Comercio de ni?os en Brasil
Los extranjeros pagan por un 'hijo de la miseria' hasta 2,5 millones de pesetas
Existen en Brasil 40 millones de ni?os que carecen parcial o totalmente de asistencia. Un juez de menores -Liborne Siqueira, de R¨ªo de Janeiro- dice que la soluci¨®n para el problema ser¨ªa un cambio en el sistema socioecon¨®mico del pa¨ªs. Pero mientras, varios grupos intentan otra soluci¨®n: la venta de hijos adoptivos. Hoy d¨ªa, por precios que var¨ªan entre los 5.000 d¨®lares (unas 600.000 pesetas) y los 20.000 (cerca de 2,5 millones de pesetas), familias extranjeras adquieren los hijos de la miseria brasile?a.
Familias locales pagan bastante menos, entre 1.500 y 2.000 d¨®lares. Los precios cambian seg¨²n las posibilidades de los padres y tambi¨¦n respecto a sus exigencias. Curiosamente, los extranjeros exigen poco. Los brasile?os son definitivamente refractarios a la idea de adoptar un ni?o negro: los prefieren blancos y, sobre todo, rubios.Hay casos de queja grave por parte de los clientes: un matrimonio israel¨ª que hab¨ªa importado un par de mellizas reci¨¦n nacidas decidi¨® devolverlas al notar que eran ciegas y sordas.
Red de negociantes
Las sumas cobradas a los padres adoptivos cubren hipot¨¦ticamente gastos judiciales y notariales. En realidad, se destinan a mantener una muy bien estructurada red de negociantes, desde funcionarios de maternidades hasta responsables de la emisi¨®n irregular de pasaportes a los ni?os listos para ser exportados. Desde febrero, y tras una serie de denuncias de que varios de los ni?os exportados hab¨ªan sido secuestrados en maternidades p¨²blicas, el juez de menores de la ciudad de R¨ªo prohibi¨® la adopci¨®n de ni?os brasile?os por familias extranjeras. Sin embargo, la jurisdicci¨®n de ese juez se limita al municipio de R¨ªo, y a menos de 10 kil¨®metros, en ciudades vecinas, cualquiera puede adquirir su hijo, previo pago en moneda extranjera. Los principales importadores de ni?os brasile?os son EE UU, Israel, Canad¨¢ y pa¨ªses de Europa occidental.Hace dos meses termin¨® en Israel un ruidoso caso de adopci¨®n irregular: el Tribunal Supremo de aquel pa¨ªs admiti¨® que una ni?a adoptada por una pareja israel¨ª hab¨ªa sido secuestrada de su hogar materno, vendida inicialmente a una agencia de abogados cuya labor es encontrar padres adoptivos y, finalmente, revendida -por 10.000 d¨®lares- a la pareja de Israel. La ni?a hab¨ªa salido de Brasil con documentaci¨®n legal, lo que significa que hubo complicidad de autoridades o funcionarios responsables.
Existe en R¨ªo un ¨®rgano oficial -la Fundaci¨®n Estatal de Educaci¨®n del Menor (FEEM)- donde es posible, tras seguir los tr¨¢mites legales, adoptar a un ni?o abandonado o hu¨¦rfano. Hay 346 parejas a la espera de un ni?o en esa cola oficial. Cada mes llega un ni?o a la FEEM para ser entregado en adopci¨®n. Las autoridades est¨¢n seguras de que la totalidad de los ni?os abandonados son comercializados por las agencias clandestinas.
Hay muchos casos en que, respaldados por la complicidad de funcionarios de maternidades p¨²blicas, madres de pocos recursos pierden sus hijos a manos de verdaderas cuadrillas de secuestradores. Luego son informadas de que sus ni?os fallecieron, y reciben un cad¨¢ver para el funeral, mientras sus verdaderos ni?os son vendidos a los especialistas en su comercializaci¨®n.
Agencias especializadas
Ese circo de horrores existe desde hace algunos a?os, pero llega a niveles asombrosos en los ¨²ltimos cuatro o cinco. Hay en el mismo centro de R¨ªo, y funcionando de manera abierta, agencias que promueven la adopci¨®n de ni?os brasile?os por parte de familias extranjeras.Los negocios se ultiman en R¨ªo y los papeles son expedidos en alg¨²n municipio vecino. Estas agencias est¨¢n vinculadas casi siempre a instituciones religiosas norteamericanas, y cuentan con equipos de abogados encargados de legalizar la transacci¨®n. En una de esas oficinas, los clientes reciben ¨¢lbumes con fotograf¨ªas y peque?os textos relatando la historia de los ni?os en espera de la adopci¨®n. Se trata, en general, de criaturas entre los pocos meses y los 10 o 12 a?os. En otra carpeta, fotos y cartas de ni?os que fueron entregados a familias norteamericanas cuentan c¨®mo es la vida en Estados Unidos.
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