Dolores

Estoy en total desacuerdo con el contenido del art¨ªculo La respuesta del antrop¨®fago, escrito por V¨ªctor G¨®mez Pin. Aun si la tauromaquia est¨¢ vinculada con los t¨¦rminos est¨¦tica, sensibilidad, civilizaci¨®n o arte, la equivocidad de estos ¨²ltimos ya hace posible nuestro desacuerdo en la apreciaci¨®n de la tauromaquia. Adem¨¢s, la justificaci¨®n de ¨¦sta que nos ofrece, propia del dogmatismo ingenuo popular seg¨²n ¨¦l, demuestra la confusi¨®n mental que acarreaba al redactar su art¨ªculo. Dicha justificaci¨®n reproduce en esencia la maldad que sustenta ese modelo cultural del que parece tan ansioso de apartarse el se?or Pin. Si la idea de cultura, predominante hoy en la fin¨ªsima Europa, se basa en el sufrimiento, no menos lo est¨¢ el arte que ¨¦l defiende, s¨®lo que en un caso se deja ver m¨¢s el dolor humano, y en otro, el de los animales. Al autor le traiciona su inconsciente; de esto debe saber bastante, cuando califica la antropofagia de pr¨¢ctica infrahumana, para despu¨¦s atribuir a los antitaurinos el sobrecargar de connotaciones valorativas sus argumentos, o cuando utiliza impropiamente la expresi¨®n el juego del toro, si bien el toro no juega: son otros los que juegan con ¨¦l a torturarlo y matarlo, es imperdonable semejante indistinci¨®n ling¨¹¨ªstica en un especialista en filosof¨ªa. Como puede apreciar, soy radical en mi opini¨®n, aunque no puede decirse que no sea mediatizada por la experiencia (basta acercarse a un coso en d¨ªa de festejos).En cuanto antitaurino, no soy enemigo de las fiestas, sino de aquellas que est¨¢n sustentadas en el dolor gratuito de cualquier ser vivo, y apuesto por una cultura, un arte, etc¨¦tera, que no se fundamente en el sufrimiento ni encubra ¨¦ste con t¨¦rminos como "el instante lit¨²rgico" o "el compromiso indisociable de cuerpo y alma". Basta de religi¨®n y mitos; es hora de que apostemos por una cultura verdaderamente humana y, por tanto, laica. Salir del aburrimiento y la decrepitud de la cultura europea no tiene por qu¨¦ suponer refugiarnos en nuestra caverna.- Juan Pablo Molano.