Un 'pirata inform¨¢tico' viola los secretos del Gobierno belga
El primer ministro belga, Wilfried Martens, se ha enterado por la Prensa de que un an¨®nimo fan¨¢tico de la electr¨®nica, con s¨®lo un ordenador personal y un tel¨¦fono, ha podido penetrar en el sistema de comunicaci¨®n de? Gobierno. Martens ha anunciado que presentar¨¢ una querella, pero el C¨®digo Penal belga no contiene ninguna disposici¨®n contra el delito inform¨¢tico.El peri¨®dico flamenco De Standaard public¨® el viernes las pruebas de la violaci¨®n del s¨ªstema inform¨¢tico de] Gobierno. El hombre que desde hace tres meses ha accedido impunemente a las claves secretas del ordenador que utilizan los ministros para comunicarse entre s¨ª no pudo resistirse a hacer p¨²blica su osad¨ªa.
El Gobierno asegura que el pirata no ha tenido acceso a ning¨²n alto secreto de Estado. Pero s¨ª pudo conocer con antelaci¨®n los ¨®rdenes del d¨ªa de los Consejos de Ministros, la correspondencia electr¨®nica entre el primer ministro y sus colegas de Gabinete y otros documentos oficiales. Logr¨® tambi¨¦n introducirse en distintos bancos de datos oficiales.
Martens es un amante de la inform¨¢tica, y no se separa de su terminal ni cuando va de viaje.
El esc¨¢ndalo pone de actualidad la extrema vulnerabilidad de los programas inform¨¢ticos. El sistema Bistel (Belgian Information System by Telephon), utilizado por el Gobierno belga, ya hab¨ªa sido penetrado por otro desconocido en 1985, al poco de su instalaci¨®n. Entonces se solicit¨® a la empresa suministradora que protegiera su acceso, pero los c¨®digos clave sucesivos para impedir la entrada a los extra?os no han sido suficientes.
La acci¨®n de los piratas de la electr¨®nica tiene muchos precedentes, alguno de los cuales ha inspirado la pel¨ªcula Juegos de guerra. Antes que el Gobierno belga, han sufrido estos asaltos a las fortalezas electr¨®nicas entidades tan herm¨¦ticas como el Pent¨¢gono o la NASA y empresas como Philips, Thomson o Volkswagen.
Los miembros del Chaos Computer Club de Hamburgo -un grupo de fan¨¢ticos de la inform¨¢tica que publica una revista con sus haza?as y los modos de imitarlas- tienen en su haber la violaci¨®n de las defensas de los programas de la agencia espacial norteamericana, del Centro Europeo de Investigaci¨®n Nuclear (CERN) y de? Centro Nacional Franc¨¦s de Estudios Espaciales (CNES).
Su objetivo, dicen, es simplemente demostrar que los sistemas inform¨¢ticos son vulnerables. Junto a ellos, ha surgido una pl¨¦yade de ladrones electr¨®nicos que logran lucrarse de transferencias bancarias o de chantajistas que introducen en el ordenador una orden de destrucci¨®n del programa.
Hasta el momento, s¨®lo Canad¨¢, Francia y Dinamarca han adoptado disposiciones legales contra este nuevo delito, protagonizado en ocasiones por adolescentes con la sola ayuda de un miniordenador.
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