Bajo el toldo
ENVIADO ESPECIALBajo el reci¨¦n estrenado toldo de la plaza de toros de Zaragoza se torea de pel¨ªcula, o as¨ª debiera ser. El blanco cubrimiento parcial le da al coso todo un aspecto enigm¨¢tico, difuminada la luz, agradable ambientaci¨®n y un cromatismo afin a cualquier serie inglesa de esas que emiten por televisi¨®n.
El cartel con los nombres de Pepe Luis Mart¨ªn y Enrique Ponce albergaba de por s¨ª la ilusi¨®n de la afici¨®n ma?a; Antonio Caba completando tema era la inc¨®gnita. El otro arcano, los novillos de Garcibravo, bien presentados, bland¨ªsimos cuando no inv¨¢lidos, caso evidente del tercero, se dejaron, ennoblecieron las embestidas y ofrecieron triunfos resonantes carentes de destinatario.
Garcibravo / Pepe Luis Mart¨ªn, Enrique Ponce, Antonio Caba
Seis novillos de Garcibravo bien presentados, bland¨ªsimos y descastados. Pepe Luis Mart¨ªn: vuelta y silencio. Enrique Ponce: palmas, saludos tercio y ovaci¨®n, saludos tercio. Antonio Caba: una oreja y palmas con saludos desde los medios. Tercer festejo de feria. Plaza de toros de Zaragoza, 11 de octubre
Un bland¨ªsimo bomb¨®n que embest¨ªa con la cara arriba abri¨® plaza para Pepe Luis Mart¨ªn. Y ante ¨¦l se vio la mejor faena de la tarde: faena de enfermero, tirando a m¨¦dico por la exactitud del temple que imprimi¨® el diestro.
Enrique Ponce, que pedir¨¢ a los reyes magos una espada nueva, no se acopl¨® -y en ¨¦l debe ser raro porque sobrado de inteligencia anda- ante su primero: torito el¨¦ctrico por el pit¨®n derecho e interesante por el izquierdo. Con el c¨®modo quinto, que brind¨® a su cuadrilla, estuvo acelerado y desacompasado.
La mediocridad aburrida de la tarde fue Antonio Caba, diestro sin personalidad e imitador de suced¨¢neos del toreo.
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