Margarita Xirgu

Le¨ª con emoci¨®n los art¨ªculos publicados recientemente en EL PA?S sobre Margarita Xirgu, y como uruguayo me ha causado pena que las autoridades de mi pa¨ªs no hayan rendido tributo p¨²blico aqu¨ª a quien fue la gran dama del teatro uruguayo (y de muchos otros). No s¨®lo a los espectadores de aquel Montevideo vital y libre (que hoy uno ignora si fue o lo imaginamos) nos dio la m¨¢s alta lecci¨®n est¨¦tica, sino que form¨® a muchos actores de mi pa¨ªs. La calidad del teatro uruguayo actual tiene una deuda inmensa con aquella se?ora de la escena.Cuando Margarita Xirgu me apercibi¨® tres noches seguidas en las primeras filas viendo la misma representaci¨®n, me hizo llamar y me pregunt¨®, con aquella voz herida que ten¨ªa, si tanto me gustaba el teatro y qu¨¦ hac¨ªa en la vida. Cuando supo que no aspiraba a ser actor y que era un simple estudiante, fui su invitado a todas las representaciones de la temporada. Un gesto que indica que Margarita Xirgu no pudo nunca ser exiliada porque su verdadero pa¨ªs era el de la libertad y el del coraz¨®n, y ¨¦se existe sin necesidad de fronteras nacionales-