Bertolucci decepciona en Pek¨ªn
Preestreno de 'El ¨²ltimo emperador' en una versi¨®n apta para ni?os
La proyecci¨®n de El ¨²ltimo emperador en dos salas de Pek¨ªn fue recibida con cierta frialdad por parte del p¨²blico. En cambio, la pol¨¦mica sobre derechos de autor sobre el libro que inspir¨® a Bernardo Bertolucci corre el riesgo de levantar oleadas en las siempre sensibles aguas de la cultura en un pa¨ªs comunista. Con salas a medio llenar, los espectadores, j¨®venes en su mayor¨ªa, pudieron al fin ver la pel¨ªcula ganadora de nueve oscars de Hollywood, cuyo estreno se pospon¨ªa de mes en mes invocando "problemas de doblaje". La reacci¨®n fue mitigada: "Pasable" y "aceptable" eran los comentarios m¨¢s o¨ªdos a las salidas de los cines Capitol y Huadu. Los m¨¢s entusiastas alababan las arduas investigaciones que tuvo que realizar Bertolucci para lograr cierta veracidad hist¨®rica".
La pel¨ªcula de Bertolucci hab¨ªa levantado en los ¨²ltimos meses una amplia pol¨¦mica por el con tenido hist¨®rico, sus escenas er¨®ticas y la utilizaci¨®n de la Ciudad Prohibida de Pek¨ªn como escenarios naturales. El p¨²blico, compuesto en su mayo r¨ªa por j¨®venes veintea?eros, ri¨® de buena gana ante las escenas que muestran los horrores de los guardias rojos de mediados de los a?os sesenta. La censura fue previsible y mesurada. Los espectadores chinos fueron privados, sobre todo, de la magn¨ªfica escena del tri¨¢ngulo bajo el muar¨¦ entre el emperador y sus dos esposas y la de la succi¨®n del dedo gordo del pie de la emperatriz por par te de su amiga aviadora. "Ex cluimos todo lo que pudiese he rir la sensibilidad de los ni?os", explicaba recientemente un censor.
La pel¨ªcula deber¨¢ ser oficialmente estrenada el 27 de septiembre, con la probable presencia de Bertolucci y del actor John Lone, en la capital china. Mas antes deber¨¢n acallarse o resolverse ciertos litigios sur gidos a su amparo. Uno de elloses el que opone a la ¨²ltima mujer de Pu Y?, Li Shuxian, a las ediciones de lenguas extranjeras por cuestiones referentes a derechos de autor del libro De em perador a ciudadano. Un semanarlo y un diario de Shanghai acaban de publicar un art¨ªculo en el que acusan a la editorial de "haber vendido los derechos a espaldas de Li Shuxian, ¨²nica y leg¨ªtima heredera de Pu Yi".
Presiones
Las ediciones en lenguas extranjeras, por lo dem¨¢s, trataron de ejercer presi¨®n sobre un estudio cinematogr¨¢fico chino que en la misma ¨¦poca rodaba una versi¨®n televisiva en 30 episodios sobre la obra. "Que algunos chinos quieran ganar algunos duros vendiendo derechos es perfectamente leg¨ªtimo, pero ?desde cu¨¢ndo ser¨¢ un crimen abominable que los chinos pretendan rodar sus propios dramas?", escribe el vespertino Nuevo Pueblo, de Shanghal, del 24 de agosto.La Prensa refiere igualmente que el litigio entre ambas versiones lleg¨® a figurar en la agendadel mism¨ªsimo secretariado del Comit¨¦ Central del Partido Comunista, el cual, finalmente, autoriz¨® ambas. Las c¨¢maras de Bernardo Bertolucci pudieron filmar casi a su antojo en todos los escenarios de la Ciudad Prohibida, mientras que las del equipo chino debieron contentarse con tomar los exteriores y construir sus propios decorados "con gran gasto de energ¨ªas y dinero".
Xie Jin, un conocido director, declaraba poco tiempo atr¨¢s: "Podemos firmar un joint venture [riesgo compartido] con empresas extranjeras para la explotaci¨®n de un pozo petrol¨ªfero y luego repartir ganancias, mas, por muy pobres que seamos, no podemos liquidar el patrimonio literario del pa¨ªs, tom¨¢ndolo como un mero recurso cultural".
Estas pol¨¦micas causan cierta perplejidad; si bien parecen ser el lote com¨²n de muchas grandes realizaciones, hay quienes recuerdan que algunas de las grandes sacudidas pol¨ªticas de este pa¨ªs se iniciaron bajo forma de inocentes rencillas literarias.
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