La librer¨ªa del futuro ser¨¢ un sal¨®n luminoso

La librer¨ªa del futuro ser¨¢ un lugar abierto y luminoso en el que el visitante ser¨¢ m¨¢s en hu¨¦sped que un diente: podr¨¢ sentarse para hojear los libros, y ¨¦stos estar¨¢n al alcance del menor esfuerzo. Nadie preguntar¨¢: "?Qu¨¦ desea, por favor?", algo que ya se considera una impertinencia en las librer¨ªas modernas. El paseante podr¨¢ matar all¨ª las horas sin acosos, e incluso, se podr¨¢ llevar libros prestados; ¨¦sa es una forma de fomentar la lectura. El librero ha sido este a?o protagonista de Liber por primera vez en las seis ediciones del certamen, y varios hechos parecen indicar que pasa al primer plano de la edici¨®n. Los libreros concedieron su Premio Libro de Oro a Julio Llamazares.

En Espa?a se venden libros en unos 25.000 puntos de venta, de los que unos 3.200 son librer¨ªas; de ellas 120 son s¨®lo eso, es decir que adem¨¢s no venden l¨¢pices o discos. En Francia, por ejemplo, las librer¨ªas puras, de s¨®lo libros, no pasan de unas 200 seg¨²n dice Alberto Rodr¨ªguez de Rivera, secretario general de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), y eso a pesar de que la pureza en el oficio es uno de los sue?os del profesional, asegura.De acuerdo con impresiones recogidas en el sector, el librero comienza a cobrar en Espa?a mayor protagonismo que nunca, toda vez que antes el mercado encontraba su salida natural en Latinoam¨¦rica y no se preocupaba demasiado del mercado interior. La importante crisis econ¨®mica de aquellos pa¨ªses obliga ahora a mimar al librero.

Actualizarse o morir

Es evidente, seg¨²n se desprende de las varias mesas redondas en torno a los libreros organizadas en Liber, y por conversaciones con profesionales, que la librer¨ªa, al igual que los dem¨¢s elementos de la edici¨®n, ha comenzado una carrera para actualizarse. Se juega en ello la vida, aunque puede ser una vida placentera: son muchos los profesionales del libro que no creen en la muerte de la palabra, desplazada por la imagen, y que conf¨ªan en el largo ocio que comienza a ser normal y que propiciar¨¢ la lectura.

Siempre de acuerdo con prospecciones de profesionales, la librer¨ªa del futuro estar¨¢ muy especializada, no tanto por materias como por actividades de su eventual clientela. Estar¨¢ bien decorada, dispondr¨¢ de una gama amplia de sistemas de pago -ahora se introduce en Espa?a el cheque-regalo, mediante el cual la persona obsequiada puede elegir el libro que desea-, y propondr¨¢ una muy amplia informaci¨®n al cliente. Para ello necesitar¨¢ una considerable informaci¨®n y una mayor colaboraci¨®n con los editores.

El librero estar¨¢ m¨¢s formado profesionalmente. En la actualidad, en algunos pa¨ªses se le exige cierta formaci¨®n espec¨ªfica. En el caso de Holanda se le piden estudios concretos de cuatro a?os, los mismos que para editor. Ya existieron en Espa?a unos estudios para librero en los que se form¨® una generaci¨®n de libreros espa?oles que ahora ronda los 40 a?os. La inform¨¢tica tendr¨¢ un papel fundamental. Ser¨¢ la forma en que el librero pueda controlar sus stocks y agilizar la reposici¨®n de libros. Tambi¨¦n ser¨¢ de suma importancia, como ahora, una buena distribuci¨®n, que habr¨¢ de agilizarse a su vez.