Los trenes

Hasta el 1 de julio, el precio de un gin-tonic en la barra del bar del tren Talgo era de 350 pesetas. A partir de esa fecha qued¨® elevado a 380 pesetas por aplicaci¨®n de nuevas tarifas. Una subida del 8,5%, considerablemente m¨¢s que las elevaciones del IPC a que nos tiene acostumbrados el t¨¢ndem Instituto Nacional de Estad¨ªstica-se?or Solchaga. Pero sobre lo que quiero llamar la atenci¨®n no es sobre el porcentaje de la subida, sino acerca de los precios que cobra Cater Tren, la empresa que tiene a su cargo la restauraci¨®n en los trenes de Renfe. Precios muy por encima de lo que es usual en las cafeter¨ªas de la calle. Para una m¨¢s precisa informaci¨®n dir¨¦ que la ginebra era una de las espa?olas que se despachan habitualmente en los establecimientos del ramo, y la t¨®nica, la que conviene, supongo, a la empresa Cater Tren, y no la que m¨¢s corre entre los consumidores. Hay ciertas marcas que no pueden faltar en una cafeter¨ªa de la calle o de un tren.Entre Asturias y Madrid acaba de inaugurarse un servicio de autocar que tarda una hora menos que el tren m¨¢s r¨¢pido y en el que se ofrecen a los viajeros peri¨®dicos diarios, revistas, canap¨¦s, refrescos, caf¨¦... completamente gratis. El precio del billete es inferior al del Talgo. Es claro que Renfe no puede ofertar lo mismo, pero debiera pensar que los precios de los servicios de bar que ofrece Cater Tren son sencillamente escandalosos.

O Renfe cambia mucho o va a tener muy poco que hacer ante una competencia que ser¨¢ cada vez m¨¢s fuerte, a medida que las carreteras sean mejores y permitan a los autocares desarrollar su capacidad de acci¨®n.