A temperatura de fusi¨®n
LAS JUNTAS de accionistas de los bancos Central y Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto), reunidas con car¨¢cter extraordinario, ya han dado su aprobaci¨®n a la fusi¨®n de las dos entidades. El resultado de la operaci¨®n, el Banco Espa?ol Central de Cr¨¦dito (BECC), ser¨¢ la primera entidad bancaria por sus dimensiones, con unos activos situados en torno a los siete billones de pesetas, lo que viene a representar casi el 18%. de? negocio de? sector en Espa?a, y que le permitir¨¢ situarse entre los primeros 50 bancos del mundo.El proceso de concentraci¨®n bancaria, claramente apoyado en un principio por el Gobierno, deber¨ªa registrar as¨ª un nuevo paso adelante, tras la primera operaci¨®n protagonizada por los bancos de Bilbao y Vizcaya. Muchas causas y azares, sin embargo, han impedido que los poderes p¨²blicos hayan echado las campanas al vuelo en esta ocasi¨®n. Existe en el ambiente una actitud de wait and see, de ver y esperar los acontecimientos, de que se terminen de despejar las inc¨®gnitas que parecen flotar en el aire.
La dimensi¨®n de un banco -y aqu¨ª han coincidido por separado los presidentes de los bancos Central y Banesto antes de emprender la singladura actual- no es una garant¨ªa de ¨¦xito per se, aunque aqu¨¦lla sea una condici¨®n indispensable para poder sobrevivir en los duros campos de batalla de la competencia comunitaria, apenas dentro de cuatro a?os. Los expertos del sector han visto con desconfianza el acercamiento de los dos primeros bancos espa?oles, cuyas estructuras, obsoletas en muchos aspectos, no parec¨ªan ser las m¨¢s indicadas para fusionarse, con el consiguiente riesgo de sumar no s¨®lo los activos, sino tambi¨¦n los problemas.
Un segundo elemento que induc¨ªa a la desconfianza era el motivo real del acercamiento de los dos bancos. En uno de ellos, el Central, Alfonso Esc¨¢mez se debat¨ªa ante el desembarco de Cartera Central, el mayor accionista de la entidad, bajo el control de los Albertos (Alberto Cortina y Alberto Alcocer), y el grupo KIO. En Banesto, Mario Conde, reci¨¦n llegado al poder, deb¨ªa fortalecer su posici¨®n frente a las familias tradicionales, temporalmente arrinconadas a consecuencia de la OPA del Bilbao, y despu¨¦s tambi¨¦n ¨¦l mismo se vio bajo el fuego de los Albertos... Parec¨ªa que est¨¢bamos m¨¢s en presencia de un matrimonio por conveniencias que en uno por amor, aunque es muy posible que en el mundo de las finanzas los primeros tengan m¨¢s posibilidades de durar que los segundos. Varios meses de duros enfrentamientos de Cartera Central para hacerse un hueco en el Consejo de Administraci¨®n del Central primero y de Banesto despu¨¦s, con fuertes ecos en la Prensa, vinieron a unirse en el tiempo para alimentar la primitiva desconfianza.
Tras los forcejeos vinieron los compromisos y las juntas extraordinarias de accionistas. Las discusiones para que se reconociera el derecho de Cartera Central a estar representada en los ¨®rganos de control de las dos sociedades han sido un elemento b¨¢sico de las negociaciones de todas estas semanas, que han cristalizado en acuerdos pocos d¨ªas antes de la celebraci¨®n de las juntas de accionistas.
Es muy posible que a¨²n no est¨¦ escrita la ¨²ltima palabra de la historia, pero la consolidaci¨®n, aunque pueda ser precaria, del actual equilibrio de fuerzas entre los protagonistas de la fusi¨®n quiere dar a entender que la lucha por el control pol¨ªtico del nuevo banco se ha cerrado con la entrada de nuevos consejeros y la aceptaci¨®n de que habr¨¢ dos copresidentes durante un per¨ªodo de tiempo suficientemente prolongado como para permitir que la fusi¨®n se realice entre iguales.
Quedan por despejar aspectos todav¨ªa importantes, como son las f¨®rmulas que se van a utilizar para hacer operativo un consejo de administraci¨®n de casi medio centenar de personas. La composici¨®n de la comisi¨®n de control despejar¨¢ dudas importantes a este respecto. Otro de los asuntos pendientes es la organizaci¨®n interna de la gesti¨®n diaria que deber¨¢ desarrollarse a partir del nuevo banco. Posiblemente el futuro BECC deber¨¢ caminar hacia una organizaci¨®n m¨¢s descentralizada, porque parece dif¨ªcil mantener una estructura tan piramidal como la actualmente existente en un conglomerado financiero de gran tama?o.
Por encima de estas cuestiones, sin embargo, queda el hecho de que, por segunda vez, un banco espa?ol tiene la oportunidad de situarse entre las mayores entidades del mundo. Si antes el raquitismo era malo, ahora el gigantismo deber¨ªa ser bueno, a condici¨®n, eso s¨ª, de lograr un trabajo en equipo para superar diferencias anteriores y deficiencias estructurales. Si ocurre as¨ª, es muy posible que los protagonistas de esta apasionada historia encuentren la comprensi¨®n y el apoyo de una sociedad que ya ha tenido que pagar casi dos billones de pesetas para sanear el sector bancario.
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