Allende, presente
La conmemoraci¨®n de la muerte del presidente se transform¨® en un acto por el 'no'
Unas 1.500 personas se reunieron ayer en el cementerio de Santa In¨¦s, en Vi?a del Mar, en torno a la tumba del ¨²ltimo presidente constitucional, Salvador Allende. Los manifestantes, subidos en los mausoleos y de pie sobre las sepulturas, gritaban: "?El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido!" y "?Allende est¨¢ presente!". Cuando, posteriormente, ¨¦stos se dirig¨ªan al centro de la ciudad, se les unieron m¨¢s de 10.000 personas y hubo graves enfrentamientos con las fuerzas policiales que trataron de dispersarlos. Al menos 30 personas han sido detenidas.
La conmemoraci¨®n de los 15 a?os de la muerte del derrocado presidente tuvo un car¨¢cter especial. Hab¨ªa familiares directos de Allende: su sobrina Denise Pascal, reci¨¦n llegada del exilio, y su nieto Gonzalo Meza. Ella, emocionada, deposit¨® un ramo de claveles rojos en la tumba y en una breve intervenci¨®n pidi¨® que "se vote no a Augusto Pinochet en el pr¨®ximo plebiscito.".Otra mujer, Isabel Allende, hija del mandatario pensaba haber presidido los actos pero, seg¨²n Gonzalo Meza, desisti¨® porque no pod¨ªa "afrontar un choque emocional demasiado fuerte". Isabel volvi¨® a Chile hace una semana, despu¨¦s de 15 a?os de ausencia.
Uno de los manifestantes mantuvo en alto un retrato al ¨®leo de Allende y otros sosten¨ªan ajadas fotos en blanco y negro del mandatario que muri¨® durante el golpe. Al mediod¨ªa, hora en que hace 15 a?os ard¨ªa el palacio presidencial de La Moneda, bombardeado por la fuerza a¨¦rea, un conjunto musical toc¨® una marcha f¨²nebre del folclor andino, mientras un espeso silencio reinaba entre los asistentes.
Una grabaci¨®n dej¨® oir la voz de Allende con su ¨²ltimo discurso dirigido al pueblo chileno. Sus palabras, transmitidas entonces por la radio, fueron escuchadas s¨®lo horas antes de que muriera.
En la tumba, situada a ras del suelo, una placa met¨¢lica cubierta por flores dice: Salvador Allende, presidente de Chile 1970-1973. Nadie sabe cu¨¢nto va a durar. El r¨¦gimen ha impedido hasta ahora que la l¨¢pida tenga el nombre del ex presidente y las flores son dejadas un d¨ªa para desaparecer al siguiente.
La conmemoraci¨®n se transform¨® en un acto por el no al r¨¦gimen y en el refer¨¦ndum. En Vi?a del Mar -105 kil¨®metros al oeste de Santiago- caravanas de coches por el s¨ª y por el no recorr¨ªan las calles tocando sus bocinas y los manifestantes se trenzaban a golpes. Mientras tanto, en el cementerio de Santa In¨¦s, a espaldas del oc¨¦ano Pac¨ªfico que ba?a esa ciudad, los oradores, casi todos dirigentes de la coalici¨®n Izquierda Unida (IU), ped¨ªan la concertaci¨®n de la oposici¨®n.
Graves disturbios
Los disturbios se produjeron cuando a los que descend¨ªan -en su mayor¨ªa j¨®venes- del cerro en que se encuentra el cementerio se unieron miles de personas que marchaban en columnas hacia el centro de Vi?a del Mar. La polic¨ªa utiliz¨® gases lacrim¨®genos y chorros de agua a presi¨®n para disolver a los manifestantes, que no cejaron en su empe?o. Al menos 30 de ellos fueron detenidos y varios resultaron heridos. Los incidentes de ayer han sido los m¨¢s graves vividos en esta importante ciudad tur¨ªstica chilena desde el derrocamiento de Allende.An¨ªbal Palma, un ex ministro de Educaci¨®n de Allende regresado hace poco del exilio y actual presidente subrogante de IU, (el titular, Clodomiro Almeyda, est¨¢ encarcelado), afirm¨® que, pese al miedo que los militares han impuesto sobre el pa¨ªs durante estos 15 a?os, el nombre de Allende se ha mantenido vivo y se ha transformado en un s¨ªmbolo de la democracia destruida. "Quisieron barrernos de la faz de la tierra pero estamos aqu¨ª de nuevo", declar¨®.
El ex diputado y miembro del comit¨¦ central del Partido Comunista, Luis Guastavino, que hace apenas unos d¨ªas abandon¨® la clandestinidad, afirm¨® durante la conmemoraci¨®n en el cementerio: "Estamos aqu¨ª para decirle al tirano que los muertos que mat¨® gozan de buena salud". Guastavino hab¨ªa pedido a los manifestantes que no se provocasen desmanes al t¨¦rmino del acto porque, dijo, son usados para dividir a la oposici¨®n y como publicidad en favor de Pinochet. Un dirigente de Valpara¨ªso afirm¨® que las movilizaciones populares est¨¢n abriendo "las grandes alamedas", de las que Allende habl¨® en su ¨²ltimo discurso.
Devoci¨®n clandestina
En el mismo lugar, hace 15 a?os bajo toque de queda diurno, Hortensia Bussi, viuda de Allende, asisti¨® al funeral de su esposo, vigilada por decenas de soldados. Pese a la represi¨®n y a que la tumba durante a?os s¨®lo tuvo el nombre de Eduardo Grove, un familiar del ex presidente, los pobladores de los cerros cercanos al cementerio convirtieron el lugar en un sitio de clandestina devoci¨®n izquierdista. El fervor popular impidi¨® lo que la dictadura ha querido infructuosamente durante un decenio y medio: sepultar la imagen de Allende.Esta ha sido, probablemente, la ¨²ltima victoria del hombre que fue derrotado militarmente el 11 de septiembre de 1973. Su viuda, regresar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas. Su primera actividad ser¨¢ visitar el cementerio de Santa In¨¦s. Despu¨¦s, ir¨¢ a Santiago, donde la izquierda le est¨¢ preparando un recibimiento multitudinario.
[Unas 30 madres, esposas, hermanas o hijas de militantes izquierdistas ejecutados o desaparecidos tras el golpe militar, se manifestaron en la capital chilena, todas vestidas de negro, informa .]
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