Nace una gran cinematograf¨ªa
Ayer, hablar aqu¨ª de cine chino sonaba a eso mismo, a chino, a asunto de marcianos. Hoy, despu¨¦s del estreno de Sorgo rojo, este entuerto se ha enderezado en parte. Ya hay aqu¨ª, al alcance de amantes del buen cine, una pel¨ªcula china, y son muchos los que van a quedar sorprendidos ante la sensaci¨®n de cercan¨ªa que les va a causar esto que ayer era para ellos cosa extraterrestre.Primero con cuentagotas y luego de manera fluida, de unos a?os a esta parte, en las secciones informativas de los festivales de cine, los que acuden a ellos han comenzado a descubrir, primero que en China se hacen pel¨ªculas, despu¨¦s que se hacen bastantes y por ¨²ltimo que en ellas hay notabil¨ªsimas incursiones, llenas de sensibilidad y de solvencia, en las mejores honduras de este arte. Y de las secciones informativas, las pel¨ªculas chinas comenzaron a infiltrarse en los concursos y a aparecer en los escaparates de lujo de las ferias cinematogr¨¢ficas, code¨¢ndose, sin tener que pedir perd¨®n, con la flor de la producci¨®n mundial m¨¢s afinada.
Sorgo rojo
Director: Zhang Yimou. Gui¨®n: Chen Jianyu, Zhu Wei, Mo Yan. Fotograf¨ªa: Gu Changwei. Decorador. Vang Gang. M¨²sica: Zbao Jiping. Int¨¦rpretes: Gong Li, Jian Weng, Ten en Rujun, Ji Chunhua, Qu Churihu¨¢, Liu Ji. Estreno en Madrid: cine Renoir (V. 0. S.)
Finalmente, en el ¨²ltimo festival de Berl¨ªn, donde se ofreci¨® lo mejor de la cosecha norteamericana del a?o pues all¨ª compitieron casi todas las pel¨ªculas que despu¨¦s se disputaron los Oscar, el cine chino comenz¨® su lucha por los grandes premios y, lo que result¨® m¨¢s chocante, a llevarse el gato al agua. Sorgo rojo, en efecto, se llev¨® a China sin dificultad alguna el primer premio de este festival: el cada d¨ªa m¨¢s preciado Oso de Oro.
No es este filme -aunque tiene caracter¨ªsticas de interpretaci¨®n, tiempo y ritmo que chocan con la educaci¨®n occidental- un ejemplo de exotismo. Por el contrario, sorprende de ¨¦l su ajuste con las leyes del clasicismo cinematogr¨¢fico ,tal como son universalmente entendidas. Trat¨¢ndose de un asunto argumental local, lo es a la, manera de los grandes westerns: un localismo perfectamente inteligible desde cualquier latitud del planeta.
En¨¦rgica y sutil
Una hermosa, en¨¦rgica y, al mismo tiempo, sutil pel¨ªcula. Hecha en nuestras ant¨ªpodas, parece de aqu¨ª al lado, nos concierne, nos habla en nuestro propio murmullo profundo, el que parece empujar, oculto detr¨¢s de las s¨¢banas blancas de las pantallas, sobre las evidencias de lo que ocurre encima de ellas, dando as¨ª hondura a su horizontalidad. Excelentes actores componen tipos totalmente veraces, que saben combinar suavidad y dureza -Sorgo rojo contiene, junto a desgarros ¨¦picos y l¨ªricos, un s¨®lido ejercicio visual sobre la violencia- en esa delicada tierra de nadie que proporciona magia y densidad al escaso, cine que sabe encontrar los accesos a la crucial zona intermedia que hay entre lo oculto y lo evidente en una pantalla.El primer gran paso del cine chino ya est¨¢ aqu¨ª. S¨®lo queda esperar que este regalo no sea el ¨²ltimo. No es ¨¦sta la ¨²nica pel¨ªcula china que se abre paso: El rey de los ni?os -menos espectacular que Sorgo rojo, pero con superior distinci¨®n estil¨ªstica- fue presentada en Cannes, donde hizo un excelente papel. S¨ªntomas, entre muchos, de que la cinematograf¨ªa china se mueve.
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