?scar Arias: "Conf¨ªo en alcanzar la paz en Centroam¨¦rica"
El presidente costarricense vendr¨¢ a Espa?a para recoger el Premio Pr¨ªncipe de Asturias
El presidente de Costa Rica, ?scar Arias, se define en una entrevista con el periodista Tito Drago como "uno de los muchos centroamericanos que conservan su fe en que logremos cumplir con el acuerdo de Guatemala y alcanzar la paz para la regi¨®n". Arias vendr¨¢ a Espa?a la semana que viene a recoger el VIII Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Cooperaci¨®n. La entrevista con el dirigente costarricense, de la que publicamos un extracto, se incluye en el libro Centroam¨¦rica, una paz posible, que ser¨¢ publicado la semana pr¨®xima por El Pa¨ªs-Aguilar bajo los auspicios de la Universidad de la Paz de la ONU.
Pregunta. Esquipulas 2 est¨¢ en marcha; supongamos que, con mayor o menor grado de probabilidad, y en un tiempo m¨¢s o menos corto, se den por cumplidos sus objetivos. ?Qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s?Respuesta. Yo soy uno de los muchos centroamericanos que conservan su fe y esperanza en que logremos cumplir con el acuerdo de Guatemala y alcanzar una paz para la regi¨®n. Le digo esto porque estamos en un momento crucial, que requiere mucha flexibilidad, tolerancia, capacidad para transigir, ya que de otra manera no ser¨¢ posible que los acuerdos de Esquipulas 2 se cumplan. Sin embargo, la misma confianza, fe y optimismo que tuve antes de la reuni¨®n del 7 de agosto en Guatemala la tengo hoy, porque estoy convencido de que ninguno de los mandatarios centroamericanos va a querer ser juzgado por la historia como un responsable de no haber hecho todo aquello que fuera necesario para pacificar la regi¨®n, y por que, conscientes de lo que firmamos en Guatemala y de la responsabilidad que asumimos, hoy no podemos dejar de poner en pr¨¢ctica aquel acuerdo.
Sin embargo, la tarea no es f¨¢cil, porque Esquipulas est¨¢ muy lleno de escollos ( ... ). La verdad es que si Centroam¨¦rica no se ha democratizado en cientos de a?os no vamos a esperar que ello suceda en cuesti¨®n de unas pocas semanas o meses. Es evidente que esto no va a ser asi.
Convivencia y libertad
P. Si pens¨¢ramos a medio o largo plazo y si su mayor tarea actual, el proceso de paz en Centroam¨¦rica, llegase a buen puerto, o si al menos se lograse que no se sigan disparando las armas, ?cu¨¢l ser¨ªa entonces su principal objetivo?
R. La lucha por la paz en Centroam¨¦rica tiene varios prop¨®sitos. Digamos que uno, importante, es ser consecuentes con los principios de paz, convivencia, libertad, democracia y solidaridad.
Creo que la ¨²nica manera de solucionar conflictos, diferencias, problemas, es mediante la negociaci¨®n, convenciendo antes que venciendo, y, por tanto, nuestra convicci¨®n de que la guerra no debe ser nunca el medio por el cual se solucionen esos conflictos.
Y, por otro lado, mi convicci¨®n de que el desarrollo de Centroam¨¦rica, en lo econ¨®mico, en lo social y en lo pol¨ªtico, es inseparable de la paz. Como usted sabe, hemos bajado de un comercio de 1.100 millones de d¨®lares a 440 millones en los ¨²ltimos a?os. Despu¨¦s de la crisis que afect¨® a Centroam¨¦rica a finales de los setenta y principios de los ochenta, esta crisis no ha podido ser superada, y ni siquiera en Costa Rica, donde hemos tenido tasas m¨¢s o menos elevadas de crecimiento. El a?o pasado fue del 4,2%; este a?o esperamos crecer a una tasa del 4%. Todav¨ªa no hemos recuperado el nivel de vida que ten¨ªamos en 1979, cuando el pa¨ªs se empobreci¨® dr¨¢sticamente.
Y si volvemos los ojos al resto de Centroam¨¦rica vemos que la situaci¨®n es macabra para la mayor¨ªa de los pa¨ªses hermanos. Una naci¨®n como Nicaragua debe de tener hoy el nivel de vida de los a?os cuarenta.
P. ?Por causa de la guerra?
R. Fundamentalmente por causa de la guerra. Pero yo agrego porque el modelo econ¨®mico, social y pol¨ªtico que se ha implantado ah¨ª no es el mejor para mejorar las condiciones de vida del pueblo nicarag¨¹ense.
El caso de El Salvador es el de un pa¨ªs que d¨ªa a d¨ªa se empobrece, por la inestabilidad que le produce una guerra que impide nuevas inversiones y que impide evitar la fuga de capitales. Y esto tambi¨¦n se aplica a otros pa¨ªses.
En el caso costarricense la situaci¨®n es distinta, porque hemos sido capaces de mantenernos alejados de los conflictos b¨¦licos y porque hemos hecho un esfuerzo muy grande para que nuestro territorio no sea utilizado en contra de Gobiernos hermanos en la regi¨®n y pongamos de esta manera en peligro nuestra estabilidad pol¨ªtica y social.
Guerra y desarrollo
P. Usted vincula la democracia, la guerra y la inestabilidad con la situaci¨®n econ¨®mica y social...
R. En la ra¨ªz de los problemas centroamericanos encontramos largas dictaduras y grav¨ªsimas injusticias sociales. D¨¦cadas de hambre y sufrimiento desgarrador fueron y son testigos de la forma de vida miserable que soportan millones de hombres y mujeres en nuestra regi¨®n. Estoy convencido de que con el retorno de la democracia a toda Centroam¨¦rica se podr¨¢ favorecer un desarrollo compartido y que el principal esfuerzo debemos hacerlo nosotros mismos. Parte importante de ese esfuerzo ser¨¢ lograr la paz, pues sin paz no habr¨¢ desarrollo. Pero tambi¨¦n es necesario un mejor trato internacional, acceso a nuevos mercados, condiciones favorables para pagar nuestras deudas y mayor estabilidad de los precios de nuestras exportaciones.
Y claro que ah¨ª no encontramos demasiada solidaridad del exterior. Es una paradoja constatar c¨®mo el mundo occidental ha tratado al dictador y c¨®mo al dem¨®crata. Le prestaron al dictador y hoy le cobran al dem¨®crata.
P. ?Usted tuvo el temor de que la guerra en El Salvador y Nicaragua se extendiera a Costa Rica? ?Por eso propuso su plan de paz?
R. Aparte del inter¨¦s de intentar resolver los conflictos negociando est¨¢ el de desarrollar a Costa Rica, que se ve condicionado por la paz en el resto del ¨¢rea.
Por ello yo present¨¦ la propuesta de paz no para obtener el Premio Nobel, sino para cumplir con la promesa que hice a mi pueblo de construir 80.000 viviendas, generar 25.000 empleos por a?o y mejorar las condiciones de vida.
Me pregunta usted si esa guerra puede tocar nuestras fronteras. Yo dir¨ªa que s¨ª, que si se extiende f¨¢cilmente, Costa Rica puede convertirse en un L¨ªbano, al que van a venir los amigos de uno u otro bando.
P. Si fracasase el plan de paz, ?se podr¨ªa circunscribir la guerra a la regi¨®n centroamericana?
R. Creo que se puede circunscribir, pero tampoco se puede prever que no se pueda expandir mucho m¨¢s. Pero ya ser¨ªa suficientemente grave si se expandiera a Centroam¨¦rica. Hoy tenemos momentos dif¨ªciles que se viven en Panam¨¢, una guerra civil que ha desangrado Nicaragua, en El Salvador una guerrilla que ha impedido durante los ¨²ltimos ocho a?os que este pa¨ªs pueda tener la tranquilidad necesaria para un mayor desarrollo econ¨®mico y social, y en la misma Guatemala un movimiento guerrillero que data de 27 a?os atr¨¢s. Ante esa perspectiva es una obligaci¨®n la que tenemos los cinco presidentes para cumplir con el acuerdo de Guatemala y devolverle la paz a 27 millones de seres humanos que la merecen.
P. Usted habla de guerra civil en Nicaragua y de guerrilla en El Salvador.
R. Hablemos de guerras civiles en los dos casos.
Europa
P. ?Qu¨¦ se debe esperar de Europa en funci¨®n del plan de paz? ?Dentro del plan, por ejemplo, en comisiones de verificaci¨®n, y fuera, como cooperaci¨®n?
R. No podemos seguir dependiendo s¨®lo de la integraci¨®n econ¨®mica centroamericana, y tenemos que volver los ojos a ciertos mercados, lo que nos obliga a ser m¨¢s eficientes y competitivos. Les he dicho a los europeos que tienen necesariamente que volver los ojos m¨¢s hacia Centroam¨¦rica, y claro que no podemos ser nosotros tan pretenciosos como para pedir que las ayudas que se dieron a las ex colonias europeas a trav¨¦s del Tratado de Lom¨¦ se nos puedan dar a nosotros. So?amos durante alg¨²n tiempo que con la incorporaci¨®n de Espa?a a la Comunidad Europea ¨ªbamos a tener una voz muy importante para defender a la Am¨¦rica Latina.
Esa voz la hemos tenido en el Gobierno espa?ol. Felipe Gonz¨¢lez nos dio mucho apoyo, pero hay mucha inflexibilidad en la asignaci¨®n que otorga Europa a Asia y a ?frica como para que en poco tiempo se puedan destinar m¨¢s recursos a la Am¨¦rica Latina.
El premio que nos debe dar el mundo del Norte, no importa su signo ideol¨®gico, debe ser una mayor ayuda econ¨®mica y una apertura de sus mercados para nuestros productos.
P. Las iniciativas econ¨®micas de Reagan excluyen a un pa¨ªs de Centroam¨¦rica...
R. Ahora s¨ª, porque existe una especie de bloqueo econ¨®mico a Nicaragua, pero todo eso se acabar¨¢ el d¨ªa que Nicaragua se torne un r¨¦gimen democr¨¢tico..
P. ?Se est¨¢ tornando un r¨¦gimen democr¨¢tico?
R. Muy lentamente.
P. Lenta pero ?realmente? ?Es real, es una fachada, es un disfraz?
R. No puedo responderle ni con un s¨ª ni con un no, porque no me atrevo a juzgar la buena fe del presidente Ortega en este sentido. Lo que le puedo decir es que ¨¦l firm¨® el acuerdo de Guatemala y en ¨¦l adquirimos los cinco el compromiso de democratizar nuestros pa¨ªses, y est¨¢ muy claro en el texto que entendemos que la democratizaci¨®n pasa por, elecciones aut¨¦nticamente libres. Por ello no me atrevo a juzgar cu¨¢les son los motivos del presidente Ortega para adquirir ese compromiso y si lo que est¨¢ haciendo ahora le nace de su conciencia o si est¨¢ obligado por las circunstancias. Se est¨¢ avanzando hacia cierto pluralismo en Nicaragua. Lo que yo mido son los hechos, y algo en este campo se ha realizado en ese pa¨ªs, no lo suficiente, pero yo seguir¨¦ insistiendo en que tenemos que avanzar y hacerlo m¨¢s aceleradamente.
P. Se discute la presencia militar de terceros pa¨ªses: Estados Unidos, sus bases en el canal de Panam¨¢ y su apoyo a la contra, la ayuda sovi¨¦tica o cubana a Nicaragua... En un proceso de paz, un paso m¨¢s all¨¢ de Esquipulas, ?c¨®mo encarar¨ªa la desmilitarizaci¨®n total de la regi¨®n?
R. Esto est¨¢ incluido en los acuerdos de Esquipulas.
P. ?Cree posible la unidad latinoamericana? En Acapulco, el presidente Alan Garc¨ªa se dirigi¨® a los dem¨¢s como "queridos compatriotas". Si se habla de una sola patria, ?cu¨¢les ser¨ªan los tiempos hist¨®ricos en que usted la medir¨ªa, a?os, d¨¦cadas, siglos, y qu¨¦ pasar¨ªa con los reg¨ªmenes dictatoriales que todav¨ªa subsisten?
R. Pienso que so?ar es un deber, es una obligaci¨®n, no es un pecado. Despu¨¦s de Esquipulas no es una utop¨ªa so?ar en la paz para Centroam¨¦rica, como tampoco debe serlo so?ar que Am¨¦rica Latina pueda vencer a corto plazo su subdesarrollo. Pero dicho esto tambi¨¦n quiero ser realista y por eso digo que llevar a cabo el sue?o de Bol¨ªvar no es cosa f¨¢cil.
Y quiz¨¢ yo no sea la persona m¨¢s adecuada para hablar de eso, porque los costarricenses somos muy individualistas, y en esto pienso que nos diferenciamos de muchos otros hermanos de la Am¨¦rica Latina. No nos enga?emos, hay mucho nacionalismo en nuestras naciones, y ser¨¢ muy dificil vencerlo para formar una patria m¨¢s grande, pero creo que es mucho lo que podemos avanzar hacia una mayor integraci¨®n latinoamericana.
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