El Madrid ya se mueve al ritmo de Schuster
J. DAMI?N GONZ?LEZ ENVIADO ESPECIAL El Madrid comienza a moverse al ritmo de Schuster, aunque al equipo y al alem¨¢n les falta a¨²n continuidad. El campe¨®n de Liga ensay¨® ante el Everton, en la inauguraci¨®n del nuevo estadio santanderino, el equipo tilular por el que Leo Beenhakker parece haberse decidido. El t¨¦cnico holand¨¦s ha optado finalmente por imponer el criterio mas l¨®gico, Iras las continuas pruebas que ha realizado en la pretemporada con el objetivo de buscarle un sitio en el once ideal a Gallego. El Soso queda as¨ª como primer suplente de una plantilla de lujo a la espera de aprovechar la inseguridad que sobre su titularidad dan la impresi¨®n de: sentir en algunas acciones Tendillo y Mart¨ªn V¨¢zquez.
Schuster tard¨® poco en de mostrar su visi¨®n del juego Apenas se hab¨ªan colocado sobre el campo los dos equipos cuando el alem¨¢n envi¨® un preciso bal¨®n en profundidad a Butrague?o, cuya fama pareci¨® intimidar Pointon. El lateral qued¨® convertido en un flan en un par de segundos y El Buitre s¨®lo necesit¨® uno para com¨¦rselo marcar de espl¨¦ndido remate a la escuadra, derecha de Southal. La sombra de Losada ha provocado que El Buitre se muestre con hambre de f¨²tbol.
Hab¨ªan transcurrido s¨®lo diez minutos desde el primer pelotazo largo de Schuster cuando el alem¨¢n confirm¨® que ya comienza a mandar en el Madrid. Schuster llam¨® a Sanchis, primero, y a Tendillo, despu¨¦s, para indicarles con gestos bien visibles algo que ambos no hab¨ªan hecho bien en una jugada anterior. El ¨²nico problema que puede plantear la presencia del alem¨¢n radica en que absorbe casi por completo todo el f¨²tbol del equipo, aunque en la segunda parte baj¨® su rendimiento y entr¨® menos en juego.
Por lo dem¨¢s, Beenhakker mantiene el mismo sistema de la temporada anterior, con ligeros retoques en detalles como el retraso de algunos metros en las bandas de Michel y Gordillo. La entrada de Gallego, bien como l¨ªbero o en el centro del campo, crear¨ªa cambios m¨¢s profundos en la estrategia madridista, fundamentalmente si El Soso actuase en la media donde s¨ª le comer¨ªa funciones a Schuster porque las caracter¨ªsticas organizadoras de ambos son muy similares. Chendo y Camacho se sit¨²an como marcadores, con lo que Sanchis adelanta varios metros su posici¨®n para encargarse de tpar al cerebro del equipo rival, ayer Sheedy, sin duda el mejor jugador del Everton.
El equipo ingl¨¦s exhibi¨® orden y buenas maneras en sus triangulaciones y as¨ª evit¨® ser humillado por el Madrid como el a?o pasado cuando cay¨® por 6-1 en el trofeo Santiago Bernab¨¦u. Pero el Everton, como casi todos los equipos del Reino Unido, dio la impresi¨®n de resistirse a evolucionar t¨¢cticamente, algo que parece necesario a la vista del fracaso de Inglaterra en la reciente Eurocopa. Sobre el campo se coloca con cuatro defensas en l¨ªnea, cuatro medios de los que dos son extremos retrasados -el diestro se llama Steven como manda la r¨ªgida tradici¨®n inglesa- y con dos puntas arriba que devuelven al primer toque, siempre de espaldas al marco contrario, para girarse y buscar el posterior remate en el ¨¢rea. Alg¨²n gol pudo conseguir el Everton, pero Buyo transmiti¨® seguridad siempre.
En cualquier caso, quedan algunos detalles por pulir en el Madrid. El equipo no machaca a sus rivales como el a?o pasado, quizo¨¢. porque sus urgencias europeas ante el d¨¦bil Moss noruego no son las mismas que las de la temporada anterior frente al N¨¢poles de Maradona. Y Beenhakker, adem¨¢s, debe otorgar absoluta confianza a Tendillo y Mart¨ªn V¨¢zquez para evitar fallos en trances decisivos.
Tampoco estar¨ªa de m¨¢s que alguien -no s¨®lo el t¨¦cnico- volviese a tener un p¨¢rrafo aparte con Hugo S¨¢nchez. El mexicano ha comenzado la temporada corno acab¨® la anterior, es decir, marcando goles y con la autoexigencia a?adida de buscar el espect¨¢culo con tacones, dejadas de cabeza y vistosos giros ante sus marcadores. Pero volvi¨® a exhibir un feo estilo al dejar la suela sobre la rodilla del cuatro ingl¨¦s, con quien hab¨ªa tenido antes un tenso debate. Alguien debe recordarle a Hugo que s¨®lo la magnanimidad del comit¨¦ de apelaci¨®n de la UEFA va a permitirle estar ausente de la Copa de Europa s¨®lo en uno de los tres partidos con los que inicialmente fue castigado.
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