Algunos huelguistas polacos, reticentes a seguir las ¨®rdenes de Lech Walesa
Lech Walesa, que emerge como el l¨ªder obrero y pol¨ªtico de anta?o, tiene dificultades, sin embargo, para conseguir que todos los huelguistas sigan sus directrices de paz social, conforme a lo acordado, el pasado mi¨¦rcoles, con el ministro del Interior, general Czeslaw Kiszczak.
Los 3.000 huelguistas del astillero Lenin en Gdansk, lugar de trabajo de Walesa y s¨ªmbolo del ilegal sindicato Solidaridad, decidi¨® poner fin a la huelga despu¨¦s de tres horas de conversaciones, en la madrugada de ayer.
Sin embargo, la mina Manifest Lipcowy (Jasztrebie, en Silesia) permanece en huelga y ha pedido a Walesa que se traslade personalmente al lugar para explicar los acuerdos con el r¨¦gimen. En la factor¨ªa de Stalowa Wola (cercana a Cracovia), persist¨ªa el paro ante la falta de informaci¨®n sobre el fin de la huelga, que se atribuye a un fallo en la recepci¨®n de un telegrama enviado desde Gdansk.
A ¨²ltimas horas de la tarde de ayer se inform¨® oficialmente que el paro hab¨ªa finalizado despu¨¦s de una declaraci¨®n amenazadora del portavoz del Gobierno, Jerzy Urban, quien se refiri¨® positivamente a la gesti¨®n de Walesa, pero sin reconocer su condici¨®n de presidente del sindicato Solidaridad. "Nos congratulamos", dijo, "del fin de la huelga en Gdansk, un hecho notable, en cuanto que la orden de acabar con el paro parti¨® de un huelguista" [Walesa].
Jaruzelski, conciliador
El jefe del Estado y del partido comunista, Wojciech Jaruzelski manifest¨®, por su parte, que conf¨ªa en "la buena voluntad de Walesa" y llam¨® a "romper el c¨ªrculo diab¨®lico" y lograr una soluci¨®n para Polonia.Por primera vez en ocho a?os, el general Jaruzelski parece incluir al l¨ªder sindical y premio Nobel de la Paz en este grupo de la oposici¨®n que puede tener una posibilidad de hacer su aportaci¨®n en la soluci¨®n de la crisis.
En un discurso ante la agrupaci¨®n del POUP (partido comunista) en una f¨¢brica en Varsovia, JaruzeIski se?al¨® que cuenta "con la buena voluntad de Walesa si ¨¦ste no vuelve a rodearse de fuerzas que tienen influencia sobre ¨¦l". Jaruzelski parec¨ªa querer justificar la apertura del di¨¢logo con Walesa que ha sido acogida con gran malestar en algunos c¨ªrculos del partido.
Aunque Gdansk es el feudo de Walesa, ¨¦ste necesit¨® cierto tiempo para convencer a sus correligionarios de aceptar la vuelta al trabajo. Muchos de ellos acogieron a su presidente con escepticismo, por considerar que no hab¨ªa conseguido nada. El dirigente recurri¨® a la figura del arzobispo Jerzy Dabrowski, presente en la negociaci¨®n, a quien puso como testigo de sus intentos por conseguir lo m¨¢s posible frente al ministro Kiszczak. "Interrumpir las huelgas no es s¨ªntoma de cobard¨ªa", dijo, "sino de responsabilidad. Yo busco el entendimiento y no dudo que las autoridades est¨¢n en el mismo camino". Finalmente, los huelguistas abandonaron, a mediod¨ªa de ayer, los astilleros.
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