Solidaridad masiva con Chile en un concierto de Amnist¨ªa

MANUEL D?LANO, ENVIADO ESPECIAL, Alrededor de 30.000 personas, la mitad de ellas chilenas, asistieron el viernes al pen¨²ltimo recital de la gira mundial Derechos humanos, ya, organizada por Amnist¨ªa Internacional. Durante 10 horas, el concierto fue un acto masivo de solidaridad con la lucha de los chilenos por la democracia. El p¨²blico, en el estadio Malvinas Argentinas, grit¨® consignas contra el general Augusto Pinochet y vibr¨® con una muestra musical que incluy¨® desde el folclore latinoamericano hasta tres figuras populares de la canci¨®n mundial, Peter Gabriel, Sting y Bruce Springsteen.

Unos 15.000 chilenos atravesaron la cordillera de los Andes en autos y autobuses por el paso Libertadores, a 3.500 metros de altura, en las faldas del techo de Am¨¦rica, el monte Aconcagua. Esperaron hasta nueve horas en la frontera y algunos tardaron 14 horas en cubrir los 400 kil¨®metros que separan Santiago de Mendoza, por la evidente lentitud -y seg¨²n muchos intencionada- de los carabineros encargados del paso fronterizo. Con banderas chilenas de los partidos de la oposici¨®n y pancartas con el no a Pinochet, la multitud, en su mayor¨ªa j¨®venes, lleg¨® dispuesta a una catarsis de rock y pol¨ªtica.En el momento m¨¢s emotivo de su participaci¨®n, el ingl¨¦s Gordon Matthew Summers, m¨¢s conocido como Sting, que ya hab¨ªa logrado que la multitud bailara desinhibida sus temas, dirigi¨® un mensaje a los asistentes: "Hace 15 a?os Chile perdi¨® la democracia. Desde esa fecha s¨®lo hemos sabido de arrestos brutales, desaparecidos, degollados, quemados vivos. Despu¨¦s del plebiscito nada ha cambiado".

"He visto Chile en fotograf¨ªas de desaparecidos, rostros hermosos, j¨®venes hermosos y ni?os hermosos. Yo me pregunto ?por qu¨¦ la Junta Militar pens¨® que el pueblo podr¨ªa crecer sin ese talento?", a?adi¨® Sting.

Madres de Mayo

Cuando Sting termin¨® de hablar, una ovaci¨®n se confundi¨® con el grito "Chi-chi-chi-le-le-le, que se vaya Pinochet; el mensaje del cantante ingl¨¦s fue la introducci¨®n a su tema Ellas bailan solas, dedicado a las madres de los desaparecidos. Mientras cantaba, seguido por la multitud, Sting estaba acompa?ado, a su izquierda, por seis de las Madres de Mayo argentinas, con pa?uelos blancos en sus cabezas, y una decena de familiares y v¨ªctimas chilenas de violaciones a los derechos humanos, con fotos de sus parientes.

Entre las Madres de Mayo estaba en el escenario -que dec¨ªa "The Universal Declaration of Human Rights, 1948-1988"Carmen Form¨¦s d'Amico, una mendocina hija de espa?oles, cuya hija, Mar¨ªa Cristina, estudiante de Medicina, fue detenida y desaparecida en 1978. Entre las chilenas estaban, junto a Sting, Carmen Gloria Quintana, quemada por una patrulla militar, y Ver¨®nica Denegri, madre de Rodrigo Rojas, quien muri¨® a consecuencia de las quemaduras en la misma acci¨®n.

"Ojal¨¢ los que gustan del rock nos escuchen a nosotros. Queremos que no haya olvido para que esta represi¨®n no se pueda repetir. Queremos que todos los genocidas sean juzgados", dijo Carmen Form¨¦s a EL PA?S.

Sting, acompa?ado por el cantante brit¨¢nico Peter Gabriel, bail¨® y bes¨® a cada uno de los familiares de v¨ªctimas de violaciones a los derechos humanos que estaban all¨ª.

Fue el testimonio contra la represi¨®n de los Gobiernos militares suramericanos. En la madrugada del s¨¢bado, poco antes que terminara el recital, el cantante norteamericano Bruce Springsteen afirm¨® en un tambaleante castellano que "la lucha con coraje de los chilenos y argentinos por la democracia es un ejemplo para el mundo".

"Nadie sabe tanto como los suramericanos cu¨¢n fr¨¢giles son estos derechos. Luchamos por crear un mundo sin Somoza ni Pinochet ni l¨ªderes que gobiernen con la sangre de sus pueblos en las manos. Juntemos nuestras voces para que el canto de libertad se sienta fuerte en Am¨¦rica y en todo el mundo", concluy¨® Springsteen.

La multitud sigui¨® su indicaci¨®n. Cant¨®, bail¨®, se solidariz¨® con la lucha de los surafricanos en Soweto y agit¨® decenas de banderas chilenas. Previamente, Peter Gabriel hab¨ªa dedicado un tema a los chilenos que rechazaron a Pinochet en el refer¨¦ndum: "?No te rindas!", dijo. Junto con el grupo folcl¨®rico chileno Inti Illimani.

, que cant¨® pu?o en alto, Gabriel interpret¨® su tema Steve Biko, dedic¨¢ndolo a este dirigente surafricano asesinado, al preso Nelson Mandela y "al doliente Chile".

En el estadio coexistieron pac¨ªficamente las manifestaciones contra la represi¨®n con las expresiones puramente rockeras. Cerca de una pancarta que dec¨ªa en ingl¨¦s "Bienvenido, Peter [Gabriell, rey de reyes", otras de Amnist¨ªa Internacional ped¨ªan "Fuera Pinochet ya" y "No m¨¢s tortura, no m¨¢s pena de muerte, no m¨¢s prisioneros de conciencia".

El escritor chileno Ariel Dorfman sufri¨® las consecuencias de esta mezcla. Mientras ley¨® su poema Testamento, en homenaje a los desaparecidos, fue abucheado por parte de una multitud impaciente por o¨ªr la m¨²sica de Sting.

Las drogas y violencias estuvieron ausentes del recital. Una rigurosa red de seguridad, integrada por 1.650 policias argentinos, rode¨® el recinto deportivo en seis manzanas a la redonda, impidiendo el paso de veh¨ªculos y registrando a cada asistente. Cerca de un centenar de botellas de pisco (aguardiente) fue requisado, al igual que los cortaplumas, los palos de banderas y todas las p¨ªldoras, aunque se tratara de aspirinas.