A Pedro Delgado le robaron el 'maillot' amarillo en la fiesta del Tour, en el Lido de Par¨ªs
![Luis G¨®mez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2ce46456-ac54-4700-96db-0b8f394a4fda.jpg?auth=77002eb2305650451646ff522b8a51b014f7c806758a28329fafa3c3944a40f6&width=100&height=100&smart=true)
Pedro Delgado perdi¨® definitivamente su maillot amarillo en Par¨ªs, pero no en los Campos El¨ªseos, sino un poco despu¨¦s, en el popular Lido, una de las salas de variedades cl¨¢sicas de Par¨ªs. Alguien no identificado se qued¨® con el maillot tras posar el corredor espa?ol para los fot¨®grafos junto a las escultarales vedettes. Delgado termin¨® su celebraci¨®n a muy altas horas de la madrugada. Fue una jornada festiva y fundamentalmente tumultuosa. Algunos miembros del equipo Reynolds terminaron indignados por el robo. "Ha sido el maitre", concluy¨® convencido un mec¨¢nico del equipo. Pero el asunto no adquiri¨® mayor gravedad.
La fiesta empez¨® con un desfile en los Campos El¨ªseos, con el corredor portando una bandera espa?ola, y acompa?ado a su derecha por el director del Reynolds, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, quien decidi¨® desfilar tambi¨¦n en bicicleta. Luego algunas visitas protocolarias, entre ellas una a la Alcald¨ªa de Par¨ªs. Termin¨® todo con menos tumulto, en una peque?a desbandada hacia las tres de la madrugada en el Lido de Par¨ªs, con Delgado visiblemente cansado de tanto agasajo y los miembros del Reynolds intentando averiguar qui¨¦n se hab¨ªa quedado el maillot amarillo. Todos estaban convencidos de que hab¨ªa sido el maitre, y ante la mera insinuaci¨®n de que alg¨²n empleado del Lido hubiera hurtado el objeto, un bailar¨ªn de la compa?¨ªa sali¨® en airada defensa: "?Y para qu¨¦ queremos nosotros un maillot?. Para bailar desde luego no, porque es horrible. ?Para ir por la calle?, ?es que vamos a ir por la calle con un maillot?". "Es incre¨ªble", dec¨ªa Juan Barberana, patr¨®n del Reynolds, al que Delgado le hab¨ªa dado el maillot en cuesti¨®n, uno de los regalos que m¨¢s valor pod¨ªa tener.El d¨ªa, de todas formas, result¨® tumultuoso, con exceso de improvisaci¨®n. La embajada espa?ola en Par¨ªs hab¨ªa anunciado una recepci¨®n en su sede y hab¨ªa comunicado al equipo Reynolds que no se preocupara de nada, que se ocupaban de todo. Los canap¨¦s se agotaron enseguida, entre otras cosas porque la recepci¨®n result¨® abierta a todo el mundo y, entre los aficionados segovianos y los empleados de TVE, la embajada se convirti¨® en un estudio televisivo donde Delgado era el protagonista principal y la multitud hac¨ªa el papel de decorado, aplaud¨ªa cuando hab¨ªa que aplaudir. Las c¨¢maras de televisi¨®n, los fot¨®grafos, los focos, provocaron una confusi¨®n no exenta de tensi¨®n en algunos instantes, cuando los aficionados, que inicialmente permanec¨ªan en el jard¨ªn de la embajada, protestaron porque los de TVE se llevaban al corredor. Hubo alg¨²n que otro grito, insultos, alguna llamada a la correci¨®n. "Se?ores, aqu¨ª hay ministros, hay altas personalidades...".
'Souvenir'
Pero el control se fue diluyendo en cuanto los aficionados pasaron del jard¨ªn al interior del edificio, en cuanto se acab¨® la cerveza, el vino y el zumo de naranja. Los aficionados, ante la imposibilidad de tocar a Perico Delgado, optaron por llevarse recuerdos. Algunos estaban m¨¢s o menos contentos; quer¨ªan fotos con los dem¨¢s corredores del Reynolds, fotos con el ministro Solana -"oiga, que yo soy del partido", advirti¨® un forofo delgadista-. Fotos, tambi¨¦n, con el se?or embajador, Dur¨¢n L¨®riga. Y fotos, una foto por favor, con la hija del embajador, tan escultural como las vedettes del Lido. "Queremos una foto con la hija del embajador", dijeron unos j¨®venes. "Es un souvenir". Y la hija del embajador pos¨® para el souvenir. Un empleado de la embajada estaba visiblemente preocupado ante lo que estaba sucediendo "...las alfombras, los tresillos...", hab¨ªa vasos por todas partes, colillas, restos de canap¨¦; hab¨ªa un mont¨®n de cables de los de televisi¨®n, que llegaron a provocar varias p¨¦rdidas de equilibrio. En una de esas, un c¨¢mara cay¨® fulminado al suelo, v¨ªctima de una zancadilla. Y Delgado que no se enteraba de nada.
TVE hab¨ªa preparado una tarta para celebrar en directo el acontecimiento. El protagonista, Delgado, era el encargado de partirla. "Estamos en directo. Delgado va a partir la tarta". Pero Delgado no pod¨ªa. Nadie encontraba el cuchillo. No hab¨ªa cuchillo. As¨ª que se improvis¨® una servilleta para tapar la mano del corredor y que pareciese ante las c¨¢maras que estaba cortando la tarta. El tumulto se apoder¨® del acontecimiento.
Tanto, que, con los canap¨¦s agotados y el personal buscando ministros o suced¨¢neos para hacerse fotos -hasta los periodistas de televisi¨®n firmaban tambi¨¦n aut¨®grafos, derecho tienen a ello-, los corredores empezaron a sentir hambre. "Bueno, hay cena o no hay cena", dijo el m¨¢s nervioso. "Esp¨¦rate a ver", contestaba un mec¨¢nico cumpliendo con su oficio, estando pendiente de la intendencia, "me voy a enterar de si dan cena o no". Pero, no, en la embajada no daban cena y el Reynolds no hab¨ªa encargado cena. As¨ª que fueron organizando al pelot¨®n, como si estuvieran en plena etapa, para ir a cenar. Parece ser que encontraron un local pr¨®ximo a la embajada.
El Lido
Las mujeres de los corredores asistieron al acto, presenciaron el tumulto. Pero no parec¨ªan estar preocupadas por la gente sino por lo flacos que se hab¨ªan quedado sus maridos, que llevaban por cierto, el traje que usaron en la presentaci¨®n del equipo, all¨¢ por el mes de diciembre. Quedaba claro que el traje se les hab¨ªa quedado muy grande a todos: la temporada dejaba sus secuelas de esa forma tan singular. La mujer de Javier Luk¨ªn parec¨ªa preocupada: "F¨ªjate como se me ha quedado el pobre". Luk¨ªn es el ¨²nico corredor del mundo que en 1988 ha corrido las tres grandes carreras, la Vuelta, el Giro y el Tour. "Aqu¨ª est¨¢, ¨¦ste es Super-Lukin", dec¨ªan sus compa?eros.
Tras la cena, el Lido, espect¨¢culo incluido. Delgado lleg¨® tarde, tan tarde que frustr¨® los planes de la televisi¨®n francesa la TF1, que quer¨ªa transmitir en directo, aprovechando el Telediario, la llegada del l¨ªder a su tradicional cita con el Lido.
A su llegada, alg¨²n invitado coment¨® un detalle est¨¦tico Hace un a?o, el irland¨¦s Stepehn Roche dio realce al asunto vistiendo smoking para la ocasi¨®n. Delgado no lo hizo; llevaba un pantal¨®n y un polo color blanco Estaba claro que el protocolo hab¨ªa fallado. Luego vinieron las fotos, las vedettes y el robo del maillot amarillo. Al final, gan¨® el tumulto.
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