?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa!

?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa! la madrugada del martes. El ¨²ltimo ?hurra! de Ronald Reagan, su canto del cisne, su despedida pol¨ªtica y la confirmaci¨®n en im¨¢genes de lo mucho que se quieren Nancy y Ron. "No s¨¦ qu¨¦ hubiera sido de mi vida sin ti, Nancy. Gracias por tu amor y por ser como eres", le dijo el presidente. Los 3.000 delegados no pudieron contener las l¨¢grimas.El final feliz fue ayudado por los creativos que anuncian Pepsi-Cola, que produjeron una pel¨ªcula -sin duda la m¨¢s rosa que nunca hayan interpretado los Reagan en Hollywood- en la que el presidente, con planos intercalados dignos de Lelouch en Un hombre y una mujer, repasaba su vida y lo mucho que ha hecho por los norteamericanos y por el mundo libre. Y venga banderas nacionales, ni?os felices en contraluz y cantos al patriotismo y al orgullo de ser norteamericano. Y en la escena final, la pareja m¨¢s poderosa del mundo desapareciendo bosque adelante, abrazados, y una picaresca patadita en el culo de Nancy a Ronnie.

Miles de globos y una tonelada de confetis cayeron sobre los Reagan. El discurso del presidente fue interrumpido 66 veces por ovaciones, y el aplauso final dur¨® seis minutos. Pero Ronald Reagan dijo que del final de su vida nada. "?Ocaso? No en Am¨¦rica. Aqu¨ª siempre est¨¢ amaneciendo". Y prometi¨® que dejar¨¢ su n¨²mero de tel¨¦fono. "Por si me necesit¨¢is como soldado de a pie, avisadme, que volver¨¦".

En la sala del Superdome, tina delegada se limpiaba las l¨¢grimas con un pa?uelo de papel mientras afirmaba: "No importa qui¨¦n venga despu¨¦s de Reagan. Nunca ser¨¢ lo mismo". Otro delegado enarbolaba una pancarta: "El ¨²nico duque [a Dukakis le llaman Duke] era John Wayne", y un c¨®mico se preguntaba ante Nancy Reagan: "?C¨®mo vas a votar por un hombre que no tiene hombros?". Se refer¨ªa a la contextura f¨ªsica del candidato dem¨®crata.

En el acceso a la convenci¨®n, tres monjas ursulinas de riguroso h¨¢bito vend¨ªan delantales y libros de recetas de cocina del convento a 10 d¨®lares (unas 1.250 pesetas) la pieza. Desaparec¨ªan, a d¨®s d¨®lares, las chapas con Dukakis y Daniel Ortega para vicepresidente y las que emparejaban a Bush con Ollie (Oliver) North. Muy cerca, un hombre se paseaba con un palo y un cart¨®n en el que se le¨ªa: "Bush ser¨¢ presidente porque Dios es republicano".