El d¨®lar, idioma oficial
ENVIADO ESPECIAL "One hundred thousand dollars, two hundred thousand dollars, three hundred thousand dollars", ¨¦sa es la m¨²sica que suena en los pasillos, en los salones privados y en el centro de prensa de esta ciudad-mercado, presidida por una bandera a media asta en memoria de Franz J. Strauss. La ausencia de acontecimientos editoriales verdaderamente sonados ha elevado este lenguaje a la categor¨ªa de idioma oficial.Este a?o, adem¨¢s, el dinero est¨¢ produciendo la clase de respeto que s¨®lo pueden permitirse los dictadores. Es algo m¨¢s que fascinaci¨®n. La gente ya sabe que con dinero se cambia el mundo, pero lo siente de una manera especial cuando cabe la certeza de que ese cambio podr¨ªa suceder ma?ana.
Hay editores que arrinconan a los periodistas para preguntarles si ya ha pasado algo y periodistas que arrinconan a sus confidentes para asegurarse del buen estado de las comunicaciones. Se vive aqu¨ª un ambiente de v¨ªsperas. Cada uno con la suya, naturalmente, pero el aire que se respira es com¨²n. En ese cuadro puede incluirse a los espa?oles, sobre los que estos d¨ªas se proyecta el fantasma de una invasi¨®n extranjera. Se sabe poco, con seguridad, de ese inter¨¦s que despierta el sector espa?ol en los inversores for¨¢neos. Para poder pedir algo sostenible es preciso acudir a la solvencia de algunas fuentes contrastadas. Tras la compra de Orbis por la italiana Fabri, todas las miradas se han dirigido a la opci¨®n de compra que ha reca¨ªdo sobre Alianza Editorial, y por la que al parecer pujan un grupo espa?ol con el respaldo de un banco, una editorial inglesa y el segundo grupo editorial en importancia de Francia. Tambi¨¦n se confirma la posibilidad de que Grijalbo pueda recibir ofertas de forma inmediata, aunque en este caso las especulaciones no recaen sobre ninguna firma en concreto.
Fuentes que suelen moverse en medios editoriales internacionales s¨ª apuntan la tendencia de algunos grupos a estudiar la posibilidad de asentarse en territorio espa?ol. As¨ª parece respecto del grupo ingl¨¦s Pergamon, del magnate de la comunicaci¨®n Robert Maxwell. O del financiero franc¨¦s Jacques Hachuel, accionista del semanario El Independiente, cuyo inter¨¦s por las artes pl¨¢sticas y por el mundo de la cultura en general es bien conocido en el pa¨ªs vecino. Es seguro, sin embargo, que la francesa Hatier ha comprado recientemente una peque?a editorial de libros de texto cuyo nombre no ha sido posible confirmar. Como seguro es el establecimiento de la italiana Bompiani, relacionada con Fabri, tras el intento fallido de aparecer en el mercado espa?ol en solitario con la reciente novela de Umberto Eco. Como es sabido, esta novela la coeditar¨¢ con Lumen.
Hay aspectos menos llamativos de este movimiento y que hacen referencia a la introducci¨®n silenciosa de algunas firmas en empresas secundarias, o en zonas de mercado m¨¢s restringidas. As¨ª se afirma del poderoso grupo holand¨¦s VNU, que ya tiene una importante participaci¨®n en revistas t¨¦cnicas generalmente relacionadas con las nuevas tecnolog¨ªas. O del no menos poderoso Waltore-Kluwor, tambi¨¦n holand¨¦s, y recientemente fusionado, que ya posee, entre otras tres, la editorial Praxis.
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