Alfonso Guerra: "EE UU, responsable del fracaso negociador con la 'contra"
El vicepresidente del Gobierno cree "inevitable e insuficiente" la moratoria sobre la deuda
ANTONIO CA?O ENVIADO ESPECIAL, La improvisada cumbre de Quito, con la presencia de seis jefes de Estado y varios vicepresidentes y ministros de Asuntos Exteriores de distintas corrientes pol¨ªticas, ha sido una oportunidad ¨²nica de comprobar el rumbo actual de Am¨¦rica Latina. Por parte espa?ola, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, ha mantenido distintos contactos bilaterales con objeto de conocer el estado de las principales crisis del continente y de las relaciones entre Espa?a y los pa¨ªses latinoamericanos. Sobre algunos problemas fundamentales, como los de Nicaragua y Panam¨¢, Guerra responsabiliza a Estados Unidos del fracaso de conversaciones de paz con la contra y de haber convertido en un l¨ªder nacional al general Manuel Antonio Noriega.
Pregunta. ?No se ha pasado, en relaci¨®n con Am¨¦rica Latina, de la ret¨®rica de la madre patria a la ret¨®rica del puente con Europa?Respuesta. Yo creo que las relaciones de Espa?a con el conjunto de los pa¨ªses iberoamericanos han tenido un impulso muy importante. A veces nosotros mismos no tenemos' conciencia clara del predicamento que Espa?a tiene en los pa¨ªses de Iberoam¨¦rica. Yo creo que hay algunos problemas nuevos en el continente, y cito inmediatamente el de la deuda externa, sobre los que los pa¨ªses iberoamericanos tienen plena conciencia de que la posici¨®n de Espa?a, no ya en relaciones bilaterales sino en los foros internacionales, tiene una gran importancia para cambiar la mentalidad respecto a la posible salida de la crisis.
P. ?Cu¨¢l es la posici¨®n espa?ola respecto a la deuda externa?
R. Espa?a ha creado una situaci¨®n nueva respecto a la soluci¨®n de la deuda, en cuanto que nosotros no estamos ni por decir que la deuda es un problema estrictamente contable nada m¨¢s, porque no es verdad, ni tampoco por soluciones pol¨ªtico-demag¨®gicas, como decir que a m¨ª me prestaron a la fuerza y no quiero pagar. Yo creo que hay que llegar a un acuerdo y es posible un acuerdo; para ello hacen falta soluciones imaginativas. Por ejemplo, el hecho de que los propios pa¨ªses deudores recompren su deuda y que no la paguen en divisas sino en facilidades para inversiones. De tal manera que haya una condonaci¨®n sin que sea borrar de la libreta.
P. ?Usted cree que en las condiciones actuales la moratoria es l¨®gica e inevitable?
R. La moratoria es l¨®gica, inevitable e insuficiente. En los ¨²ltimos a?os ha habido una transferencia de recursos de los pa¨ªses subdesarrollados a los pa¨ªses desarrollados de 150.000 millones de d¨®lares. Hay que entender que no puede haber pa¨ªses en los que la desnutrici¨®n es la regla, transfiriendo recursos a otros en los que el colesterol es el peligro.
P. ?Se puede ejercer influencia en Am¨¦rica Latina sin fricciones con Washington?
R. El problema es que durante, mucho tiempo Estados Unidos ha considerado que un sector del continente era su patio trasero. Eso est¨¢ cambiando, porque la gente ya no lo acepta, aunque a veces EE UU mantiene posiciones quiz¨¢ e incompresi¨®n de la realidad social. Un pa¨ªs como Espa?a no tiene problemas. Nosotros somos un pa¨ªs amigo de muchos pa¨ªses, entre ellos Estados Unidos.
El cambio comunista
P. ?A Espa?a no le han dicho nunca, entonces, que saque sus. manos de Nicaragua?
R. No ser¨ªa aceptado de ning¨²n modo.
P. ?Usted cree que la presencia de Cuba en ceremonias como la de Quito es positiva?
R. Yo estoy totalmente convencido de que todo acto, e incluso gesto, que se dirija a la integraci¨®n iberoamericana es positivo. Mi punto de vista es que se va a producir con el tiempo una comunidad iberoamericana. Eso es inevitable, porque Iberoam¨¦rica no tiene hoy el peso espec¨ªfico que corresponde a la poblaci¨®n y a los recursos de que dispone. Y tiene que recuperarlo. As¨ª pues, cualquier gesto en ese sentido, como puede ser la presencia aqu¨ª de Fidel Castro, es positiva. Porque, adem¨¢s, la gente se ve la cara y se oye la voz.
P. ?Pero usted cree que un pa¨ªs comunista cabe en los actuales o en los futuros foros latinoamericanos?.
R. Bueno, es que hoy el comunismo est¨¢ cambiando. Yo tengo la impresi¨®n de que lo que significa la URS S hoy tiene poco que ver con lo que los ortodoxos comunistas siguen insistiendo en algunos pa¨ªses latinoamericanos y europeos que est¨¢n en posiciones de preperestroika bastante incomprensibles. Podemos llegar a una situaci¨®n bastante curiosa, en que esos pa¨ªses se queden colgados de la brocha, defendiendo posiciones de la URSS que ya no las defiende ni la propia Uni¨®n Sovi¨¦tica. Por tanto, yo creo que se est¨¢ caminando hacia una transformaci¨®n de los principios dogm¨¢ticos. Cuanto m¨¢s en un pa¨ªs como Cuba, donde la actitud vital del conjunto de la poblaci¨®n no est¨¢ en esa l¨ªnea.
P. ?Qu¨¦ opina de los problemas surgidos en la b¨²squeda de la paz para Nicaragua?
R. Despu¨¦s de Esquipulas 2, quien ha ido m¨¢s lejos es Nicaragua. Estados Unidos le exige a Nicaragua, por una parte, que democratice sus estructuras, y por otra, cuando eso est¨¢ llegando al final, impide que eso vaya adelante. Cuando en las conversaciones de Managua se estaba ya casi llegando a un acuerdo con la contra, Estados Unidos no lo permite. De modo que est¨¢ favoreciendo la democratizaci¨®n, pero tampoco le satisface que Nicaragua pueda quedar como un pa¨ªs m¨¢s o menos democr¨¢tico pero con una influencia que no sea la de Estados Unidos. Mi impresi¨®n es que en el cambio que ha habido en el directorio de la contra ha habido una presi¨®n de Estados Unidos para conseguir m¨¢s o para impedir que se consiguiera, porque se podr¨ªa llegar a una soluci¨®n que quiz¨¢ no es buena para Estados Unidos.
P. Despu¨¦s de eso se ha producido un endurecimiento en la pol¨ªtica de Nicaragua.
R. ?se es otro de los grandes problemas. El problema es que en el interior del frente sandinista, en el interior de Nicaragua, hay posiciones m¨¢s flexibles que otras, y a veces exigiendo demasiado favorecemos las posiciones de los m¨¢s duros y dejamos d¨¦biles a los m¨¢s flexibles. Por eso yo soy partidario de que haya m¨¢s reuniones como la de Esquipulas, pero no deben estar encaminadas a ajustarle las cuentas a Nicaragua. Porque cada vez que se re¨²nen los cinco centroamericanos se da la situaci¨®n de que cuatro le piden cuentas a Nicaragua, y los problemas de los otros no cuentan. ?Y por qu¨¦ no cuentan? Porque EE UU no los presenta sobre la mesa.
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