George A. Romero da la sorpresa con un angustioso filme protagonizado por un simio
El certamen de Sitges, que inici¨® sus proyecciones el viernes con el estreno de Fright night II, tiene ya su primera candidata al premio, su primera provocaci¨®n incluida entre las pel¨ªculas a concurso, su primer gran ¨¦xito popular y su primera sorpresa ... La favorita es la producci¨®n noruego-finlandesa Ofelas (en ingl¨¦s, Pathfinder), este a?o nominada al Oscar a la mejor pel¨ªcula no hablada en ingl¨¦s. La provocadora es Os canibais, una ¨®pera de Manoel de Oliveira que arranca como el relato de unos amores sublimes e imposibles y acaba en una tragedia bufa y esperp¨¦ntica. La popularidad queda para Short circuit 2, la secuela de Cortocircuito de John Badham, mientras que la sorpresa nos la ha tra¨ªdo George A. Romero con Monkey shines, un filme de clima angustioso en el que un simio se convierte en el instrumento de un hombre paral¨ªtico.
Ofelas, cuya proyecci¨®n fue acogida con una larga ovaci¨®n es la primera pel¨ªcula de la historia hablada en lap¨®n, una cultura que su director, Nils Gaup dice querer salvar. Para lograrlo se ha basado en unas leyendas cuyo origen data del siglo XII y que son la cl¨¢sica historia inici¨¢tica en la que un muchacho supera una serie de pruebas que le convierten en adulto.El ¨¦xito de Ophelas descansa en su exotismo. No es habitual ver una pel¨ªcula ¨ªntegramente rodada en la nieve, cuyos protagonistas mantienen costumbres y practican ritos que nos son desconocidos. No importa que est¨¦ filmada como un interminable spot televisivo, ni que el director sea incapaz de describir y mostrar de manera correcta el espacio por el que se mueven los personajes.Ophelas, realizado por un director que confunde el dominio del lenguaje con el empleo del teleobjetivo es una pel¨ªcula que convierte la nieve virgen del proyecto en una realidad consistente en chapotear en el t¨®pico, con sus malvados copiados de La guerra de las galaxias, su m¨²sica de cuerda para los momentos rom¨¢nticos y su idealizaci¨®n de la vida tribal de los lapones.
Os canibais tambi¨¦n fue aplaudida al finalizar la proyecci¨®n aunque antes motiv¨® la huida de una parte de los espectadores, poco dispuestos a tolerar la idea de la fusi¨®n del g¨¦nero fant¨¢stico con la ¨®pera. Oliveira, respetuoso con el texto y la m¨²sica, ir¨®nico con sus criaturas y rendido admirador del teatro, filma con gran elegancia la delirante progresi¨®n de la trama. Su pel¨ªcula ser¨¢, probablemente, la m¨¢s innovadora y joven del Festival.
De Short circuit 2, de Kenneth Johnson, lo m¨¢s destacabble es la reconversi¨®n del robot conocido como n¨²mero cinco en un cruce entre E.T. y Superman, una criatura que tiene unas bater¨ªas tan grandes y tiernas como el coraz¨®n de la mam¨¢ de Dumbo. La pel¨ªcula funciona como comedia infantil y contiene algunos buenos gags.
Monkey shines es una agradable sorpresa porque nos evita las desagradables efusiones de sangre y nos propone una historia en la que un simio se convierte en la conciencia actuante de un humano que est¨¢ paralizado en una silla de ruedas. La relaci¨®n entre hombre y simio est¨¢ bien contada, el filme posee un clima angustioso y su director lo ha solventado todo a base de recursos cinematogr¨¢ficos, sin recurrir a sus tradicionales efectos especiales.
Por otro lado, Peter Bogdanovich, el director de The last picture show, Todos rieron o ?Qu¨¦ me pasa doctor?, que se encuentra en Sitges anunci¨® que trata de llevar a la pantalla la novela de Robert Graves El vellocino de oro. Bogdanovich se plantea rodar en Europa y, posiblemente, en Espa?a.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.