Lee Kuan Yew, el hombre-isla
El l¨ªder de Singapur inicia su octavo mandato
Lee Kuan Yew, l¨ªder de Singapur, que acaba de ganar su octavo mandato en las urnas el pasado d¨ªa 3, parece hecho de esa sustancia hist¨®rico-mundial hegeliana inasequible a los desalientos de la peque?a historia. Con 29 a?os en el poder (plusmarquista mundial de permanencia electoral), el PM (primer ministro), como le llaman sus conciudadanos, ha llevado a su peque?a ciudad-estado-isla de 32 por 16 kil¨®metros y 2,6 millones de habitantes desde la condici¨®n de colonia brit¨¢nica al m¨¢ximo nivel de los pa¨ªses neoindustrializados del Pac¨ªfico occidental.
Pocos pa¨ªses alcanzan el privilegio de reflejar en su fisonom¨ªa total -desde el paisaje urbano y el trazado de sus costas, ganadas al mar, hasta su estructura socioecon¨®mica y su fibra familiar, moral y psicol¨®gica- los sue?os, los planes mentales de un solo hombre. Lee Kuan Yew, soberbio, figura de buitre con chepa, rostro felino y ojos fr¨ªos, posee el temple cortante de quien se cree instrumento de la necesidad. Es el hombre-Estado, el hombre-historia, el hombre-isla.N¨²mero uno por Cambridge, es capaz de hablar durante horas sin gui¨®n y ante una audiencia televisiva, comenzando en malayo, continuando en mandar¨ªn y terminando en ingl¨¦s.
En un debate parlamentario, el ¨²nico diputado de la oposici¨®n que se atrevi¨® a un enfrentamiento directo acab¨® pregunt¨¢ndole, exasperado: "?Por qu¨¦ me odia usted, PM?". Lee s¨®lo susurr¨® ominosamente: "?Odio? No, m¨¢s bien desprecio. Para el odio hace falta cierta vesania, que usted no merece". Al poco tiempo, el opositor que os¨® oponerse era expulsado del Parlamento y daba con sus huesos en la c¨¢rcel.
Marxismo y libre comercio
Gorbachov le pedir¨ªa la receta de este r¨¦gimen suyo, de c¨®mo gobernar con partido ¨²nico -a todos los efectos-, de ethos maxista-leninista, conservando la parafernalia de una democracia parlamentaria y con una econom¨ªa de mercado abierta de par en par al comercio.El alcalde de Nueva York no dar¨ªa credito a la visi¨®n de este Manhattan en la punta extrema sur de Asia, sin crimen, con su ordenamiento urbano de maqueta, tan limpio que todo ¨¦l es un anuncio de limpiasuelos y cuesta un sufrimiento de dentera (y 3.000 pesetas de multa) tirar un papel a la calle.
Hitler habr¨ªa aprendido algo de su m¨¦todo sutil y persuasivo de mejorar la raza con proyectos de ingenier¨ªa gen¨¦tico-social. Lee est¨¢ convencido de que la reserva gen¨¦tica de su isla mejorar¨ªa si los cerebros mejor dotados unieran sus genes m¨¢s a menudo. Para ello ha creado la Unidad de Desarrollo Social, una agencia matrimonial para elites con servicio de citas por ordenador, que organiza fiestas y cruceros para que se conozcan esos t¨ªmidos j¨®venes con gafitas, garantizando exenciones fiscales a los futuros matrimonios perfectos.
Esta rep¨²blica, en fin, har¨ªa las delicias del mism¨ªsimo Plat¨®n por su tama?o de polis ideal, su vida social reglamentada y puritana, la censura oficial del sexo y las actitudes hedonistas de la juventud occidental, la ausencia de corrupci¨®n, vicios, sitios para fumar y poetas. Por ser, seg¨²n la revista The Economist, "uno de los sitios m¨¢s aburridos del mundo". Y por el autoritarismo ilustrado de su l¨ªder. "Nosotros decidimos lo que est¨¢ bien", dijo en un mitin del D¨ªa Nacional. "?Qu¨¦ importa lo que piense la gente, Lo digo sin remordimiento: no estar¨ªamos aqu¨ª, no habr¨ªamos progresado tanto, si no nos hubi¨¦ramos inmiscuido en cuestiones muy personales".
El ideal es Confucio
El ideal de Lee, sin embargo, es Confucio, un sistema meritocr¨¢tico y competitivo que comienza a los nueve a?os, en la educaci¨®n del ni?o, herencia de los antiguos ex¨¢menes del mandarinato chino. Un diploma universitario en Singapur es casi un t¨ªtulo de nobleza. "Los valores confucianos del individuo bueno y cultivado, el fervor por la familia, la confianza de los amigos y la lealtad al Estado. Estos valores han superado la prueba de miles de a?os de historia china, japonesa, coreana y vietnamita. No deben ser abandonados a la ligera".Hace alg¨²n tiempo, el PM prometi¨® que se retirar¨ªa cuando cumpliera 65 a?os. Los cumpli¨® el viernes pasado. Pero ahora ha matizado que se retirar¨¢ a un sitio donde pueda vigilar, como una presidencia elegida por el pueblo y con poderes especiales de veto. "Yo ser¨ªa el portero, el seguro de ¨²ltima instancia ( ... ) incluso desde mi cama de muerte, incluso si ya me est¨¢is enterrando, si siento que las cosas van mal, me levantar¨¦".
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