El desamor en China
Insatisfacci¨®n e ignoracia sexual en el pa¨ªs m¨¢s poblado de la Tierra
Un fantasma recorre China: la insatisfacci¨®n sexual. J¨®venes angustiados por sus poluciones nocturnas, divorcios por orgasmos a destiempo o por no saber c¨®mo encarar la cosa, amor¨ªos prematuros e ilegales, aumento de las violaciones y otros factores de inestabilidad social preocupan a las autoridades y encuentran un eco cada vez mayor en los medios de difusi¨®n. Una encuesta realizada en la ciudad de Shanghai revel¨® que "el 45% de los matrimonios j¨®venes no lleva una vida sexual satisfactoria". Ellas suelen quejarse de maridos torpes o brutales; ellos, de la frialdad de sus mujeres.
La beater¨ªa confuciana y la pureza mao¨ªsta (que encandil¨® a tantos extranjeros) son hoy consideradas como las bases sobre las que descansa la idiotez sexual de una cultura alertada por los dramas conyugales, la propagaci¨®n de las enfermedades ven¨¦reas, el auge de la criminalidad sexual y las dificultades para aplicar la pol¨ªtica de control de nacimientos.Otra encuesta, realizada en Pek¨ªn entre 292 estudiantes de 12 a 19 a?os, revelaba igualmente que el 80% de entre ellos no ten¨ªa nada clara la manera como los ni?os vienen al mundo.
Un m¨¦dico, refiere el diario China Daily, debi¨® explicar a una pareja de maestros, preocupada por la ausencia de descendencia tras dos a?os de casados, que "no basta con acostarse lado a lado para asegurar la fecundaci¨®n de las mol¨¦culas procreativas".
Familias amenazadas
Pero en esta China de "un pa¨ªs dos sistemas" (f¨®rmula en boga para permitir la existencia de enclaves capitalistas) las consciencias y los cuerpos han roto tambi¨¦n con el monolitismo que les hac¨ªa perpetuar la raza con la consciencia del deber.Las 50.000 trabajadoras temporales de Shenzhen, la zona econ¨®mica especial a la cabeza de todos los experimentos, no parecen decididas a consagrar la totalidad de sus energ¨ªas a la causa de la modernizaci¨®n del pa¨ªs: ?Qui¨¦n no piensa en el amor? Despu¨¦s de una agobiante jornada, ?qui¨¦n no sue?a con recostarse sobre el pecho de un hombre? Aun si no me propone casamiento, yo lo deseo", declaraba recientemente una de ellas al Diario de las Juventudes (Zhongguo Qirignian Bao).
El clima tropical, la cercan¨ªa de Hong-Kong, la distancia de los guardianes del orden de Pek¨ªn, la soledad: todo se presta para que las familias bien constituidas se sientan amenazadas. Los dirigentes organizan para las chicas bailes y actividades culturales. Pero ello, aparentemente, no les da satisfacci¨®n.
En la zona industrial de Shezhen, 800 obreras, sobre un total de 10.000, quedaron embarazadas ilegalmente en 1987. Un dirigente de la Federaci¨®n de Mujeres se indigna: "No saben dominarse y provocan su ruina ideol¨®gica y moral". Para un cuadro joven, en cambio, "bastar¨ªa con distribuirles anticonceptivos".
Las autoridades centrales parecen dispuestas a enfocar p¨²blicamente toda esta nueva problem¨¢tica; rompiendo con tab¨²es ancestrales han decidido, no sin una aguda resistencia por parte de padres y maestros, impartir clases de sexualidad en los colegios secundarios. Y una nueva revista, Educaci¨®n sexual, acaba de salir en Shanghai, aunque por el momento con tirada restringida, o "para uso interno", como precisa en estos pagos la censura.
La "literatura de reportaje", g¨¦nero local que consiste en un enfoque literario de un hecho real, se permite en cambio figuras ret¨®ricas en el camino de las grandes novelas er¨®ticas. "Todas las teor¨ªas y convicciones de este mundo se desvanecen, y cuando ¨¦l le dijo: 'Pero yo tengo familia', ella le respondi¨®: 'No me importa'. Todo lo que luego sucedi¨® entre ambos no supone ninguna diferencia apreciable con lo que ocurre entre otros hombres y mujeres.
"El d¨ªa entero lo pasaron en el lecho". As¨ª describ¨ªa la revista Literatura Juvenil los avances de una enfermera ante un aterrado fot¨®grafo, dentro del marco de un reportaje general sobre los cambios de mentalidad sobre el aborto. Otro caso presentado pone la conclusi¨®n de la muchacha que debi¨® sufrir la operaci¨®n: "una mujer que nunca abort¨® no es una mujer completa."
Claro est¨¢: no faltan las voces indignadas contra esta excesiva atenci¨®n que se presta a la sexualidad. "Las desavenencias sexuales son causantes directas de tan s¨®lo un 5% de divorcios, escrib¨ªa el Diario del Sistema Legal (Fazhi Bao) del 1 de septiembre, y agregaba: "Adem¨¢s, el amor sexual puede derivarse y sublimarse en amor por los hijos o en la b¨²squeda de perfeccionamiento profesional, etc¨¦tera".
Casamientos tard¨ªos
Un investigador del Instituto de Ciencias de la Vida, de Pek¨ªn, no parece tan optimista: "El 60% de las familias de nuestro pa¨ªs no se funda en el amor, sino en consideraciones extrasentimentales", afirmaba. Entre ¨¦stas, destacan las de ¨ªndole econ¨®mica, de estado o de simple obligaci¨®n social, pues una mujer que a los 30 a?os no se ha casado comienza a volverse sospechosa para la vecindad.Los intelectuales plantean el problema as¨ª: "Actualmente debemos hacer frente a un fuerte influencia de concepciones feudales, y simult¨¢neamente a cierta penetraci¨®n de ideolog¨ªa capitalista decadente".
Y los medios oficiales aceptan esta exposici¨®n de los hechos, capaz de impulsar una "sublimaci¨®n bien informada" que asegure lo esencial de sus orientaciones: casamientos tard¨ªos, prohibici¨®n de relaciones prematrimoniales y combate contra una concepci¨®n feudal de la familia, contraria a su voluntad de imponer un hijo por pareja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.