Una versi¨®n aligerada
Ballet de BasileaENVIADA ESPECIALLos cientos de versiones de El lago de los cisnes que se han montado desde que Chaikovski completara en 1877 su primera partitura se pueden agrupar, simplificando, en tres grandes grupos: las ortodoxas, fundamentalmente rusas, que han consolidado en torno al n¨²cleo Ivanov-Petipa-Vserolojski de la versi¨®n de 1895 no s¨®lo unas l¨ªneas argumentales y coreogr¨¢ficas muy claras, sino un estilo; las revisionistas, que tratando siempre de actualizar la obra han manipulado ese n¨²cleo central trastocando argumento, coreograf¨ªa, personajes y estilo, pero guardando la idea clave de dualidad de la pulsi¨®n amorosa y vital en un ambiente de leyenda rom¨¢ntica y los dise?os coreogr¨¢ficos m¨¢s caracter¨ªsticos, y las delirantes, que pueden llegar a convertir a los cisnes en patos marcados.
El lago de los cisnes (ballet de Heinz Spoerli, seg¨²n Ivanov y Petipa)
M¨²sica: P. I. Chaikovski. Coreograf¨ªa y direcci¨®n esc¨¦nica: Heinz Spoerli. Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao. Director: Andr¨¦s Joho. Festival de Santander. Plaza Porticada. 23 y 24 de agosto.
La versi¨®n que el Ballet de Basilea present¨® el martes en el festival de Santander, debida a su director, Heinz Spoerli -que en los 15 a?os que lleva al frente de la compa?¨ªa ha conseguido hacer de ella una agrupaci¨®n respetada en Europa-, pertenece al segundo grupo: una versi¨®n aligerada, sin aspiraciones de clasicismo, que pretende dar verosimilitud dram¨¢tica a la historia trasponiendo la acci¨®n a la primera mitad del siglo XIX y convirtiendo a Sigfrido en un joven arist¨®crata e intelectual que sue?a la historia de la princesa encantada y llega a obsesionarse con el mito tenebroso y rom¨¢ntico por el que valdr¨ªa la pena morir.
Estrenada en 1986, la versi¨®n de Spoerli ha tenido buena acogida en Santander, como la tuvo en Suiza. Los cambios que introduce no hacen chirriar la sensibilidad de un p¨²blico que ama los cl¨¢sicos, porque mantienen lo esencial tanto de la coreograf¨ªa m¨¢s conocida -todo el segundo acto, el paso a dos del cisne negro del tercero- como del argumento.
La versi¨®n de Santander, sin decorados y con poca gente en escena, quedaba algo pobre porque El lago necesita tambi¨¦n su exuberancia visual, aunque estuvo admirablemente acompa?ada por la Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao.
Dram¨¢ticamente, la versi¨®n de El lago de los cisnes de Spoerli promete m¨¢s de lo que al final da, quiz¨¢ porque la interpretaci¨®n no hizo pasar toda la l¨®gica del core¨®grafo.
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