugadores espa?oles eran mejores en su conjunto, resolv¨ªan mejor circunstancias como el pase, el bote, el juego de piernas y el tiro. Y no hab¨ªa m¨¢s que observar el juego de Biriukov, Jim¨¦nez, Margall, Soloz¨¢bal, Montero, Epi y Villacampa en comparaci¨®n con sus rivales. Y otro dato: s¨®lo un jugador italiano, el discreto Del Agnello, consigui¨® meter m¨¢s del 50% de sus lanzamientos. Riva, por ejemplo, hizo un 40%. Y de los espa?oles, hasta seis jugadores superaron el 50% Italia, pues, con peores elementos, con escasez de recursos individuales, se limit¨® a rentabilizar sus propias carencias y a trabajar una buena defensa, en la que los jugadores ocupaban m¨¢s terreno del que pisaban.
Pero, a pesar de tal circunstancia, los italianos fallaron ostensiblemente hasta cuatro posesiones de bal¨®n consecutivas entre el minuto 35 y el 37. Eran ocho puntos te¨®ricos para Espa?a si sab¨ªa aprovechar la ocasi¨®n, que se quedaron en dos. ?Por qu¨¦ fallaban los italianos?: porque no eran grandes jugadores. ?Por qu¨¦ no acertaron los espa?oles?: porque les falt¨® t¨¢ctica. Los italianos fallaron en posiciones de tiro, es decir, llegaron hasta donde ten¨ªan que llegar; los espa?oles lo hicieron d¨¢ndole pases al contrario; es decir, ni siquiera iniciaron la jugada.
Todo ello se resume en lo que podr¨ªa considerarse como una pertinaz superioridad estrat¨¦gica italiana, que consiste en rentabilizar sus propios recursos, en tener las ideas claras. Espa?a, en el ¨²ltimo lustro, nunca ha ganado a Italia disponiendo de peores elementos. M¨¢s bien al contrario. Dir¨ªase, pues, que Italia gana a Espa?a sin bajarse del autob¨²s, que le basta con hacer uso de un palmar¨¦s que se cumple inexorablemente, jueguen quienes jueguen. Y no tiene m¨¢s explicaci¨®n que una superioridad t¨¢ctica que es el terreno que pisan los t¨¦cnicos. Porque Sandro Gamba le gana siempre la partida a D¨ªaz Miguel. Y vistas las cosas con perspectiva, se la hubiera ganado hasta con Romay en juego. De la misma manera que D¨ªaz Miguel se la ha ganado en ocasiones a Gomelski. Pero, ?por qu¨¦ los italianos no le han ganado nunca a los sovi¨¦ticos?. Porque, por mucho que rentabilicen su juego, les faltan jugadores vers¨¢tiles.
Reducir la derrota espa?ola a una cuesti¨®n de unos cuantos rebotes a favor o en contra es utilizar la estad¨ªstica parcialmente. La lucha por el rebote favoreci¨® a Italia y sirvi¨® para edificar su victoria, pero pudo haber sido una circunstancia menos determinante si Espa?a hubiera sabido imponer otro ritmo, si su defensa se hubiera cerrado mejor a la hora de ocupar la zona, si las penetraciones de Biriukov o Montero y en ocasiones de Soloz¨¢bal hubieran sido t¨¢cticamente mejor aprovechadas. Espa?a, en conjunto, ten¨ªa mejor equipo que Italia, pero perdi¨®.
Ahora queda un espinoso camino repleto de lamentos, de cuentas que rocen la carambola, de empe?os her¨®icos para ganar a Yugoslavia y la URSS. Se¨²l queda lejos de Espa?a y m¨¢s cerca de Italia, que hizo lo que ten¨ªa que hacer.
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