Una figura hist¨®rica situada entre 'dios' y el 'diablo'

La mayor¨ªa de japoneses, seg¨²n edades, parecen moverse entre un respeto casi religioso por el tenno (pr¨ªncipe celestial) o la mayor o menor indiferencia, entre las generaciones m¨¢s j¨®venes. Sin embargo, entre los grupos radicales, de la extrema izquierda a la extrema derecha, las opiniones parecen variar entre quienes siguen consider¨¢ndole como un dios o los que le califican como un diablo."El emperador Hirohito y el sistema imperial son nuestros principales enemigos a derrocar, porque es un criminal de guerra de la clase A, manifest¨® Junichi Shirasaki", presidente de la Federaci¨®n Nacional de Estudiantes para la Asociaci¨®n de un Autogobierno, en unas declaraciones que fueron publicadas en el diario The Japan Times.

En contraste a esta visi¨®n de la extrema izquierda, los grupos activistas de extrema derecha se mantienen en un herm¨¦tico silencio, probablemente en se?al de respeto por la situaci¨®n actual en que se halla Hirohito.

Sin embargo, cabe recordar que en los diferentes comunicados difundidos en el pasado por un grupo terrorista autodenominado Sekiotai se alega siempre la necesidad de restaurar "el poder imperial" y la necesidad de que los diarios japoneses "vuelvan" a su l¨ªnea editorial ultranacionalista de la ¨¦poca del "imperio del sol naciente".

Ese per¨ªodo hist¨®rico estuvo caracterizado por las ocupaciones militares japoneses desde China a Birmania, pasando por Filipinas y la mayor¨ªa de islas situadas en el Pac¨ªfico.

El grupo Sekiotai cometi¨® varios atentados contra el diario liberal Asahi Shimbun, al que acusa de "antijapon¨¦s"; en uno de ellos caus¨® la muerte de un periodista, en 1987.

Para los analistas pol¨ªticos, la desaparici¨®n de Hirohito, la ¨²ltima gran figura hist¨®rica de la ¨¦poca de la II Guerra Mundial, contribuir¨¢ a reducir el protagonismo del s¨ªmbolo imperial, tanto en las filas de la extrema derecha como de la extrema izquierda nipona.